España continúa avanzando en materia de datos abiertos. Así lo corrobora la última edición del Índice de Datos Abiertos, Útiles y Reutilizables (Open, Useful and Re-usable data), también conocido como OURdata Index. Este informe es elaborado de forma periódica por la OCDE, con el fin de evaluar los esfuerzos realizados por los distintos gobiernos a la hora de diseñar e implementar políticas nacionales de datos abiertos.
Lanzado por primera vez en 2015, el Índice contó con dos ediciones posteriores publicadas en 2017 y 2019. En esta cuarta edición se ha producido un cambio de metodología, lo cual no hace posible comparar los resultados con los de ediciones previas.
Para realizar el análisis, se recopilaron datos relativos a las políticas efectuadas por 40 países en el periodo de 2020-2021. Se trata de un periodo marcado por la pandemia de COVID-19, que ocasionó una situación excepcional en todo el mundo y puso de manifiesto la necesidad por parte de los gobiernos de garantizar el acceso a datos de alta calidad, para fomentar la resiliencia y facilitar respuestas conjuntas de toda la sociedad ante una crisis.
El informe final se publicará durante el segundo trimestre de 2024. No obstante, la OCDE ha hecho público un resumen donde ya se recogen algunas de las principales conclusiones del estudio.
España se sitúa entre los líderes mundiales
De acuerdo con el estudio, España ocupa la quinta posición en materia de datos abiertos, solo por detrás de Corea del Sur, Francia, Polonia y Estonia, tal y como recoge la siguiente gráfica.
El informe evalúa tres pilares y nueve subpilares, todos los cuales tienen el mismo valor en la puntuación final:
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Disponibilidad de datos: este indicador mide hasta qué punto los gobiernos han adoptado e implementado requisitos formales para la publicación de datos abiertos. También evalúa si los distintos actores implicados en el proceso de publicación de datos (stakeholders) están llevando a cabo alguna tarea para identificar la demanda de datos en general y la disponibilidad de conjuntos de datos de gran valor, en particular. En este sentido, hay señalar que, aunque el informe habla de datos de gran valor (high value datasets), no se trata del mismo concepto de datos de alto valor que maneja la UE. En el caso de la OCDE, se tienen en cuenta también otras categorías de gran impacto como sanidad, educación, crímenes y justicia o finanzas públicas, entre otros. El detalle de las categorías que se tienen en cuenta está indicado en el anexo del informe.
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Accesibilidad de los datos: este indicador evalúa si los conjuntos de datos de gran valor gubernamentales se proporcionan en formatos abiertos y reutilizables, actualizados, con una buena calidad de metadatos y a través de interfaces de programación de aplicaciones (API). También analiza la participación de distintos actores en el portal central de datos abiertos y en la mejora de la calidad de los datos.
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Apoyo gubernamental a la reutilización de datos: este indicador estudia hasta qué punto los gobiernos desempeñan un papel proactivo en la promoción de la reutilización de los datos públicos abiertos, dentro y fuera de la administración.
Teniendo en cuenta estos indicadores, España se encuentra en el grupo de “países líderes”. Estos países demuestran un enfoque integral de las iniciativas de datos abiertos y, en general, obtienen buenos resultados en todos los aspectos. En el caso concreto de España, destaca a la hora de impulsar la reutilización de datos, donde se sitúa en segundo lugar. Se ha tenido en cuenta cómo desde el ámbito gubernamental se conciencia a las empresas y a la sociedad civil sobre las oportunidades que ofrecen los datos públicos abiertos, participando en asociaciones y eventos de creación conjunta para estimular la reutilización de datos. También se destaca la disponibilidad de iniciativas de concienciación y capacitación para funcionarios públicos en materia de publicación de datos abiertos, análisis y reutilización, así como los esfuerzos para llevar a cabo evaluaciones del impacto de los datos públicos abiertos y la presentación de ejemplos de reutilización.
