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El feminicidio, definido como el asesinato de mujeres por razones de género, sigue siendo una de las formas más extremas de violencia. En 2023, se estima que aproximadamente 85.000 mujeres y niñas fueron asesinadas en el mundo y de estas, el 60% murieron a manos de parejas íntimas o familiares, lo que equivale a 140 víctimas diarias en su entorno cercano. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU), el feminicidio se genera en un contexto de desigualdad, discriminación y relaciones de poder asimétricas entre hombres y mujeres.

No obstante, las cifras anteriores son una estimación, ya que la obtención de datos sobre esta materia no es sencilla y supone una serie de retos. En este artículo vamos a comentar esos desafíos, y presentar ejemplos y buenas prácticas de las asociaciones ciudadanas que trabajan por impulsar su calidad y cantidad.

Retos a la hora de recopilar datos sobre feminicidios

La comparación internacional sobre feminicidio enfrenta principalmente dos grandes asuntos: la ausencia de una definición común y la falta de estandarización.

  1. Ausencia de definición común

Existen diferencias legales y conceptuales importantes entre los países en cuanto a la definición del feminicidio. En América Latina, muchos países han incorporado el feminicidio como delito específico, aunque con variaciones sustanciales en los criterios legales y en la amplitud de la definición. En contraste, en Europa no existe aún una definición homogénea de feminicidio, como subraya el Instituto Europeo de Igualdad de Género (EIGE). En muchos casos, los asesinatos de mujeres por motivos de género se registran como homicidios generales o violencia doméstica, lo que invisibiliza el fenómeno y dificulta la comparación internacional.

Esta ausencia de una definición legal y conceptual común impide la comparación directa de cifras, así como el análisis regional.  Además, la falta de homogeneidad metodológica provoca que las cifras de feminicidio se diluyan entre las de homicidios generales, subestimando la magnitud real del problema y dificultando el diseño de políticas públicas efectivas.

En este sentido, es necesario un esfuerzo internacional por homologar definiciones. De esa forma se podrá dimensionar el verdadero alcance del problema y combatir de manera efectiva.

  1. Falta de estandarización

La falta de estandarización en la recolección y publicación de datos genera profundas diferencias en la disponibilidad, apertura y calidad de la información entre países. Como en otros muchos ámbitos, los datos abiertos y estandarizados sobre feminicidios podrían ayudar a comprender el fenómeno y facilitar la implementación de políticas públicas efectivas. Sin embargo, hoy en día existe disparidad en la recogida y publicación de datos.

Actualmente, la disponibilidad de datos sobre feminicidio es desigual entre países. Nos encontramos casos en los que los datos hacen referencia a periodos diferentes, o que presentan variaciones debido a las diversas metodologías, definiciones y fuentes:

  • Hay países que ofrecen datos accesibles a través de plataformas gubernamentales y/o observatorios oficiales. En estos casos, los datos provienen de organismos públicos como ministerios, institutos nacionales de estadística, observatorios de violencia de género y cortes supremas, lo que garantiza mayor fiabilidad y continuidad en la publicación de estadísticas, aunque su cobertura y metodología varían ampliamente.
  • En otros casos, los datos son parciales o provienen de organizaciones no gubernamentales (ONG), observatorios independientes, redes periodísticas y académicas. Estos organismos suelen recurrir a recuentos hemerográficos o monitoreo de medios, para completar los datos institucionales. Organismos multilaterales como la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), ONU Mujeres y las redes europeas de periodismo de datos intentan armonizar y comparar cifras, aunque reconocen las limitaciones derivadas de la diversidad de definiciones y metodologías.

Esta falta de un sistema unificado genera la necesidad de una triangulación de la información y produce discrepancias en las cifras reportadas. Además, dificulta obtener una visión más completa del fenómeno.

Por ello, es necesaria una estandarización en la recopilación de datos que permita contar con datos fiables y comparables para conocer la magnitud real del problema, evaluar la eficacia de las políticas públicas o diseñar estrategias de prevención efectivas.

A estos retos, habría que sumar:

Ejemplos de iniciativas ciudadanas que recopilan datos de feminicidio

Con el fin de responder a problemática mundial, han surgido iniciativas ciudadanas y académicas que construyen bases de datos alternativas, visibilizando la violencia de género. Para ello, las organizaciones feministas y activistas han adoptado herramientas tecnológicas para rastrear feminicidios.

