El pasado 24 de febrero Europa se adentraba en un escenario que ni siquiera los datos hubiesen podido predecir: Rusia invadía Ucrania, desatando la primera guerra en suelo europeo de lo que llevamos de siglo XXI.
Casi cinco meses después, a fecha del 26 de septiembre, Naciones Unidas hacía públicas sus cifras oficiales: 4.889 fallecidos y 6.263 heridos. Según los datos oficiales de la ONU, mes tras mes, la realidad de los damnificados ucranianos que arrojaban los datos quedaba de la siguiente forma:
Fecha | Fallecidos | Heridos |
---|---|---|
24-28 febrero | 336 | 461 |
Marzo | 3028 | 2384 |
Abril | 660 | 1253 |
Mayo | 453 | 1012 |
Junio | 361 | 1029 |
1-3 julio | 51 | 124 |
Los datos extraídos por la misión que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos realiza en Ucrania desde que en 2014 Rusia invadiese Crimea cifran en más de 7 millones de personas, el total de civiles desplazados como consecuencia del conflicto.
Sin embargo, al igual que sucede en otros ámbitos, los datos sirven no solo para elaborar soluciones, sino también para conocer en profundidad aspectos de la realidad que de otra forma no sería posible. En el caso de la guerra de Ucrania es precisamente la captación, monitorización y análisis de datos sobre el territorio lo que permite que organismos como Naciones Unidas puedan sacar sus propias conclusiones.
Con el objetivo de visibilizar cómo los datos pueden utilizarse para conseguir la paz, a continuación analizaremos cuál es el papel que estos desempeñan en relación con las siguientes labores:
Predicción
En este ámbito, los datos se utilizan para tratar de adelantarse a situaciones y planificar una respuesta adecuada al riesgo previsto. Así, si antes del estallido de la guerra se utilizaban los datos para evaluar el riesgo de un futuro conflicto, ahora se emplean para establecer un control y prever la escalada del mismo.
Por ejemplo, las imágenes satélite que arrojan aplicaciones tipo Google Maps han permitido monitorizar el avance de las tropas rusas. Igualmente, visualizadores como Subnational Surge Tracker identifican los picos de violencia registrados en distintos niveles administrativos: estados, provincias o municipios.
Información
Tan importante es conocer los datos para prevenir la violencia, como utilizar los mismos para limitar la desinformación y comunicar los hechos de forma objetiva, veraz y acorde a las cifras oficiales. Para conseguirlo, han comenzado a utilizarse aplicaciones de fact cheking, capaces de responder con datos oficiales a las noticias falsas.
Entre ellas destaca Newsguard, una entidad de verificación que ha elaborado un rastreador que reúne todos los sitios web que comparten desinformación sobre el conflicto, poniendo especial énfasis en las narrativas falsas más populares que circulan por la red. Incluso, cataloga este tipo de contenido en función del idioma en el que se promueve.
Daños materiales
Los datos también se pueden utilizar para localizar los daños materiales y rastrear la aparición de otros nuevos. A lo largo de estos meses, la ofensiva rusa ha dañado la red de infraestructura pública ucraniana, dejando inutilizadas carreteras, puentes, suministros de agua y electricidad e, incluso, hospitales.
Conocer a través de los datos esta realidad es muy útil de cara a organizar una respuesta dirigida a la reconstrucción de estas zonas y al envío de asistencia humanitaria para los civiles que se han quedado desprovistos de servicios.
En este sentido, destacamos los siguientes casos de uso:
- El algoritmo de aprendizaje automático del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) ha sido desarrollado y mejorado para identificar y clasificar la infraestructura dañada por la guerra.
- De forma paralela, la organización HALO Trust utiliza minería de medios sociales capaz de captar información de las redes sociales, imágenes vía satélite e, incluso, datos geográficos que ayudan a identificar áreas con "restos explosivos". Gracias a este hallazgo las organizaciones desplegadas por el terreno ucraniano, pueden moverse con mayor seguridad para organizar una respuesta humanitaria coordinada.
- La información lumínica captada por los satélites de la NASA sirve también para construir una base de datos que ayude a identificar cuáles son las áreas de conflicto activo en Ucrania. Así, al igual que en los ejemplos anteriores, estos datos sirven para realizar un seguimiento y poder enviar ayuda a los puntos donde esta sea más necesaria.
Violación y abuso de derechos humanos
Lamentablemente, en este tipo de conflictos, la violación de los derechos humanos de la población civil está a la orden del día. De hecho, según la experiencia sobre el terreno y la información recopilada por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, se han documentado violaciones de este tipo durante todo el periodo de guerra en Ucrania.