Por el contrario, se sitúa en decimoprimera posición en accesibilidad de datos en general, aunque sube hasta la sexta si hablamos de datos de gran valor. Por último, nos situamos en el sexto puesto en materia de accesibilidad.
Conclusiones generales
El informe incluye una serie de conclusiones generales de todos los países. De acuerdo con el estudio, sólo el 48% de los conjuntos de datos de gran valor están disponibles como datos abiertos en los países de la OCDE. Aunque la pandemia COVID-19 influyó positivamente en la publicación de datos sanitarios abiertos, sólo el 43% de los conjuntos de datos de esta categoría están disponibles en la actualidad. Por tanto, se anima a la colaboración entre los agentes de la sanidad pública y la privada para fomentar la publicación de estos datos de manera sistemática a escala nacional.
Los resultados también indican que los países deberían dar prioridad a la publicación de datos abiertos en ámbitos como la contratación pública, los presupuestos públicos y las actuaciones de grupos de presión, así como impulsar aquellos relacionados con la agenda verde, destacando los relacionados con la observación de la Tierra, el medio ambiente y los datos meteorológicos. Además, se debería considerar la posibilidad de poner a disposición de todos los ciudadanos los registros de empresas y los datos de propiedad de las mismas como datos abiertos.
En el lado contrario de la balanza, existe una gran disponibilidad de datos estadísticos y geoespaciales.
En general, los países de la OCDE han mejorado la calidad de los datos gubernamentales abiertos, una cuestión importante que también afecta a los recientes avances en Inteligencia Artificial (IA). El panorama en evolución de las aplicaciones de IA hace necesario garantizar la calidad de los datos, prestando especial atención a la calidad de los metadatos y el acceso a través de APIs.
En definitiva, el informe resalta la importancia de los datos públicos abiertos para la democracia en la era digital, así como a la hora de impulsar la innovación, tanto en el sector público como el privado.
Como todos los años, el Portal Europeo de Datos Abiertos acaba de publicar los resultados de su informe Open Data Maturity 2022. Se trata de un estudio que evalúa la madurez de los países europeos en el ámbito de los datos abiertos y ofrece una visión general de las buenas prácticas aplicadas en Europa, las cuales pueden transferirse a otros contextos nacionales y locales. En el estudio participan tanto los estados miembros de la Unión Europea (EU-27) como otros países de la región.
España ha alcanzado una puntuación del 92%, trece puntos por encima de la media de la EU27. Con esta puntuación se sitúa en el grupo de cabeza. El primer puesto ha sido para Francia, seguida de Ucrania y Polonia.
España está por encima de la media europea en los 4 indicadores analizados
El informe mide la madurez en relación con cuatro dimensiones de los datos abiertos:
- Política, centrado en las estrategias de datos abiertos de los distintos países.
- Impacto, donde se analizan las actividades realizadas para supervisar y medir la reutilización de datos abiertos y su impacto.
- Portal, enfocada en evaluar las funciones y características de la plataforma nacional que permite a los usuarios acceder a los datos abiertos e impulsar la interacción dentro de la comunidad.
- Calidad, que examina los mecanismos para garantizar la calidad de los (meta)datos.
En las cuatro categorías, España se sitúa por delante de la media de la EU27, destacando especialmente en el apartado de política. Algunos de los aspectos que el informe destaca de nuestro país son los mecanismos abiertos para comunicar e interactuar desde datos.gob.es con la comunidad de datos abiertos, el uso de cuadros de mando para monitorizar el uso de los datasets o algunos ejemplos de casos de uso concretos, como el Visor de escenarios de cambio climático o Gijón en un clic.
Con esta puntuación, España se encuadra dentro del denominado grupo de prescriptores (Trend setters en inglés). Los países que pertenecen a este grupo destacan por su fuerte compromiso con los datos abiertos, que se manifiesta en una estrategia avanzada, plataformas más maduras y en una metodología activa para la medición del impacto de los datos abiertos.
