Colaboraciones público-privadas para crear valor a partir de los datos

Fecha de la noticia: 26-04-2018

Las colaboraciones público-privadas se podrían definir como contratos a largo plazo entre una agencia del gobierno y una entidad privada con el objetivo de proporcionar un activo o servicio público y en los que la parte privada asume una parte significativa de la responsabilidad, los riesgos y, generalmente, los posibles beneficios.

Si bien este tipo de colaboraciones se han venido utilizando de forma exitosa en múltiples sectores más tradicionales y de amplio recorrido, como por ejemplo en las grandes infraestructuras públicas, se trata de un campo que todavía no ha sido explorado en profundidad a la hora de trabajar con datos. No obstante, entidades públicas y privadas comparten interés por tener datos de gran calidad, accesibles y a un coste efectivo, y es por ello que se comienzan a explorar las nuevas oportunidades que ofrecen estos modelos de colaboración a la hora de compartir y explotar datos, y aprovechar el potencial de uso de los datos privados a la hora de resolver problemas de carácter público, particularmente en el área de las Smart Cities.

Cada vez son más las compañías privadas - incluso líderes en sus respectivos sectores como Thomson Reuters, Arup o Syngenta - que llevan a cabo sus propias experiencias de apertura de datos. Incluso sectores completos como el farmacéutico empiezan a replantearse sus prácticas actuales y a trabajar más abiertamente con sus datos de investigación para poder así acelerar el desarrollo y aprobación de nuevos medicamentos. Gracias a esta mayor apertura están también surgiendo nuevas formas de colaboración con la administración, sobre las que ya escribimos un artículo. Estas fórmulas van incluso más allá de los modelos tradicionales de colaboración público-privada para integrar a participantes de diversos sectores y que estos puedan crear valor a partir del intercambio de datos mediante distintas fórmulas como: Cooperativas de datos, Concursos y retos, Colaboraciones de investigación, Productos de inteligencia, Interfaces de programación de aplicaciones e Intermediarios de confianza.

Por otro lado los tipos de colaboración también cambiarán en base a los distintos roles que puede desempeñar el sector público en estas alianzas, ya sea como productor de datos, promotor del proyecto, socio directo o simple cliente. Por ejemplo:

  • Orange ofrece a los gobiernos de las ciudades información recopilada a través de sus redes móviles a través de su servicio Flux Vision, y Strava hace algo similar mediante su nueva línea de negocio Strava Metro, recopilando datos de los millones de deportistas que utilizan sus aplicaciones.

  • Las nuevas empresas de movilidad, como Waze, Uber o Blablacar, trabajan también en colaboración con distintos gobiernos a través de programas como Connected Citizens o Uber Movement a la hora de ofrecer servicios complementarios allí donde las autoridades no pueden llegar por sí solas, a cambio generalmente de ciertos beneficios.

  • Plataformas colaborativas como PRIDE, promovida directamente desde el sector público a través del programa SIMILE, buscan agrupar distintas fuentes de datos -  tanto públicas como privadas - de forma que se pueda mejorar la gestión de servicios básicos como la energía en este caso. Francia sigue así el camino previamente abierto por Holanda a través de su proyecto de apertura de datos por parte del administrador de la red eléctrica nacional.

  • Catalogue, por otro lado, es una plataforma que se nutre de distintas fuentes de información pública con el objetivo de crear un repositorio internacional con todo tipo de datos sobre movilidad y que estos pase a formar parte del bien común.

Como hemos podido ver a través de los ejemplos anteriores el modelo de colaboración público-privada se va abriendo camino también en el ámbito de los datos. No obstante, estas nuevas colaboraciones pueden dar lugar también a nuevos retos en cuanto a las expectativas de cada una de las partes implicadas, que todavía será necesario analizar en profundidad para poder ofrecer soluciones adecuadas en materias como estándares, interoperabilidad, infraestructuras, acceso a los datos, intermediarios y definición de estrategias de colaboración. E incluso hay quien aboga porque estas colaboraciones en materia de datos y la mejora en su disponibilidad podrían incluso llegar a acabar con la necesidad de muchas de las alianzas público-privadas más tradicionales.

 


Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.

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