Índices de datos abiertos: el bien y el mal

Fecha de la noticia: 27-04-2015

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La monitorización es uno de los aspectos fundamentales para fomentar el crecimiento y desarrollo de las iniciativas de datos abiertos. Aunque es prácticamente imposible medir de forma exacta el nivel de apertura, hay algunas iniciativas que muestran una visión general del interés en open data en los diferentes países del mundo.

Actualmente, existen varios rankings bastante populares que, a pesar de valorar diferentes indicadores de datos abiertos, trabajan con el mismo fin. En febrero de 2012, la Plataforma ePSI lanzó un marcador RISP, una iniciativa de carácter colaborativo que clasificaba el estado de la reutilización de la información pública de los 28 países miembros de la Unión Europea. En 2013, la World Wide Web Foundation lanzó su Barómetro Open Data que estudiaba la disponibilidad de los datos abiertos, su implementación e impacto en 86 naciones de todo el planeta. Ese mismo año, la entidad independiente Open Knowledge Foundation presentaba el Open Data Index, un índice que analizaba el estado global del open data proporcionando información relativa a 97 países.

Este tipo de análisis es verdaderamente útil no sólo para los usuarios externos (organizaciones, grupos civiles…) sino también para los políticos y publicadores de datos. En este sentido, dichos rankings son de especial ayuda para aquellos campos donde el open data todavía es una materia incipiente. No obstante, es necesario enfatizar que no se deben considerar tales estudios como el reflejo de la situación real. Todos ellos son análisis parciales, los cuales han seleccionado un conjunto de criterios y métricas concreto, ofreciendo una imagen del ecosistema de datos abiertos incompleta.

Un ejemplo de lo anteriormente expuesto son las diferencias entre el Open Data Index de la OKFN y el marcador de la ePSI Platform, iniciativas que utilizan métricas diferentes al no existir un estándar común. Como muestra, la puntuación de Grecia en el Open Data Index sitúa a la nación helena en el puesto 54 mientras que el mismo país alcanza la cuarta posición según el baremo de la ePSI Platform. Así, si se tiene en cuenta a aquellos estados cuya legislación establece que solo son válidos los contratos gubernamentales que se han hecho públicos, Grecia se encontraría a la cabeza. En cambio, si se mide a los países que publican en abierto los datos postales, el Reino Unido estaría por debajo de Dinamarca y Holanda. En definitiva, no existe una metodología perfecta a seguir.

Sin embargo, los índices o evaluaciones juegan un papel importante en la cultura open data ya que ayudan a poner el foco en ciertos conjuntos de datos e indicadores; aunque también pueden resultar desmoralizadores. “Después de todos los recursos económicos invertidos en open data y estamos a la cola de la lista” ha sido la historia de un país europeo que casi cancela su programa de datos abiertos tras comprobar la puntuación obtenida.

Asimismo, una mala clasificación también supone la respuesta de algunos gobiernos en desacuerdo con los resultados. En 2013, después de la publicación del Open Data Index, la filial alemana del OKF recibió la llamada del Ministerio de Interior para hablar sobre la clasificación obtenida en dicho índice. Según los empleados públicos, la puntuación no representaba la realidad del panorama de datos abiertos germano y proporcionaron datos adicionales, procedentes de investigaciones independientes, que se sumaron a la evaluación inicial.

Habitualmente, los usuarios suelen fijarse más en los aspectos negativos (“este país A falla en este indicador”) en vez de centrar su atención en lo positivo (“la nación B ha obtenido una buena puntuación”). En este contexto, casi siempre se hace un mal uso de los rankings open data, reaccionando de forma errónea. Si un estado se encuentra en una posición alta de la lista, se siente totalmente satisfecho con el estudio, mientras que si se sitúa en las últimas posiciones, suele cuestionar la metodología utilizada. En ocasiones, es mejor centrarse en los logros alcanzados en el tiempo que en la puntuación obtenida en un preciso momento.

Autores:  Makx Dekkers, Phil Archer and Martin Alvarez-Espinar

Fecha: 3 de marzo de 2015