Un ejemplo es el Data Against Feminicide (DAF), que equipa a activistas con sistemas de alertas por correo electrónico basados en algoritmos de aprendizaje automático. La plataforma desarrolla algoritmos de machine learning que ayudan a escanear más de 50.000 fuentes diarias de noticias en varios idiomas para identificar posibles casos de feminicidio, priorizando las regiones de interés de las activistas y permitiendo que estas añadan fuentes locales. A diferencia de los sistemas genéricos, el enfoque de DAF es colaborativo: los participantes entrenan los algoritmos, revisan los resultados y corrigen sesgos, incluyendo la identificación de transfeminicidios o la interpretación de lenguaje sesgado en los medios. Así, la tecnología no reemplaza el análisis humano, sino que reduce la carga de trabajo y permite focalizar esfuerzos en la verificación y contextualización de los casos.

Aunque la transparencia y los datos abiertos son un primer paso, los proyectos ciudadanos como los apoyados por el DAF operan con criterios adicionales que enriquecen los resultados:

  1. Datos con memoria: cada registro incluye nombre, historia personal y contexto comunitario.
  2. Transparencia radical: utilizan metodologías y herramientas de código abierto.
  3. Justicia restaurativa: los datos alimentan campañas de incidencia y acompañamiento a familias.

Asimismo, el DAF destaca la necesidad de proteger y cuidar a las personas que recaban estos datos, dado el impacto emocional que implica su labor. Así, se visibiliza también la dimensión humana y ética del trabajo con datos sobre feminicidio.

Otro ejemplo es Feminicidio Uruguay, que ha documentado casos desde 2001 mediante monitoreo de prensa y colaboración con la Coordinadora de Feminismos. Sus hallazgos clave incluyen que el 78% de los agresores eran conocidos de la víctima; que el 42% de los feminicidios ocurrieron en el hogar, y que solo el 15% de las víctimas había realizado denuncia previa. Este proyecto inspiró la creación del Registro Nacional de Femicidios de la Justicia Argentina, que desde 2017 publica datos abiertos anuales con detalles de víctimas, agresores y contexto de los casos.

Además de las iniciativas por países, también encontramos iniciativas supranacionales que tratan de unificar datos en diversas regiones. Iniciativas como el Estándar Regional de Datos de Femicidios (ILDA) buscan superar estas barreras mediante:

  • Protocolos unificados de recolección.
  • Plataformas colaborativas de entrenamiento técnico.
  • Alianzas intergubernamentales para validación jurídica.

El caso de España

Ante esta situación internacional, España se presenta como un caso pionero en la materia. Desde 2022, se contabilizan oficialmente todos los tipos de feminicidios, no solo los cometidos por parejas o exparejas, sino también los familiares, sexuales, sociales y vicarios. El principal portal español de datos estadísticos sobre feminicidio es el portal estadístico de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, disponible en una web dedicada. Este espacio reúne datos oficiales sobre feminicidios y violencia de género, permitiendo consultar, cruzar y descargar información en diferentes formatos, y es la referencia institucional para el seguimiento y análisis de estos crímenes en España. Esta nueva metodología responde al cumplimiento del Convenio de Estambul y busca reflejar la totalidad de la violencia extrema contra las mujeres.

La colaboración con la sociedad civil y personas expertas ha sido clave para definir tipologías y mejorar la calidad y apertura de los datos. El acceso ciudadano es amplio y los datos se difunden en informes, conjuntos de datos y boletines públicos.

Conclusión

En resumen, la apertura y estandarización de los datos sobre feminicidio no solo son herramientas técnicas, sino también actos de justicia y memoria colectiva. Allí donde los Estados colaboran con la sociedad civil, los datos resultan más completos, transparentes y útiles para la prevención y la rendición de cuentas. Sin embargo, la persistencia de vacíos y metodologías dispares en muchos países siguen dificultando una respuesta global efectiva ante el feminicidio. Superar estos retos requiere fortalecer la colaboración internacional, adoptar estándares comunes y garantizar la participación de quienes documentan y acompañan a las víctimas. Solo así los datos podrán transformar la indignación en acción y contribuir a erradicar una de las formas más extremas de violencia de género.


Contenido elaborado por Miren Gutiérrez, Doctora e investigadora en la Universidad de Deusto, experta en activismo de datos, justicia de datos, alfabetización de datos y desinformación de género. Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor

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Entrevista

Hoy en día los datos mueven el mundo. Condicionan las políticas públicas, el comportamiento de los algoritmos y la toma de decisiones de múltiples empresas. Por ello es importante contar con cifras que representen correctamente la realidad, es decir, que tengan en cuenta todas las variables, incluidas las de género.

Thais Ruiz de Alda es fundadora y CEO de Digital Fems, una entidad que diseña proyectos para aumentar la presencia de mujeres en entornos tecnológicos. Además de tareas de consultoría y diseño de políticas de igualdad, Digital Fems lleva a cabo proyectos basados en ciencia de datos con perspectiva de género. En esta entrevista, Thais nos habla sobre la situación actual y los retos que se encuentran en este campo.