3 tendencias clave en Europa
El análisis de este año destaca tres tendencias a nivel europeo:
- Los Estados miembros de la UE se están preparando para la implementación de la regulación de los conjuntos de datos de alto valor. La Directiva 2019/1024 destacaba, entre otras cuestiones, un régimen específico para los llamados datos de alto valor, es decir, aquellos cuya reutilización está asociada a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía. Aunque todavía no se ha hecho público su reglamento de aplicación, el 96% de los Estados miembros de la UE ya está trabajando en la identificación de datos de alto valor, especialmente en las categorías de datos estadísticos, geoespaciales, de observación de la Tierra y del medio ambiente, y meteorológicos. Además, el 85% ya se está preparado para supervisar y medir su nivel de reutilización y el 63% para garantizar su interoperabilidad con los conjuntos de datos disponibles de otros países. España no es una excepción y se encuentra entre los países más avanzados en esta materia.
- Medir el impacto de los datos abiertos es una prioridad para los Estados miembros de la UE, pero también un gran reto. Los países siguen interesados en comprender y captar la reutilización de los datos abiertos y la creación de valor, pero la recopilación de datos sobre el impacto creado continúa siendo complicada, sobre todo en el ámbito económico.
- En un mundo post-pandémico, los países europeos se enfrentan a nuevos y viejos retos comunes. El impacto de la guerra en Ucrania ha afectado a todos los países, tanto social como económicamente. Los datos abiertos se han puesto de manifiesto como un mecanismo para ayudar a los refugiados o mejorar la gestión energética. Otros retos comunes resaltados en el informe son la falta de recursos y personal cualificado o la dificultad de coordinarse entre los distintos niveles de la administración, entre otros.
Recomendaciones para seguir avanzando en materia de datos abiertos
El informe finaliza con una serie de recomendaciones por grupos de países. En el caso de los prescriptores de datos abiertos, el grupo al que pertenece España, el informe recomienda enfocarse en mantener el ecosistema actual, experimentar y compartir los conocimientos.
En concreto se debe poner el foco en mejorar y consolidar los ecosistemas de datos abiertos mediante el desarrollo de comunidades temáticas de proveedores y reutilizadores. También se recomienda colaborar con data.europa.eu, otros equipos nacionales de datos, universidades e instituciones de investigación para desarrollar un marco experimental de evaluación del impacto.
Entre las cuestiones a priorizar, destacan los conjuntos de datos de alto valor, en base a lo indicado previamente en la Directiva 2019/1024. Además de prepararse para el Reglamento de Gobernanza de Datos, evaluando las opciones existentes para ampliar los portales y que asuman el papel de registro público para aquellas organizaciones ligadas a la cesión altruista de datos.
Puedes leer el informe completo a través de este enlace.
Las empresas y administraciones públicas de nuestro país continúan avanzando en su camino hacia la digitalización, con las oportunidades que ello conlleva: optimización de procesos, mejora de la experiencia de usuarios, e innovación en los productos y servicios ofrecidos. Así lo recogen varios de los informes que se publicaron durante 2021, comenzando por el índice DESI, elaborado en el marco de la Comisión Europea.
Índice DESI
El índice DESI (Digital Economy and Society Index) realiza el seguimiento de los progresos realizados por los Estados miembros de la UE en materia de competitividad digital. Para la última edición, publicada a finales de 2021, se ha producido un cambio en la metodología con el fin de alinearse con el Plan de Recuperación y Resiliencia y los objetivos establecidos en la Brújula Digital de la Década Digital de la UE. De esta forma se han pasado a medir 4 indicadores: el capital humano, la conectividad de banda ancha, la integración de las tecnologías digitales por parte de las empresas y los servicios públicos digitales.
También cabe destacar que los datos del informe corresponden principalmente con el primer semestre de 2020, por lo que el efecto de la pandemia solo se ve reflejado parcialmente. Sus consecuencias se verán más claras en la próxima edición.
