El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), en colaboración con la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AACID), ha incorporado nuevos indicadores a nivel municipal en su Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible de Andalucía para la Agenda 2030, en sus esfuerzos por integrar la información estadística y geográfica, mientras potencian la eficiencia de la administración pública andaluza y los servicios de información prestados a la sociedad.
Gracias a estos trabajos, Andalucía ha sido seleccionada como una de las regiones participantes en el proyecto europeo REGIONES 2030: Seguimiento de los ODS en las regiones de la UE. Llenar los vacíos de datos, junto con otras nueve regiones de la Unión Europea. Todas estas regiones comparten un fuerte compromiso en cuanto al análisis y el cumplimiento de los ODS, conscientes de la importancia de este trabajo en la toma de decisiones y en el desarrollo regional sostenible.
El proyecto REGIONES 2030, financiado por el Parlamento Europeo y desarrollado por el Centro Común de Investigación (Joint Research Centre - JRC) de la Comisión Europea, en colaboración con la Dirección General de las Regiones y EUROSTAT, tiene como objetivo llenar los vacíos de datos en el seguimiento de los ODS en las regiones de la UE.
Imagen 1: Proyecto REGIONES 2030. Seguimiento de los ODS en las regiones de la UE.
Regiones participantes en el proyecto
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)
Los nuevos indicadores incorporados, fundamentales para la medición de los objetivos ODS
El Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, en colaboración con la AACID (Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo), ha creado un conjunto de indicadores que permiten evaluar el avance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel regional, disponibles en su web. Todos los nuevos indicadores a nivel municipal están identificados por la marca Joint Research Centre (municipal) para Andalucía, y abordan 9 de los 17 objetivos de desarrollo sostenible.
La metodología utilizada para la mayoría de los indicadores se basa en información georreferenciada del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía, tomando como referencia las publicaciones sobre la Distribución Espacial de la Población en Andalucía y la Caracterización y Distribución del Espacio Construido en Andalucía.
Uno de los indicadores proporciona información sobre el Objetivo 1: Fin de la pobreza, y mide los riesgos de pobreza a través del porcentaje de personas que residen en una dirección donde ninguno de sus miembros está afiliado a la Seguridad Social. Este indicador revela comportamientos más desfavorables en municipios urbanos en comparación con los rurales, en línea con estudios anteriores que identifican las ciudades como centros con situaciones de pobreza más agudas que los entornos rurales.
De manera similar, el indicador de Superficie construida per cápita del Objetivo 11: Ciudades y comunidades sostenibles se ha calculado utilizando datos catastrales y procesos geoespaciales en sistemas de información geográfica.
Visualización y consulta de los nuevos indicadores municipales
El análisis de los nuevos indicadores permite obtener información a nivel municipal sobre el valor y la variación de los indicadores en comparación con el año anterior, tanto para el conjunto de Andalucía, como para diferentes grados de urbanización.
Imagen 2: Visualización de datos del indicador
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)
Además, el filtro aplicado permite realizar un análisis de la evolución temporal y geográfica de los indicadores en cada uno de los ámbitos considerados, lo que proporciona una perspectiva temporal y territorial.
Imagen 3: Visualización de la evolución del indicador según ámbito
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)
Estos resultados se presentan a través de un mapa interactivo a nivel municipal, que muestra la distribución del indicador en el territorio.
Imagen 4: Mapa interactivo del indicador
Fuente: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)
Los datos de los indicadores también están disponibles en formatos estructurados descargables (XLS, CSV y JSON). Además, se aporta información metodológica sobre los cálculos realizados para cada uno de los indicadores.
La incorporación de Andalucía al proyecto REGIONES 2030
Todos estos trabajos se han integrado junto al resto de indicadores del Sistema de Indicadores de Desarrollo Sostenible de Andalucía para la Agenda 2030, los cuales han sido calculados y publicados por el IECA hasta la fecha. Esta labor conjunta entre las diferentes regiones servirá para establecer una metodología y seleccionar los indicadores más relevantes a nivel regional en Europa (nivel NUTS2 europeo), con el objetivo de que en un futuro esta metodología pueda aplicarse a todas las regiones europeas.