Entrevista completa:

1. ¿Por qué es importante contar con datos con perspectiva de género?

Los datos con perspectiva de género son una herramienta para poder medir aspectos varios, de manera diferenciada entre hombres y mujeres, entre sexos diferentes.

También sirven para medir la realidad en clave identidad de género, en el caso de que se disponga de información al respecto. Por último, hay materias, ámbitos de tratamiento de datos, donde es fundamental incluir perspectivas interseccionales, como el género o el origen. Por ejemplo, cuando se recogen datos acerca del uso de servicios sanitarios visibilizamos afectaciones diferenciadas según si los pacientes son de sexo diferente, o por ejemplo en el uso del transporte público, es importante identificar el sexo de quien usa el servicio, para diseñar un servicio de acuerdo con las necesidades de las personas pasajeras: espacio para dar pecho, espacio para ir con niños, seguridad y evitación de acoso sexual u otro tipo de agresiones. El problema que tenemos hoy todavía es la carencia o inexistencia de este tipo de datos. El famoso gender data gap o la brecha de género en los datos. Por eso muchas organizaciones dicen que sin datos con perspectiva de género, la igualdad no es posible. Without GenderData, equality is not.

2. ¿Cuál es el estado actual de este tipo de datos? Indica que existe una brecha de género en los datos

Existe una brecha de género en los datos tremenda. En general, y desde que empezó la era de los gobiernos abiertos, allá por 2007, han sido las administraciones públicas las que empezaron abriendo los datos. Ello tiene lógica, dado que han sido las administraciones las generadoras de estadísticas oficiales y propietarias y guardianas de algunos datos que los ciudadanos creamos a través del uso de servicios públicos. Según las Naciones Unidas, en diciembre de 2020, sólo teníamos el 39% de los datos con perspectiva de género que necesitamos para supervisar los ODS. Así que, desde el lado de los poderes públicos, hace falta todavía recorrer camino. Creo que la perspectiva de futuro para este tipo de datos es positivamente buena, ya que vamos por buen camino, avanzando en la creación de este tipo de datos. Aquí es donde podemos decir que, en paralelo, hay organizaciones de la sociedad civil que están también trabajando en la generación de datos con perspectiva de género. Muchas organizaciones de mujeres se han dado cuenta de la necesidad de crear y recolectar estos datos para paliar esa brecha. Es más, ahora mismo, organizaciones de la sociedad civil, son las que deben impulsar y presionar para mostrar el valor de esta tipología de datos y pugnar por que los poderes públicos los generen. Ahora nos falta que otros stakeholders como empresas o entornos académicos prioricen esta necesidad y generen datos con perspectiva de género para conocer cuestiones que afectan de manera diferenciada a hombres y mujeres. El tema daría para una tesis doctoral… pero en resumen, el primer escollo que hay que resolver es producir datos con esta perspectiva, que ha sido ignorada, y una vez que dispongamos de estos datos, seremos capaces de leer la realidad, de medirla y de extraer conclusiones que nos permitirán tomar decisiones con mucha más precisión.

Según las Naciones Unidas, en diciembre de 2020, sólo teníamos el 39% de los datos con perspectiva de género que necesitamos para supervisar los ODS

3. Desde Digital Fems habéis puesto en marcha, junto con otras organizaciones, GenderDataLab.org, un repositorio de datos abierto con perspectiva de género. ¿Qué tipo de información puede encontrar un usuario allí? ¿Cuáles son los retos con los que os habéis encontrado a la hora de recolectar y hacer públicos este tipo de datos?

Genderdatalab es un espacio de experimentación y de publicación de datasets con perspectiva de género de reciente creación, donde las personas visitantes pueden optar por:

  • Aprender, mediante los artículos, recomendaciones, guías o best practices e información recabada sobre la disciplina de datos con perspectiva de género. Es un espacio de uso común porque tras registrarse, las personas usuarias pueden crear datasets y publicarlos, con licencias abiertas para dar a conocer sus informes estudios, etc
  • Registrarse y publicar datasets; es un espacio de uso común porque tras registrarse, las personas usuarias pueden crear datasets y publicarlos, con licencias abiertas para dar a conocer sus informes estudios, etc.
  • Descargarse o usar la API de los datasets, o simplemente visitar los datasets y visualizarlos…

A pesar de nuestra “juventud” hemos tenido experiencias diversas: hemos convencido a organizaciones para que publiquen sus datos, que contenían la perspectiva de género, en formato abierto y han tenido ciertos miedos al pensar que la información en abierto es susceptible de ser manipulada. Por lo tanto, hemos evangelizado acerca de lo que es open data a comunidades no “digitalizadas”. Por otro lado, hemos visto como, al contrario, organizaciones que querían publicar informes inclusivos con el género, se abrían a hacerlo, y nos pedían ayuda y apoyo en la ejecución. También hemos detectado algunos miedos en el uso de la plataforma, es decir, resistencias a publicar datasets por “miedo” a que no estén bien diseñados, etc. y por eso ahora vamos a publicar mini cursos de formación para familiarizar a las personas usuarias con las funcionalidades de la plataforma, así como con los contenidos y animar a los miembros de la plataforma, que tiene unos cuantos cientos de personas registradas ya.