En este contexto, España se posiciona en 9ª posición, mejorando dos posiciones con respecto al año anterior.
España se mantiene por delante de la media europea en las 4 categorías analizadas, destacando especialmente en las dimensiones de servicios públicos digitales y conectividad.
- Servicios públicos digitales. La categoría donde mejor puntuación obtiene nuestro país, sobre todo en el subapartado de datos abiertos, con una puntuación (94%) 16 puntos porcentuales por encima de la media de la UE. El informe también destaca que el 67% de los usuarios de internet participa activamente en los servicios de administración electrónica. Gracias al Plan de Digitalización de las Administraciones Públicas se espera que al menos el 50 % de los servicios públicos digitales sean accesibles a través del móvil a finales de 2025. Con ello se busca una mayor personalización de los servicios y la mejora de la eficacia, eficiencia y transparencia del sector público.
- Conectividad. España destaca en redes de muy alta capacidad. Cada vez se reducen más, aunque todavía existen, las diferencias entre zonas rurales y urbanas. El 99,9% de las áreas pobladas tiene cobertura 4G, pero el 5G todavía llega solo a una minoría. Para revertir la situación, está en marcha el Plan para la Conectividad y las Infraestructuras Digitales y la Estrategia de Impulso a la Tecnología 5G, una hoja de ruta cuyo objetivo es que toda la población disponga de una conexión superior a 100 Mbps en 2025.
- Capital humano. El informe resalta que el 57% de la población española tiene al menos competencias digitales básicas. Para aumentar esta cifra hasta alcanzar el objetivo europeo del 80% en 2030, el Gobierno español ha incluido el impulso de las capacidades digitales de la población como uno de los ejes de actuación principales de la estrategia España Digital 2025. En este sentido, se han puesto en marcha el Plan Nacional de Competencias Digitales con siete líneas de actuación que van desde la capacitación digital de la ciudadanía y la reducción de la brecha digital hasta el fomento de especialistas TIC, un campo donde aún hay amplio margen de mejora. El informe también destaca el lanzamiento del Programa Educa en Digital, que establece medidas para fomentar una mayor digitalización del sistema educativo español.
- Integración de la tecnología digital. El 62 % de las pymes españolas tienen al menos un nivel básico de intensidad digital y el 24% ha abrazado el e-commerce, pero son pocas las empresas que aprovechan tecnologías como la inteligencia artificial, los macrodatos o los servicios en la nube. La respuesta para mejorar esta situación es el Plan de Digitalización de Pymes 2021-2025, que cuenta con cinco ejes de actuación: digitalización básica para las pymes; apoyo a la gestión del cambio digital; fomento de la innovación disruptiva y del emprendimiento digital; apoyo a la digitalización sectorial (con el foco en industria, turismo y comercio); y coordinación y eficiencia.
Otros informes relacionados con la transformación digital en España
Además del índice DESI, en nuestro país también se han publicado algunos informes durante los últimos 12 meses que hacen referencia al estado actual de implementación de herramientas digitales en distintos ámbitos.
Un ejemplo es “Sociedad Digital en España 2020-2021”, de la fundación Telefónica. El informe analiza los efectos de la situación sanitaria actual en los hábitos tecnológicos de las empresas y los ciudadanos españoles, de manera global y por comunidades autónomas. El COVID impulso la transformación, impulsando el teletrabajo y forzando a muchas empresas y administraciones públicas a adoptar herramientas digitales tanto para sus procesos internos como para la relación y provisión de servicios a la ciudadanía. En esta situación, el informe resalta 3 aspectos clave:
- La importancia de la conectividad y la calidad de la red española, que hizo frente al aumento masivo de tráfico de casi un 50%.
- La aceleración de la digitalización de personas y empresas, con el aumento de los usuarios conectados a la red y que consumen servicios online. Se estima que la digitalización podría incrementar el PIB de España entre 1,5 y 2,5 puntos cada año hasta 2025 y mejorar la productividad de las pymes entre un 15 y un 25%.