El proyecto REGIONES 2030, tras la realización de los primeros trabajos en Andalucía, ha difundido sus resultados en el artículo "Monitoring the SDGs in Andalusia region, Spain", publicado por la Comisión Europea en julio de 2023, así como en el evento celebrado en la Fundación Tres Culturas del Mediterráneo el pasado 27 de septiembre bajo el nombre ‘SDG Localisation and monitoring framework for 2030 Agenda governance: milestones & challenges in Andalusia’. En este evento, cada región seleccionada presentó los resultados y discutió las necesidades, carencias o lecciones aprendidas en la generación de sus informes.
El proyecto REGIONES 2030 concluirá en diciembre de 2023 con la presentación y publicación de un informe final. Este informe consolidará los diez informes regionales generados durante el seguimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a nivel regional en Europa, contribuyendo a su óptimo seguimiento, como parte del correcto cumplimiento de la Agenda 2030.
Más de la mitad de la población mundial son mujeres, que además juegan un papel clave en nuestra sociedad. Por ejemplo, son las mujeres las que cultivan, producen y venden más del 90% de los alimentos cultivados de forma local. Paradójicamente, esas mismas mujeres resultan beneficiarias de tan sólo el 1% de los créditos agrícolas y reciben menos del 1% de los contratos públicos. Una de las razones de esta discriminación que continúa creciendo es precisamente la escasez en la disponibilidad de los datos de género requeridos para evaluar adecuadamente las políticas públicas a este respecto y poder asegurarse así de que las mujeres son incluidas y sus necesidades particulares tenidas en cuenta.
Como vemos, lejos todavía de aprovechar los beneficios prometidos por los datos abiertos y además de sufrir la discriminación habitual por cuestiones de género, las mujeres de todo el mundo se ven ahora también forzadas a vivir una nueva forma de discriminación a través de los datos: las mujeres tienen menor presencia online que los hombres; generalmente tienen menos probabilidades de ser escuchadas en la fase de consulta y diseño de las políticas de datos; son menos valoradas en los rankings de científicos de datos e incluso muchas veces ni siquiera tienen representación en las estadísticas oficiales.
Las metas definidas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen un objetivo específico para eliminar toda forma de discriminación contra las mujeres. Sin embargo, y aunque contemos ya con una gran variedad de datos desagregados por sexo, un estudio reciente de las Naciones Unidas ha detectado la existencia todavía de importantes carencias de datos de género a la hora de afrontar esas fuentes específicas de discriminación en áreas tan relevantes como la sanidad, la educación, las oportunidades económicas, la participación política o hasta la propia integridad física.
Acabar con la discriminación será una tarea todavía mucho más difícil si no se cuenta ni siquiera con los datos básicos necesarios para entender la extensión del problema y poder así darle solución. Por eso, un primer paso importante es sacar el mayor provecho posible de los datos ya disponibles pero también poder visualizar y visibilizar claramente esas carencias. El compromiso político al más alto nivel es muy alto con iniciativas como la Alianza Global de los Datos para el Desarrollo Sostenible, la Carta Internacional de los Datos Abiertos o el Consenso Africano de los Datos mostrando su apoyo explícito a políticas de datos más inclusivas. No obstante, ese compromiso no acaba de materializarse, ya que a día de hoy todavía tan sólo un 13% de los gobiernos incluyen en sus presupuestos de forma regular la recogida de datos de género.
Para cerrar esta nueva brecha de género digital será por tanto necesaria una nueva aproximación integral a la hora de identificar los datos necesarios, garantizar que esos datos se recojan y compartan en forma de datos abiertos, realizar acciones de capacitación para que las propias interesadas puedan entender y analizar esos datos por sí mismas y habilitar mecanismos de diálogo y participación para garantizar que los presupuestos públicos recogen adecuadamente estas necesidades.
En un mundo crecientemente digital, sin igualdad de datos no podremos comprender la totalidad de la realidad sobre la vida y el bienestar de las mujeres ni alcanzar una verdadera igualdad de género para hacer que todas y cada una de las mujeres sean también tenidas en cuenta.