4. Una de las áreas donde los datos también nos pueden ayudar es en la lucha contra la violencia machista. Este es el ámbito de trabajo de su proyecto DatosContraelRuido.org, donde utilizan técnicas Big Data para analizar miles de archivos de datos sobre la materia. ¿Cómo han desarrollado el proyecto y cuál ha sido su impacto?

El proyecto DatosContraElRuido.org, ha sido el primer proyecto que lanzamos desde Digital Fems en clave de activismo de gender data. El proyecto lo desarrollamos para que, a través de aplicar nuestra metodología, se pudieran entender conceptos jurídicos complejos en unas visualizaciones de datos, procesados y analizados bajo una perspectiva de género. Con ello se busca explicar la presencia de las violencias machistas en el territorio español, o la tipología de violencias que se ejercen con los datos que el Ministerio de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial publican. Con todos estas miles de líneas de información, hemos sido capaces de crear un relato comprensible para las personas de a pie, y diseñar campañas de comunicación que permitan comprender la dimensión de las violencias machistas.

Cada vez que publicamos una actualización de los datos, conseguimos un impacto mediático relativamente importante, que nos ha permitido ser invitadas a muchos foros, sobre todo de entornos de violencia machista para explicar, tres cuestiones:

  1. Crear tecnología o soluciones tecnológicas con perspectiva de género, ayuda a ampliar el campo de visión de los problemas. Nos hacen falta más mujeres tecnólogas que puedan abordar aspectos sociales
  2. Los datos con perspectiva de género, o GenderData, es una disciplina de la ciencia de datos que no sólo compete al ámbito de la recolección de datos, sino que también se aplica en la manera de estructurar los datos y de procesarlos para su análisis. 
  3. Todos los datos se pueden descargar en GenderDataLab.org para que cualquier persona pueda a su vez tratar esos datos y ampliar el ámbito de análisis.

El impacto social que perseguimos es clarificar la gran presencia de las violencias machistas, basándonos en datos oficiales, innegables…. y generar conciencia social acerca de ello. Para nosotras, DatosContraElRuido.org es una herramienta abierta y consultable por la sociedad para conocer la realidad de un tipo de violencia, de la que es necesario hablar claro y alto. Si la droga, los accidentes de tráfico y la seguridad pública son ámbitos de interés público, la violencia que algunos hombres ejercen sobre las mujeres también lo es. El 70% de las denuncias son archivadas…

DatosContraelRuido permite entender conceptos jurídicos complejos en unas visualizaciones de datos, procesados y analizados bajo una perspectiva de género. Con ello se busca explicar la presencia de las violencias machistas en el territorio español, o la tipología de violencias que se ejercen con los datos que el Ministerio de Justicia y el Consejo General del Poder Judicial publican.

5. En su opinión, ¿cuáles deberían ser las acciones estratégicas para generar datos con perspectiva de género desde el ámbito institucional?

Vivimos en sociedades data driven o basada en datos, y vamos a más… entonces, tendría todo el sentido del mundo tener en cuenta las diferentes herramientas, metodologías y procesos que ayuden a generar los datos de mejor calidad posible. Ahi está clarísimo que nos hace falta un plan de acciones para hacer posible esto.

Lo primero de todo es ofrecer formación a las personas, departamentos y equipos responsables de mantener datasets o con potencial de crear datasets dentro de la Administración pública. Es necesario invertir en capacitar a las personas que gestionan la generación de datos. En realidad, es una “pata” de lo que se entiende por digitalizar o transformar digitalmente a la Administración Pública.

Lo segundo es potenciar la creación de esta tipología de datos a través de instrumentos administrativos. Por ejemplo, la Comisión Europea anunció en 2020 que los beneficiarios de sus becas de investigación tendrían que incorporar análisis de sexo y género en el diseño de sus estudios, seguramente debido a la experiencia de la COVID-19 y las vacunas.

