Los datos abiertos como herramienta de desarrollo

Data de la notícia: 02-09-2016

Logo del informe "Desarrollo Sostenible a través del open data"

En agosto de 2014 el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon encargó a un grupo de expertos independiente la elaboración de unas recomendaciones específicas sobre cómo llevar a cabo una revolución de los datos para el desarrollo sostenible. En las conclusiones del informe elaborado por los expertos se destacan dos grandes retos a nivel global:

  • El reto de la “invisibilidad”: debido a las diferencias entre los que podríamos llegar a saber si tuviéramos acceso a los datos adecuados y lo que sabemos realmente dada la actual escasez de datos.
  • El reto de la desigualdad: debido a las diferencias entre aquellos que tienen acceso a los datos que necesitan para tomar sus propias decisiones y los que no lo tienen.

Es a partir de la publicación de este informe que el uso y potencial de los datos empieza a cobrar un especial protagonismo en la agenda global para el desarrollo sostenible. Tan sólo un año después la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó los nuevos y ambiciosos Objetivos para un Desarrollo Sostenible, 17 metas en diversos ámbitos de actuación que establecen la agenda de desarrollo para los próximos años e incluyen temas como la pobreza, el hambre, la salud, la educación, la igualdad de género, el acceso al agua potable, la energías limpias, el empleo, el crecimiento sostenible, la industria, la desigualdad, el consumo responsable, el cambio climático, el ecosistema, la paz y la justicia.

Los datos abiertos vuelven a tener nuevamente en esta ocasión un cierto protagonismo en el debate como herramienta de desarrollo, aunque con un enfoque más dirigido a la monitorización del avance de los objetivos. Son entonces varias las voces que abogan por un uso más intensivo de los datos abiertos para el fomento del desarrollo. Por ejemplo, en su informe Datos Abiertos para un Desarrollo Sostenible el Banco Mundial también destaca cuáles son otras aportaciones adicionales que pueden hacer los datos abiertos para conseguir cumplir con los objetivos de desarrollo:

  • Fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo.
  • Mejorar la eficiencia y eficacia de los servicios públicos.
  • Fomentar la transparenciarendición de cuentas y participación en los gobiernos
  • Facilitar el intercambio de información entre las agencias gubernamentales

En definitiva, el papel de los datos abiertos será fundamental a la hora de cumplir los nuevos objetivos de desarrollo, por un lado contribuyendo a la definición de los estándares de datos necesarios, también como herramienta para medir el progreso realizado y para la rendición de cuentas y finalmente aportando la evidencia necesaria sobre el impacto real obtenido. Debemos aseguramos de que la revolución de los datos sea abierta o no habrá revolución.

Con ese objetivo surge la red OD4D (Open Data for Development), cuyo principal propósito es activar el potencial de los datos abiertos como herramienta para el desarrollo, contribuyendo no sólo a la elaboración de la agenda global de los datos abiertos, sino también a las agendas regionales de África o Asia por ejemplo y dándoles también apoyo para poder llevarlas a la práctica. Gracias a los esfuerzos conjuntos de la red y otras iniciativas como la Carta Internacional de los Datos Abiertos, se ha conseguido finalmente embeber los principios de los datos abiertos dentro de los objetivos de desarrollo a través del módulo de Datos Abiertos para el desarrollo sostenible.

Ya sea para la mejora en el acceso al agua potable, mejorar el sistema de sanidad, analizar la eficacia de los sistemas de educación, fomentar la igualdad de género, atajar el cambio climático o preservar nuestros bosques, los datos abiertos han venido demostrando ya todo su potencial como herramienta de desarrollo, pero para sacarles el máximo partido tendremos también que resolver primero una serie de obstáculos que dificultan el acceso a los datos necesarios como la ausencia de un marco legal y legislativo claro; la nueva brecha digital entre ricos y pobres, tanto en oferta como en la demanda de datos; la existencia de una cultura organizativa en algunos gobiernos que no favorece la apertura o la falta de coordinación entre la oferta y demanda de datos.