En agosto de 2014 el secretario general de las Naciones Unidas Ban Ki-moon encargó a un grupo de expertos independiente la elaboración de unas recomendaciones específicas sobre cómo llevar a cabo una revolución de los datos para el desarrollo sostenible. En las conclusiones del informe elaborado por los expertos se destacan dos grandes retos a nivel global:
- El reto de la “invisibilidad”: debido a las diferencias entre los que podríamos llegar a saber si tuviéramos acceso a los datos adecuados y lo que sabemos realmente dada la actual escasez de datos.
- El reto de la desigualdad: debido a las diferencias entre aquellos que tienen acceso a los datos que necesitan para tomar sus propias decisiones y los que no lo tienen.
Es a partir de la publicación de este informe que el uso y potencial de los datos empieza a cobrar un especial protagonismo en la agenda global para el desarrollo sostenible. Tan sólo un año después la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó los nuevos y ambiciosos Objetivos para un Desarrollo Sostenible, 17 metas en diversos ámbitos de actuación que establecen la agenda de desarrollo para los próximos años e incluyen temas como la pobreza, el hambre, la salud, la educación, la igualdad de género, el acceso al agua potable, la energías limpias, el empleo, el crecimiento sostenible, la industria, la desigualdad, el consumo responsable, el cambio climático, el ecosistema, la paz y la justicia.
Los datos abiertos vuelven a tener nuevamente en esta ocasión un cierto protagonismo en el debate como herramienta de desarrollo, aunque con un enfoque más dirigido a la monitorización del avance de los objetivos. Son entonces varias las voces que abogan por un uso más intensivo de los datos abiertos para el fomento del desarrollo. Por ejemplo, en su informe Datos Abiertos para un Desarrollo Sostenible el Banco Mundial también destaca cuáles son otras aportaciones adicionales que pueden hacer los datos abiertos para conseguir cumplir con los objetivos de desarrollo:
- Fomentar el crecimiento económico y la creación de empleo.
- Mejorar la eficiencia y eficacia de los servicios públicos.
- Fomentar la transparencia, rendición de cuentas y participación en los gobiernos
- Facilitar el intercambio de información entre las agencias gubernamentales
En definitiva, el papel de los datos abiertos será fundamental a la hora de cumplir los nuevos objetivos de desarrollo, por un lado contribuyendo a la definición de los estándares de datos necesarios, también como herramienta para medir el progreso realizado y para la rendición de cuentas y finalmente aportando la evidencia necesaria sobre el impacto real obtenido. Debemos aseguramos de que la revolución de los datos sea abierta o no habrá revolución.
Con ese objetivo surge la red OD4D (Open Data for Development), cuyo principal propósito es activar el potencial de los datos abiertos como herramienta para el desarrollo, contribuyendo no sólo a la elaboración de la agenda global de los datos abiertos, sino también a las agendas regionales de África o Asia por ejemplo y dándoles también apoyo para poder llevarlas a la práctica. Gracias a los esfuerzos conjuntos de la red y otras iniciativas como la Carta Internacional de los Datos Abiertos, se ha conseguido finalmente embeber los principios de los datos abiertos dentro de los objetivos de desarrollo a través del módulo de Datos Abiertos para el desarrollo sostenible.
Ya sea para la mejora en el acceso al agua potable, mejorar el sistema de sanidad, analizar la eficacia de los sistemas de educación, fomentar la igualdad de género, atajar el cambio climático o preservar nuestros bosques, los datos abiertos han venido demostrando ya todo su potencial como herramienta de desarrollo, pero para sacarles el máximo partido tendremos también que resolver primero una serie de obstáculos que dificultan el acceso a los datos necesarios como la ausencia de un marco legal y legislativo claro; la nueva brecha digital entre ricos y pobres, tanto en oferta como en la demanda de datos; la existencia de una cultura organizativa en algunos gobiernos que no favorece la apertura o la falta de coordinación entre la oferta y demanda de datos.