Lo tercero es generar acciones de concienciación acerca de esta nueva disciplina, y los beneficios que implicaría, pero esto sin las otras acciones no sirve de nada. Y lo más importante, sin presupuestos para incentivar cambios o poner en marcha elementos de innovación, no hacemos nada…

Lo primero de todo es ofrecer formación a las personas, departamentos y equipos responsables de mantener datasets o con potencial de crear datasets dentro de la Administración pública.

6. Aunque es un sector en constante crecimiento, las mujeres todavía son minoría en los entornos laborales ligados al ámbito tecnológico. ¿Cuáles son las razones detrás de esta situación? ¿Qué medidas habría que tomar para cambiarla?

Es complejo porque esta realidad se da en todo el planeta, países y territorios. Uno de los motivos más fuertes, es que existe una fuerte presencia de estereotipos de género acerca de lo “tecnológico”. Hay muchísimos estudios que muestran cómo incluso desde edades tempranas, las niñas y los niños asocian tecnología a habilidades masculinas. Seamos conscientes de que en la cuna de la cultura tech, Sillicon Valley, existe un término que se usa constantemente para definir rasgos de culturas corporativas: Brogrammer, fusión entre brother y programmer.

Los estereotipos operan invisiblemente, y son una de las causas de que no haya mujeres universitarias en estudios específicos en campos relacionados con las ingenierías, y por lo tanto su entrada a entornos profesionales también resulta tener tasas muy bajas. Se habla de que las mujeres representan aproximadamente el 30% del total de empleados del sector tech, en un sector cuyo crecimiento es del 10% anual, vs el 0,4%, que es el ritmo de crecimiento de la tasa de empleo en la zona euro. Así que la tasa de reclutamiento de mujeres tecnólogas es baja porque hay pocas, pero es que además esta tasa sigue bajando a medida que van desarrollándose las carreras profesionales y la retención del talento femenino es una asignatura pendiente en el sector tech.

La solución a esto es compleja, porque implica que por un lado deben activarse políticas públicas que generen acciones que potencien mayor presencia femenina. Por ejemplo el Ayuntamiento de Barcelona ha sido pionero en regular y poner criterio y medios para darle la vuelta a la tendencia del sector (la medida de gobierno se llama BcnFemTech). Por otro lado, también y sobre todo deben activarse políticas corporativas entre las empresas que forman parte del sector a través de la creación de medidas que incentiven la entrada de más mujeres, y la retención de este talento, que además revierte directamente en los beneficios de la empresa: el software, cuantas más personas diversas lo diseñen, mejor y más efectivo será, tal y como dice la Fundación Bill y Melinda Gates.

La tasa de reclutamiento de mujeres tecnólogas es baja porque hay pocas, pero es que además esta tasa sigue bajando a medida que van desarrollándose las carreras profesionales y la retención del talento femenino es una asignatura pendiente en el sector tech.

7. ¿Puede adelantarnos cuáles son las próximas líneas de trabajo de Digital Fems en materia de datos abiertos?

Pues seguimos trabajando con datos de algunas organizaciones con las que colaboramos, por ejemplo con CIMA, donde hacemos un seguimiento de sus informes acerca de la presencia de la mujer en el cine, y monitorizamos la evolución del número de mujeres que trabajan en la industria, dirigen pelis o las guionizan, y de paso calculamos la brecha de género. También vamos a publicar en abierto dos trabajos que hemos hecho este año: una encuesta a empresas con sede en Cataluña acerca de roles y tareas de las mujeres en entornos tecnológicos, y un informe y dataset acerca de mujeres en entornos tech en España. Estamos muy contentas porque estos dos informes van a aportar luz en la realidad de las mujeres tecnólogas en España. Para el último trimestre de 2022 seguramente estaremos trabajando en un proyecto de datos y música también, a través de EllesMusic: el sector de la música, trabaja con metadatos no estandarizados, y el género debería de incorporarse como un elemento de metadata.

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Aplicación

Esta aplicación web ofrece un estudio de paridad del nomenclátor de Sant Boi de Llobregat. Muestra la evolución de la aprobación de los nombres de calle según si son calles con nombre de hombre o de mujer, a lo largo de los años.

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Hoy 8 de marzo es el día que conmemoramos la lucha de las mujeres por lograr su plena participación en la sociedad, además de dar visibilidad a la desigualdad actual de género y reivindicar la acción global por una igualdad efectiva de derechos en todos los ámbitos.

Sin embargo, los datos parecen indicar que todavía nos queda camino por recorrer en este aspecto. El 70% de los 1.300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza son mujeres. Las mujeres predominan en la producción mundial de alimentos (hasta el 80% en algunas zonas), pero poseen menos del 10% de la tierra. El 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas. Y la situación para las mujeres no ha hecho más que empeorar debido a la pandemia, haciendo que la estimación del tiempo necesario para cerrar la brecha de género actual crezca ahora hasta más de 135 años.

