Entrevista a Manuel Bravo, director general de la Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes

La Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes, ganadora de la I edición de los Premios Aporta, facilita el acceso y la reutilización de sus fondos, basados en estándares internacionales, con el foco puesto en la experiencia de usuario y la difusión de la cultura hispánica. Manuel Bravo, Director General de la Fundación, nos cuenta cómo nació esta iniciativa y cómo ha ido evolucionando a lo largo de los años, además de compartir su opinión sobre la reutilización de los datos abiertos en España.

La Fundación Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes nació en 1998 con el objetivo de facilitar el acceso a la cultura para todos los ciudadanos. ¿Qué supuso para la época una iniciativa tan innovadora? ¿Cómo valoraría su impacto?

En el momento de su inauguración, la Cervantes contaba con pocos antecedentes similares. Fue saludada destacándose su vocación de difundir la cultura hispana en el mundo de forma totalmente gratuita. Y se subrayó especialmente el empleo de una herramienta como Internet para poder llegar a poblaciones desfavorecidas cuyo acceso a la cultura y la educación era francamente difícil.

¿Qué barreras se han encontrado a la hora de abrir la información cultural y cómo las han solucionado?

En general, las instituciones suelen mostrarse reticentes a la publicación en abierto. En particular, el origen de nuestra biblioteca es la difusión de la cultura en español de obras de literatura clásica cuyos derechos de autor no están vigentes; en algunos casos se han cedido para su difusión, hecho que facilita su publicación. Sin embargo, con el desarrollo de Internet, resulta evidente que las entidades que no asuman la apertura de datos pueden verse relegadas a un segundo plano, en lo que a Internet se refiere. Los buscadores son una gran fuente de visitas y visibilidad, para muchos la principal, y bases de datos como Wikidata son un referente para los algoritmos de posicionamiento.

¿Podría hablarnos brevemente del catálogo que actualmente ofrecen a aquellos ciudadanos que quieran acceder a su portal? ¿En qué punto se encuentran actualmente en su camino hacia la apertura de la información que custodia?

Nuestro catálogo de obras se compone de unos 230.000 registros, de los cuales 60.000 son libros, aunque también ofrece estudios críticos y de investigación, materiales históricos, periódicos y revistas, audiovisuales, archivos sonoros, vídeos en lengua de signos española, etc. Se trata principalmente de obras antiguas, pertenecientes al dominio público, pero también de obras de autores contemporáneos.

Actualmente, nuestra plataforma de datos abiertos ofrece el catálogo completo. Periódicamente se sincroniza con la versión tradicional, actualizando los registros bibliográficos y los autores. Además, se han creado diversos puntos de acceso, como por ejemplo la posibilidad de navegación por ciudades aplicando técnicas de procesamiento de lenguaje natural.

Además de su extenso catálogo, uno de sus principales valores es el foco en el usuario, ¿qué diferencia la experiencia de usuario de vuestro portal de otros similares?

Desde un principio, nuestra biblioteca cuenta con un servicio de Bibliotecario para que los usuarios puedan transmitirnos sus comentarios y sugerencias, así como para enviarnos desideratas e incluso contenidos propios para incluir en el catálogo, contenidos que son valorados por un comité de publicaciones y muchos de los cuales han pasado a engrosar, efectivamente, nuestro fondo.

Junto a este servicio, en la actualidad contamos con perfiles en Twitter y Facebook (este último cuenta con más de 400.000 seguidores) para que la conexión con el usuario sea mayor e incluso podamos hacerles partícipes de nuestras actividades, concursos, etcétera.

También ofrecen la posibilidad de reutilizar los datos que publican, ¿cuál es el potencial reutilizador de los datos abiertos culturales?

Actualmente, el ejemplo más representativo de reutilización de nuestro catálogo lo podemos encontrar en grandes bases de datos colaborativas, como Wikidata. Nos sentimos muy afortunados por ser una de las primeras bibliotecas en haber sido conectadas (federadas en la jerga informática) a Wikidata. Este hecho permite consultar nuestro catálogo a través de Wikidata abriendo un nuevo abanico de posibilidades, nuevos usuarios, nuevas colaboraciones…

Por otro lado, también nos ha ayudado a establecer relaciones con la Fundación Wikimedia, que tiene un objetivo similar a nuestro proyecto, en lo que se refiere a la difusión y promoción de la cultura. Nos encantaría contribuir en el futuro a la creación de información de forma colaborativa y ser un referente en España e Iberoamérica.

¿Qué haría falta para que el conjunto de la sociedad valorase todavía más el papel de los datos públicos?

Los datos abiertos se han convertido en un recurso clave para la innovación social y el crecimiento económico con un tremendo valor comercial.

Proporcionar libre acceso a los datos abre un nuevo escenario donde los ciudadanos tienen la oportunidad de evaluar y reutilizar la información, ya sea de origen estatal o de entidades privadas. Tanto los negocios tradicionales como los nuevos emprendedores están utilizando los datos abiertos para explorar nuevas oportunidades de mercado, y además construir nuevos productos basados en datos.

A pesar del esfuerzo que han realizado numerosos ayuntamientos e instituciones publicando sus datos abiertos, todavía falta mucho camino por recorrer. Entre otras cuestiones, debemos mejorar en aspectos como los formatos de publicación, descripción de los datos o el enriquecimiento con otros repositorios que facilite el análisis y la reutilización de la información. Nosotros estamos trabajando en este aspecto, pero por ahora son prototipos y trabajos preliminares complejos de generalizar a todos los contextos.

¿Crees que iniciativas como los Premios Aporta 2017 pueden ayudar a impulsar la reutilización de datos abiertos? ¿Qué otras iniciativas de este tipo crees que deberían ponerse en práctica?

Sin duda, los Premios Aporta son un escaparate perfecto para impulsar la reutilización de datos abiertos. Gracias a este tipo de iniciativas, los proyectos tienen la oportunidad de darse a conocer y ampliar su visibilidad a nivel nacional e internacional.

Las universidades tienen una gran oportunidad de promocionar la reutilización por medio de eventos de emprendedores, la realización de trabajos final de grado y máster, proyectos de investigación... Hace unos años no era posible disponer de un banco de datos para poder realizar trabajos. Hoy en día este aspecto ha mejorado sustancialmente.