Una de las características de la sociedad actual es la producción y consumo de bienes, con los consiguientes impactos ambientales por la extracción, transformación, uso y eliminación de recursos naturales finitos. Por ello, la evolución hacia un modelo económico basado en el desarrollo sostenible pasa por la reducción del consumo de materiales de las economías, especialmente en los países desarrollados, desvinculando el uso de recursos naturales (agua, materiales y energía) y los servicios ecológicos (capacidad de la naturaleza de absorber residuos y emisiones) del crecimiento económico. Este proceso de reducción del consumo de materiales se conoce como desmaterialización. Puede darse tanto en términos relativos, por unidad de PIB, (desmaterialización débil), como en términos absolutos (desmaterialización fuerte).