La importancia de los datos en la lucha por la igualdad

Es por tanto un hecho que las mujeres se han quedado retrasadas en muchos de los indicadores de desarrollo sostenible, una desigualdad que además se está también replicando en el mundo digital – y que incluso se amplifica a través del cada vez más frecuente uso de algoritmos que carecen también de los datos de entrenamiento necesarios para ser representativos de la realidad de las mujeres. Pero también es un hecho que ni siquiera contamos con todos los datos necesarios para conocer con certeza cuál es la situación a la que nos enfrentamos con respecto a un gran número de indicadores clave.

Existe una escasez generalizada de datos de género que afecta a todos los sectores económicos y sociales. El Banco Mundial, la Unión Europea, la OECD, las Naciones Unidas, UNICEF, la ITU o el IMF – son cada vez más los organismos internacionales que están llevando a cabo sus esfuerzos particulares para recopilar sus propias bases de datos de género. No obstante, siguen faltando indicadores en múltiples aspectos clave, además de otras carencias importantes en cuanto a calidad de los datos actuales que frecuentemente están incompletos u obsoletos.

Esta carencia de datos es algo que puede resultar particularmente problemático cuando hablamos, por ejemplo, de temas tan sensibles como la violencia de género – un área en la que afortunadamente cada vez contamos con más datos a nivel global, e incluso algunos grandes ejemplos esperanzadores como la iniciativa de datos sobre feminicidios liderada por ILDA. Esto es un avance muy importante porque resulta todavía más difícil mejorar cuando ni siquiera sabemos cuál es la situación actual. Y es que los datos, y las políticas de gobernanza que creamos para gestionarlos, también pueden ser sexistas.

Los datos son herramientas que sirven para tomar mejores decisiones y elaborar mejores políticas. Nos permiten establecer objetivos y medir nuestros avances. Los datos se han convertido por tanto en una herramienta indispensable para crear un impacto social en las comunidades. Es por todo ello que la falta de datos sobre la vida de las mujeres y de las niñas es tan perjudicial.

Cómo abordar la brecha de género desde los datos

A la hora de buscar soluciones para este problema, y trabajar así por la equidad de género también a través de los datos, es crucial que involucremos a los protagonistas y que les demos voz. Así, a través de sus propias experiencias, podremos desarrollar procesos más inclusivos para la recopilación, el análisis y la publicación de datos. De este modo estaremos en una posición mucho mejor a la hora de utilizar los datos como una herramienta de inclusión para abordar la igualdad de género. El excelente manual del feminismo de datos escrito por Catherine D’Ignazio y Lauren Klein nos ofrece una serie de estrategias y principios que nos servirán de guía para poder conseguirlo:

  1. Examinar el poder – El feminismo de datos empieza por analizar cómo opera el poder en el mundo.
  2. Desafiar el poder – Debemos comprometernos a cuestionar las estructuras de poder cuando son desiguales y a trabajar por la equidad.
  3. Potenciar las emociones y la personificación – El feminismo de datos nos enseña a valorar múltiples formas de conocimiento, incluyendo los que provienen de las personas.
  4. Repensar los binarismos y las jerarquías – Debemos desafiar el binarismo de género, así como otros sistemas de cuantificación y clasificación que podrían dar lugar a distintas formas de marginación.
  5. Adoptar el pluralismo – El conocimiento más completo surge de sintetizar múltiples perspectivas, priorizando los saberes locales y las experiencias.
  6. Considerar el contexto – Los datos no son neutrales ni objetivos. Son productos de relaciones sociales desiguales, y entender ese contexto será esencial a la hora de realizar un análisis ético y preciso.
  7. Hacer visible el trabajo – El trabajo de la ciencia de datos es producto de la colaboración de muchas personas. Se debe hacer visible toda esa labor, para que pueda ser reconocida y valorada.

Nuestras opciones para contribuir a reducir la brecha de datos

Para poder avanzar en esta lucha por la igualdad necesitamos muchos más datos desagregados por género, que reflejen adecuadamente las inquietudes de las mujeres y las niñas, su diversidad y todos los aspectos de sus vidas. Todos podemos y debemos contribuir a llamar la atención sobre las desventajas que sufren las mujeres a través de los datos. Algunos consejos al respecto son:

  • Comencemos por recopilar y publicar datos siempre desglosados por género.
  • Utilicemos siempre a las mujeres como grupo de referencia en nuestros cálculos cuando estemos tratando desigualdades que les afectan directamente.
  • Documentemos las decisiones que tomamos y nuestras metodologías a la hora de trabajar con los datos de género, incluyendo cualquier cambio nuestros enfoques a lo largo del tiempo y su justificación.
  • Compartamos siempre los datos en bruto y de forma completa en un formato abierto y reutilizable. De este modo, aunque no hayamos puesto el foco en los retos que afrontan las mujeres, al menos otros podrán hacerlo usando los mismos datos.