En 2014, el Banco Mundial unió sus fuerzas a las entidades independientes Open Data Institute y Open Knowledge en un proyecto diseñado para ayudar a los responsables de políticas socioeconómicas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos de los países en vías de desarrollo a comprender y aprovechar el potencial de los datos abiertos.
Como resultado de esta iniciativa han visto la luz diferentes materiales - informes técnicos, informes y casos prácticos- donde se muestra el impacto positivo de la apertura de la información en el desarrollo sostenible a escala internacional:
Informe “Apoyo al desarrollo sostenible a través de los datos abiertos”
En 2015, los países miembros de las Naciones Unidas se congregarán para decidir los puntos prioritarios en el desarrollo mundial de los próximos quince años en el área de justicia, derechos humanos, inclusión social, prosperidad y medio ambiente.
Bajo este marco, el informe “Apoyo al desarrollo sostenible a través de los datos abiertos” identifica tres campos principales donde el open data podría tener un impacto relevante y contribuir a cumplir con los objetivos marcados por la ONU.
Así, los datos abiertos pueden mejorar los programas de desarrollo y ayuda económica; monitorizar los progresos obtenidos en la lucha contra la corrupción o contribuir a la innovación, generación de empleo y crecimiento económico.
No obstante, para poder alcanzar dichas metas, es necesario solucionar una serie de retos que ponen freno a las iniciativas de datos abiertos en los países en vías de desarrollo: la baja calidad de la información, la discordancia entre la demanda y la oferta de datos, la carencia de métricas de análisis o la brecha digital entre las diferentes clases sociales.
Teniendo en cuenta estos desafíos, el informe facilita diversos mecanismos para que los gobiernos, la industria y la sociedad civil puedan utilizar los datos abiertos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible:
- Alcance de un consenso mundial sobre los principios y estándares (“abierto por defecto”) usando al grupo de trabajo open data del Open Government Parrnership como foro global de debate.
- Incluir los datos abiertos en los acuerdos de financiación; asegurando que toda la información procedente de las actividades realizadas con ayuda financiera se publiquen en abierto.
- Creación de una asociación internacional para los datos abiertos sostenibles que una al sector público y privado para crear conjuntamente una oferta y demanda de datos en los países en desarrollo.
Informe Datos abiertos gubernamentales: cómo impulsar el cambio
Cada vez más gobiernos son conscientes del potencial de los datos abiertos gracias al gran esfuerzo realizado en el ámbito de la sensibilización y familiarización con la apertura de la información pública; no obstante, todavía existe un largo camino hasta garantizar las sostenibilidad de las iniciativas open data en el tiempo.
Para ayudar a los organismos públicos en esta tarea, ODI publicó el informe “Datos abiertos gubernamentales: cómo impulsar el cambio”, el cual explora los cambios necesarios para que los programas de datos abiertos se mantengan a medio y largo plazo; hecho clave para que sea visible el impacto positivo del open data.
Con este objetivo, el estudio es concebido como una guía que sirva de ayuda a aquellos empleados de las administraciones públicas encargados de implementar y gestionar una iniciativa de datos abiertos.
Análisis del ecosistema open data en el mundo
Este estudio explora las cuatro dimensiones del ecosistema de datos abiertos -contexto/entorno, datos, reutilización e impacto- siguiendo la metodología CAF (Common Assesment Methods for Open Data), estándar para el análisis riguroso del open data.
El documento propone un conjunto de métricas para la realización de un benchmarking del open data que englobe desde la legislación y normativa vigente en la materia, pasando por las licencias de reutilización y el análisis del impacto de cualquier iniciativa de datos abiertos. Entre las recomendaciones que se ofrecen se incluyen evaluaciones automáticas de la calidad del open data y sus metadatos así como la integración de indicadores de rendimiento mundiales para entender el contexto de los datos abiertos.
De esta manera, mejorando los métodos de evaluación automáticos es posible incrementar la calidad y el alcance de la información del sector público; ayudando, por ende, a realzar el valor socieconómico del open data.
