La cultura de datos
Fecha de la noticia: 10-12-2014

En la actualidad vivimos en una cultura de datos: el término big data ya es omnipresente en el entramado empresarial; los ciudadanos, hoy más que nunca, son conscientes del importante potencial de la información personal y, día tras día, utilizamos aplicaciones y herramientas tecnológicas que utilizan los datos para mejorar nuestra calidad de vida.
Ulrich Atz, miembro del proyecto europeo OpenDataMonitor, observa en su artículo “¿Cómo vivir en una sociedad de datos?” los dos extremos en la cultura de datos. Por un lado se sitúan aquellos usuarios, naciones y gobiernos que, escépticos y temerosos de violar la privacidad, aún son principiantes en la integración de la información dentro de las diferentes esferas sociales.
En la posición contraria, se encuentran aquellas sociedades como los países nórdicos, EE.UU y Reino Unido, lo cuales siempre se sitúan en las primeras posiciones del Open Data Barometer, o estados más pequeños, como Moldavia, que participan activamente en la revolución de los datos y reconocen los beneficios que ofrecen. Un ejemplo de ello es el estudio realizado por la entidad Deloitte que estima que los datos publicados por la Red de Transporte Público de Londres han ahorrado a cada usuario una media de 58 minutos de viaje al año.
Ulrich Atz, además, profundiza en tres tendencias sobre los datos que ya han empezado a tener lugar hoy en día:
- Los datos como recurso. La información se ha convertido en un producto que se vende y comercializa: almacenaje en la nube, análisis de datos, herramientas de visualización... En el futuro, la diferenciación residirá en aquellos servicios que hagan mejor uso de los datos. El mercado digital y las nuevas herramientas tecnológicas permiten una relación más cercana con los datos y la competencia reside en construir una solución más efectiva, no tanto en el acceso a la información en sí.
- El nacimiento del científico y el ciudadano de datos. Hace tiempo, los datos eran uso y disfrute exclusivo de los analistas y estadísticos. Afortunadamente, esto ha cambiado y la aparición de nuevas herramientas ha democratizado el acceso a la información. Un claro ejemplo de esta tendencia es el periodismo de datos, la reutilización de este recurso para fines informativos o el consumo de estadísticas por parte de los usuarios comunes para mantenerse informados de las tendencias actuales.
- Ciudadanos monitorizados. Nunca antes ha sido tan sencillo rastrear a una persona. Los ciudadanos somos generadores de datos continuos, de forma directa e indirecta. La recopilación de dichos datos ha permitido dibujar de forma precisa los hábitos de consumo, la interacción social o la relación con el medio que nos rodea.
Estas tres tendencias son una muestra más de que vivimos inmersos en una cultura de datos. El desafío al que nos enfrentamos ahora es adoptar nuevos modelos de negocio, aceptar el influjo de la sociedad en el mundo de los datos y negociar los límites y responsabilidades del uso de la información personal.
Para mayor información acerca de la evolución de la cultura de datos en la actualidad, no dejes de visitar el artículo original de Ulrich Atz publicado, el pasado mes de octubre, en la página web del Royal Statistical Society.