Entre todos podemos conseguir que lo invisible se haga visible y que finalmente todas y cada una de las mujeres y niñas del mundo sean tenidas en cuenta. La situación es urgente y éste es el momento de hacer una apuesta decidida para cerrar la brecha de datos como herramienta necesaria a la hora de acabar con la brecha de género también.


Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation. Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.

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Evento

El gobierno de Canarias ha iniciado un proyecto para abordar las políticas públicas sobre conciliación y corresponsabilidad a partir de los datos abiertos. Bajo el título de Open Data Mujeres Canarias, el objetivo es concienciar y promover la igualdad de género, fomentando la conciliación de la vida laboral, familiar y del tiempo libre, así como el reparto equitativo de las responsabilidades, tanto públicas como privadas, entre hombres y mujeres.

Este proyecto consta de tres acciones:

  1. Expedición:

La primera fase, que tuvo lugar en enero de 2019, consistió en un evento participativo que reunió a distintos perfiles (tanto profesionales y expertos en la materia como ciudadanos interesados en la temática) para explorar y analizar los datos disponibles.

  1. Reto de visualización:

El objetivo de esta fase es crear una visualización basada en datos abiertos que refleje una realidad o problemática para la igualdad de las mujeres, relacionadas con la conciliación y la corresponsabilidad. La visualización debe incluir​ al menos un dataset publicado por una institución pública de Canarias (Gobierno de Canarias, Istac, Cabildos, Ayuntamientos, etc.). Cabe destacar que los trabajos presentados deben estar bajo licencia ​Creative Commons BY.

​Aquellos que deseen participar deben formar un grupos de 3 a 5 personas, donde al menos el 50% de los participantes sean residentes en Canarias. No hace falta ser experto en datos, ya que se han previsto formaciones gratuitas en reutilización y visualización de datos y programas de mentoría para los participantes que lo necesiten.

Para participar es necesario inscribirse a través del siguiente formulario. La fecha límite de presentación de las visualizaciones es el 19 de marzo. El 21 de marzo, los creadores de cada visualización defenderán su trabajo ante un jurado formado por personas expertas. Habrá presentaciones simultáneas en Tenerife y Gran Canaria.

  1. Exposición virtual

Los tres mejores trabajos serán expuestos en la Exposición Virtual del proyecto, una web que servirá para hacer público todo el trabajo hecho hasta el momento. De esta forma, se busca acercar los datos más relevantes a todo aquel que los quiera consultar.

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Noticia

Los datos abiertos, al igual que han contribuido en otros campos, como la sanidad, el turismo o el emprendimiento, pueden ser una herramienta muy útil para ayudar a conseguir la igualdad de género. Pero antes es necesario superar una serie de retos, entre los que destacan:

  • La existencia de una brecha de género en los datos: los datos desagregados por sexo permiten entender si existen desigualdades entre las personas de distinto género y tomar decisiones que puedan ayudar a reducir dichas desigualdades. Sin embargo, todavía hay importantes carencias en este tipo de datos.

  • La poca presencia de mujeres en el ecosistema de los datos abiertos: Al igual que pasa en otros sectores tecnológicos, la cantidad de mujeres que forma parte del ecosistema de los datos abiertos es menor que la de hombres. Esto hace que su visión y sus preocupaciones queden a veces fuera de la mesa de debate. Como ejemplo, The Feminist Open Government Initiative, creada para alentar a los gobiernos y la sociedad civil a defender los avances de género en un contexto de gobierno abierto, pero que está gestionado principalmente por integrantes del género masculino.

Para solucionar estos retos, se han creado diversos grupos de mujeres, como Open Heroine, integrado por más de 400 mujeres a nivel mundial que trabajan en los campos de gobierno abierto, datos abiertos y tecnología cívica. Se trata de un espacio virtual donde las mujeres pueden compartir sus experiencias y reflexionar sobre los desafíos que afrontan, así como impulsar una mayor presencia de mujeres en los grupos de debate sobre datos abiertos. Esta asociación fue la responsable de uno de los pre-eventos celebrado en el marco de la última Conferencia Internacional de Datos Abiertos. A través de un formato “do-a-thon” crearon grupos de trabajo para tratar de dar solución, a través del uso de los datos, a retos como la prevención de feminicidios o la brecha de género en los datos en la ciudad de Buenos Aires.