Así y con el objetivo de comprender qué está sucediendo con los civiles ucranianos, los funcionarios de vigilancia y derechos humanos recopilan datos, información pública y relatos en primera persona de la guerra en Ucrania. Con todo ello, desarrollan un mapa-mosaico que facilita la toma de decisiones y la búsqueda de soluciones justas para la población.
Otro trabajo muy interesante y desarrollado con datos abiertos es el realizado por Conflict Observatory. Gracias a la colaboración de analistas y desarrolladores, y al empleo de información geoespacial e inteligencia artificial, han podido descubrirse y mapearse crímenes de guerra que de otro modo podrían quedar más invisibilizados.
Movimientos migratorios
Desde el estallido de la guerra el pasado mes de febrero, han escapado de la guerra y, por ende, de su propio país, más de 7 millones de ucranianos. Al igual que en los casos anteriores, los datos sobre los flujos migratorios se pueden utilizar para reforzar los esfuerzos humanitarios que demandan los refugiados y los desplazados internos.
Algunas de las iniciativas en las que los datos abiertos contribuyen son las siguientes:
La Matriz de Seguimiento de Desplazamiento es un proyecto desarrollado por la Organización Internacional para las Migraciones y cuya finalidad ha sido obtener datos sobre los flujos migratorios dentro de Ucrania. Gracias a la información facilitada por aproximadamente 2.000 encuestados a través de entrevistas telefónicas, se creó una base de datos que se ha ido utilizando para garantizar una distribución de las acciones humanitarias eficaz en función de las necesidades de cada zona del país.
Respuesta humanitaria
De forma similar al análisis realizado para controlar los movimientos migratorios, los datos recopilados sobre el conflicto también sirven para diseñar acciones de respuesta humanitaria y realizar un seguimiento de la ayuda proporcionada.
En esta línea, uno de los agentes más activos durante los últimos meses ha sido el Fondo de Población de las Naciones Unidas que creó un conjunto de datos que recoge proyecciones actualizadas por género, edad y región ucraniana. Es decir, gracias a este mapeo actualizado de la población ucraniana es mucho más sencillo pensar en cuáles son las necesidades que tiene cada zona en términos de suministros médicos, alimentos o, incluso, apoyo de salud mental.
Otras de las iniciativas que también está prestando apoyo en este ámbito es el Explorador de Datos de Ucrania, un proyecto desarrollado sobre código abierto en la plataforma Intercambio de Datos Humanitarios (HDX) que proporciona información obtenida de forma colaborativa sobre refugiados, víctimas y necesidades de financiación para los esfuerzos humanitarios.
Por último, los datos recopilados y, posteriormente analizados por Premise, visibilizan aquellas zonas que presentan déficit de alimentos y combustible. Monitorizar esta información es realmente útil de cara a localizar las zonas del país con menos recursos para las personas que han migrado internamente y, a su vez, para señalar a las organizaciones humanitarias cuáles son las áreas donde se está demandando más asistencia.
La innovación y el desarrollo de herramientas capaces de recopilar datos y extraer conclusiones sobre los mismos es, sin duda, un gran paso que ayuda a reducir el impacto de los conflictos armados. Gracias a este tipo de previsiones y análisis de datos es posible responder de forma rápida y coordinada a las necesidades de la sociedad civil que se encuentra en las zonas más afectadas, sin dejar de lado tampoco a los refugiados que se desplazan a miles de kilómetros de sus casas.
Estamos ante una crisis humanitaria que ha generado más de 12,6 millones de movimientos transfronterizos. En concreto, nuestro país ha atendido a más de 145.600 personas desde el inicio de la invasión y se han concedido más de 142.190 solicitudes de protección temporal, el 35% de ellas a menores. Tales cifras convierten a España en el quinto Estado Miembro con mayor número de resoluciones favorables de protección temporal. Asimismo, más de 63.500 personas desplazadas han sido dadas de alta en el Sistema Nacional de Salud y con el inicio del curso académico, hay 30. 919 estudiantes ucranianos desplazados escolarizados, de los que 28.060 son menores.
Contenido elaborado por el equipo de datos.gob.es.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en la actualidad estamos siendo testigos de los mayores niveles de desplazamiento de personas registrados en la historia reciente. En 2019, se estima que más de 70 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares, entre los cuales hay que contar 25,9 millones de refugiados legales, más de la mitad de ellos menores de edad. Casi cada dos segundos una nueva persona es obligada a desplazarse por la fuerza como resultado de un conflicto o persecución, 37.000 personas al día. Más de la mitad de estos desplazados proceden de tres únicos países – Siria, Afganistán y Sudán del Sur – y son acogidos en su mayoría por otros países limítrofes.