Fuente: http://theodi.org/supporting-sustainable-development-with-open-data
En la actualidad, un gran número de gobiernos, entidades y ciudadanos analizan, experimentan, innovan e incluso reutilizan la actual masa de datos para el bien individual y común, formando parte del movimiento mundial conocido como “la Revolución de los Datos”. No obstante, aún existen individuos, instituciones y, por supuesto, países que carecen de los recursos, el conocimiento y la capacidad necesaria para vivir en esta nueva era, sin la oportunidad de aprovechar el valor que nos ofrece la información.
Aunque los avances tecnológicos y los hábitos cotidianos han provocado la generación de Gigabytes de datos diarios, todavía escasea la información sobre ciertos puntos del planeta; hecho que obstaculiza la mejora de las condiciones de vida de millones de habitantes y que contribuye a la degradación de sus entornos. A su vez, a menudo los datos que sí existen no pueden ser reutilizables impidiendo su aprovechamiento para la toma de decisiones e impulso de nuevas políticas de desarrollo.
Bajo este marco, el pasado mes de noviembre, vio la luz el informe realizado por el IAEG (grupo asesor de expertos independientes sobre la revolución de los datos para el desarrollo sostenible) titulado “Un mundo que cuenta: La revolución de los datos para lograr un desarrollo sostenible”.
A través de dicho documento, las Naciones Unidas destacan las oportunidades y los retos actuales que supone la Revolución de los Datos para el desarrollo sostenible; brindando una serie de recomendaciones y acciones a realizar en el futuro cercano mediante las cuales sortear los posibles obstáculos y optimizar el impacto positivo de la reutilización de los datos en el mundo:
1. Desarrollo de principios y estándares globales. Es necesario acercar y aunar aquellos datos procedentes de las diferentes esferas -pública, privada y sociedad civil- para que la confianza de los ciudadanos en la información crezca progresivamente. Por este motivo, las Naciones Unidas trabajan para que las partes interesadas creen un “Consenso Global de Datos” con el fin de adoptar unos principios comunes en materia legal, técnica, geoespacial y estadística. Así, se intenta impulsar la apertura y el intercambio de los datos a la vez que se promueve y protegen los derechos humanos.
2. Compartir tecnología e innovación por el bien común. A través de una “Red de Innovación de Datos” se pretende crear mecanismos que agilicen el intercambio de conocimientos tecnológicos y buenas prácticas entre las diferentes organizaciones y expertos en el sector.
3. Nuevos recursos para el desarrollo de las capacidades. La mejora de los datos supondrá nuevas oportunidades de negocio. Para superar los retos actuales es necesario una inversión económica que apoye la revolución de los datos para el desarrollo sostenible; temática clave durante la “3ª Conferencia Internacional de Financiación para el Desarrollo” que tendrá lugar el próximo julio en la capital etíope, Adís Abeba.
4. Liderazgo para la coordinación y movilización. Las Naciones Unidas han propuesto un “Acuerdo Global sobre los Datos para el Desarrollo Sostenible” con el fin de coordinar el plan de acciones y designar las instituciones necesarias para llevar a cabo las siguientes iniciativas:
a. Organización del “Foro Mundial de Datos de Desarrollo Sostenible” que reúna a la comunidad internacional para el intercambio de ideas y experiencias en materia de datos, innovación y tecnología. El 1º foro está previsto que se celebre a finales del 2015.
b. Organización del “Foro Internacional de Usuarios de Datos para los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible)” asegurando el intercambio de información entre los productores de la información y los usuarios.
c. Establecimiento de acuerdos de colaboración para el intercambio de datos entre el sector privado y público.
5.Creación de un laboratorio de datos para la definición de los indicadores ODS, el análisis de los objetivos y la construcción de una plataforma de visualización que utilice las herramientas más avanzadas en explotación de datos; construyendo, a su vez, un cuadro de mandos que aglutine diferentes fuentes de información que muestren el estado global de las naciones en el mundo.
A través de informe, las Naciones Unidas pretenden dar luz a las oportunidades existentes en el ámbito de los datos al mismo tiempo que se mitigan los obstáculos actuales, evitando que aumente la distancia entre los países desarrollados y en vías de desarrollo y se reduzca el riesgo de daño y abuso de los derechos humanos.