En España, también se está tratando de impulsar la presencia de las mujeres en estos campos, aunque de manera más general. Por ejemplo, el proyecto “Quiero ser ingeniera”, de la Universidad de Granada, busca impulsar la presencia femenina en las carreras relacionadas con las STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Para ello se realizan visitas a centros de Educación secundaria, y se celebra una Feria de la Ingeniería y un campus de verano. Hay que tener en cuenta que de acuerdo con los datos del Ministerio de Educación aunque las mujeres representan un 54% de la población universitaria española, solo suponen el 10% del alumnado en las carreras TIC.

Otro ejemplo es el espacio “Mujeres y datos abiertos”, de la Iniciativa Barcelona Open Data, donde se muestran visualizaciones fruto de 3 eventos organizados por esta organización para explorar fuentes de datos abiertos y solucionar retos sociales relacionados con las mujeres: Datos X Mujeres, Wiki-Data-Thon e Índice Pobreza mujeres y precariedad. Estas visualizaciones permiten ver las diferencias de género en ámbitos como los cuidados en el hogar o el callejero de grandes ciudades como Barcelona. Además impulsan la creación de soluciones digitales que permitan dar una respuesta a estas diferencias.

Las mujeres son el 50% de la sociedad y como tal deberían estar representadas en todos los ámbitos. Aunque su presencia es cada mayor en la comunidad de datos abiertos (como mostró el Encuentro Aporta), todavía queda trabajo por hacer: son necesario más datos de género y más espacios donde analizar y tratar de resolver los retos que las mujeres tienen por delante utilizando datos abiertos.

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Noticia

Más de la mitad de la población mundial son mujeres, que además juegan un papel clave en nuestra sociedad. Por ejemplo, son las mujeres las que cultivan, producen y venden más del 90% de los alimentos cultivados de forma local. Paradójicamente, esas mismas mujeres resultan beneficiarias de tan sólo el 1% de los créditos agrícolas y reciben menos del 1% de los contratos públicos. Una de las razones de esta discriminación que continúa creciendo es precisamente la escasez en la disponibilidad de los datos de género requeridos para evaluar adecuadamente las políticas públicas a este respecto y poder asegurarse así de que las mujeres son incluidas y sus necesidades particulares tenidas en cuenta.

Como vemos, lejos todavía de aprovechar los beneficios prometidos por los datos abiertos y además de sufrir la discriminación habitual por cuestiones de género, las mujeres de todo el mundo se ven ahora también forzadas a vivir una nueva forma de discriminación a través de los datos: las mujeres tienen menor presencia online que los hombres; generalmente tienen menos probabilidades de ser escuchadas en la fase de consulta y diseño de las políticas de datos; son menos valoradas en los rankings de científicos de datos e incluso muchas veces ni siquiera tienen representación en las estadísticas oficiales.

Las metas definidas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen un objetivo específico para eliminar toda forma de discriminación contra las mujeres. Sin embargo, y aunque contemos ya con una gran variedad de datos desagregados por sexo, un estudio reciente de las Naciones Unidas ha detectado la existencia todavía de importantes carencias de datos de género a la hora de afrontar esas fuentes específicas de discriminación en áreas tan relevantes como la sanidad, la educación, las oportunidades económicas, la participación política o hasta la propia integridad física.

Acabar con la discriminación será una tarea todavía mucho más difícil si no se cuenta ni siquiera con los datos básicos necesarios para entender la extensión del problema y poder así darle solución. Por eso, un primer paso importante es sacar el mayor provecho posible de los datos ya disponibles pero también poder visualizar y visibilizar claramente esas carencias. El compromiso político al más alto nivel es muy alto con iniciativas como la Alianza Global de los Datos para el Desarrollo Sostenible, la Carta Internacional de los Datos Abiertos o el Consenso Africano de los Datos mostrando su apoyo explícito a políticas de datos más inclusivas. No obstante, ese compromiso no acaba de materializarse, ya que a día de hoy todavía tan sólo un 13% de los gobiernos incluyen en sus presupuestos de forma regular la recogida de datos de género.

Para cerrar esta nueva brecha de género digital será por tanto necesaria una nueva aproximación integral a la hora de identificar los datos necesarios, garantizar que esos datos se recojan y compartan en forma de datos abiertos, realizar acciones de capacitación para que las propias interesadas puedan entender y analizar esos datos por sí mismas y habilitar mecanismos de diálogo y participación para garantizar que los presupuestos públicos recogen adecuadamente estas necesidades.

En un mundo crecientemente digital, sin igualdad de datos no podremos comprender la totalidad de la realidad sobre la vida y el bienestar de las mujeres ni alcanzar una verdadera igualdad de género para hacer que todas y cada una de las mujeres sean también tenidas en cuenta.

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