Datos abiertos y recursos sobre inmigración y refugiados
Todos estos datos nos los proporciona la propia ACNUR, y nos sirven no sólo como una primera aproximación a la hora de entender la magnitud del problema al que nos enfrentamos, sino también como primer ejemplo de cómo los datos abiertos pueden ser también útiles a la hora de analizar, afrontar y buscar soluciones para la crisis de los refugiados. Y es que la agencia de refugiados de la ONU cuenta con una gran cantidad de recursos de datos abiertos sobre la materia, incluyendo por ejemplo un cuadro de mando histórico de los flujos de movimientos de refugiados o el mapa de las crisis de refugiados, a través del cual se puede acceder a perfiles detallados de casos específicos. Otras herramientas útiles que nos proporcionan son el buscador de datos de reasentamiento y también los indicadores de agua potable, saneamiento e higiene (WASH) cuyo objetivo es poder garantizar una condiciones mínimas dignas para todos los desplazados. Su oficina de coordinación de acciones humanitarias cuenta también con un simple pero muy interesante catálogo de datos abiertos humanitarios (que incluye inmigración) y un apartado con muchos otros recursos y herramientas.
Además, la Organización Internacional para la Migración (IOM) – relacionada también con las Naciones Unidas – cuenta con su propio portal de datos abiertos sobre migración que nos será de gran utilidad no sólo a la hora de analizar las variables que influyen en los flujos de migración y el impacto que tienen éstos sobre los colectivos más vulnerables, sino también otros aspectos ciertamente interesantes como las políticas migratorias en los distintos países o la evolución del impacto de la opinión pública en el colectivo migrante.
Como hemos visto, la Naciones Unidas, junto a sus organismos asociados, es probablemente en la actualidad la más completa fuente de datos disponible en la materia, pero no es ni mucho menos la única existente. Otras entidades internacionales de relevancia cuentan también con sus bases de datos específicas sobre inmigración, como por ejemplo la del Banco Mundial, aunque quizás con recursos más limitados. Existen también otras organizaciones no gubernamentales, como openmigration.org o el Centro de Observación de Desplazamientos Internos (iDMC) que nos ofrecen sus cuadros de mando para analizar los datos, bases de datos propias, infografías muy útiles a la hora de dar visibilidad al problema, herramientas de predicción de riesgo, series históricas de desplazamientos de refugiados y herramientas de comprobación (fact-checking) para verificar, contrastar y complementar los datos oficiales.
La reutilización de los datos abiertos de refugiados
Por otro lado, aparte de todas las posibles fuentes de datos y herramientas que hemos visto hasta el momento, resulta interesante también observar el uso que otros están haciendo de esos datos y los demás recursos disponibles. Así por ejemplo, algunos casos de uso interesantes pueden ser el análisis colaborativo de las imágenes abiertas de UNOSAT para el apoyo en crisis humanitarias, el análisis del papel de los datos abiertos en la crisis Siria o el estudio sobre el impacto de la inmigración sobre la criminalidad en Hong Kong. Otros ejemplos son los casos de estudio publicados por algunos países Europeos, los informes para la coordinación de respuesta en caso de emergencia o, ya en el plano puramente académico, la creación de modelos predictivos de flujos de inmigración realizados a partir de múltiples fuentes de datos que incluyen otras condiciones como meteorología o noticias relevantes.
También son de destacar iniciativas como Data for Refugees o HackforHomeless, que a través de talleres prácticos y colaborativos (al estilo de los hackathon) fomentan una nueva aproximación al impacto social mediante la innovación en el tratamiento de las crisis de los refugiados, usando los datos como herramienta para buscar soluciones que contribuyan a mejorar las condiciones de vida y los derechos básicos de los desplazados, actuando en áreas como la seguridad, la sanidad, la educación, el empleo y la integración.
Finalmente, aunque hemos visto varios ejemplos de cómo los datos abiertos pueden ser nuevamente una herramienta de gran utilidad a la hora de entender mejor e intentar paliar el creciente problema de las personas desplazadas y refugiadas, no debemos olvidarnos de que como colectivo particularmente vulnerable es fundamental poder garantizar al mismo tiempo el respeto hacia su privacidad y una adecuada protección de sus datos personales. Es por ello que otras organizaciones, como el Centro para la Innovación en la Gobernanza Internacional (CIGI) o la Cruz Roja, han publicado sus propias recomendaciones que nos sirven de guía a la hora de garantizar la protección de privacidad y evitar daños no deseados debido al potencial abuso de esos datos.
Así pues, una vez más, vemos como cuanto mayor sea la variedad de datos a nuestro alcance más recursos tendremos a la hora de analizar, comprender y dar respuesta a los problemas en nuestra sociedad. Y es que el poder garantizar la disponibilidad de los datos adecuados se están convirtiendo en condición necesaria a la hora de definir todo tipo de políticas públicas con mayor acierto.
Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.