- La necesidad de situar a las personas en el centro de la transformación digital. La pandemia también ha ampliado la brecha entre aquellos que ya habían abrazado la transformación digital y los que aún no la habían iniciado. Para paliar esta situación se propone apoyarse en iniciativas de colaboración público-privada.
El año pasado también se actualizó el informe La digitalización de la economía (originalmente publicado en 2017), del Consejo económico y social de España. Al debate sobre el impacto de la digitalización en la productividad y el empleo, se han sumado otros nuevos retos relacionados con el riesgo de la hegemonía tecnológica de determinados países y empresas, el despliegue del 5G, los límites éticos a la inteligencia artificial o la propiedad de los datos, entre otros.
Dado que se trata de una situación en continua evolución, los informes sobre la materia no dejan de actualizarse. En los próximos meses, por ejemplo, podremos descubrir las conclusiones de la nueva edición de “La Economía Digital en España”, de la Fundación COTEC, actualmente en desarrollo.
Lo que no se puede negar es que nuestro país avanza en su camino hacia las oportunidades digitales. Un camino en el que es fundamental seguir impulsando el acceso a datos de calidad y a capacidades relacionadas para poder extraer todo su valor.
Por séptimo año consecutivo, el Portal Europeo de Datos ha presentado su Open Data Maturity assessment. Se trata de un informe que analiza una serie de indicadores para medir la madurez de los datos abiertos en toda Europa, con el fin de comprender el progreso de cada país, realizar comparaciones y encontrar áreas de mejora.
Este año, España se sitúa en la tercera posición con una puntuación del 95%, 14 puntos por encima de la media europea (81%). El primer lugar lo ocupa Francia (98%), seguida de Irlanda (también con un 95%).
España, por encima de la media europea en todas las categorías analizadas
Como todos los años, el informe mide 4 categorías:
- Política, centrada en la existencia de políticas y estrategias específicas para fomentar los datos abiertos a nivel nacional.
- Impacto, que analiza las actividades de monitorización y medición de la reutilización de los datos abiertos.
- Portal, que evalúa las funciones existentes en la plataforma nacional (en el caso de nuestro país, datos.gob.es) para acceder a los datos abiertos e interactuar con la comunidad.
- Calidad, que estudia los mecanismos que garantizan la calidad de los (meta)datos.
España se sitúa por delante de Europa en todas las categorías:
En total, la puntuación de España ha crecido un punto porcentual con respecto a 2020, cuando se situaba en el 94%. Destaca especialmente en la categoría de impacto, donde se sitúa en primera posición con el 100% de la puntuación. El informe subraya cómo desde la Iniciativa Aporta se realiza de manera anual una encuesta nacional para conocer el control sobre el uso de los datos por parte de los diversos organismos públicos, tanto nacionales como regionales y locales. También se resaltan las colaboraciones que desde las instituciones se llevan a cabo con universidades, como el convenio adoptado por el Gobierno Valenciano con todas las universidades públicas de la Comunidad para trabajar juntos en actividades de formación e investigación ligadas con la transparencia y los datos abiertos.
Nuestro país continúa en el grupo de prescriptores de datos abiertos
Como parte del análisis, el Portal Europeo agrupa a todos los países participantes en cuatro grupos basados en la evaluación de la madurez de los datos abiertos durante 2021. Con su puntuación, España continúa situándose en el grupo de cabeza del open data en Europa, llamado trend-setters (“marcadores de tendencias”). El grupo con los mejores resultados lo completan Francia, Irlanda, Polonia, Estonia y Ucrania.
Estos países se caracterizan por contar con una avanzada política de datos abiertos y una plataforma con una amplia gama de funciones para dar respuesta a las necesidades de los usuarios y editores avanzados. También son países en los que existen iniciativas para garantizar la publicación de datos de alta calidad y el cumplimiento con el perfil de catalogación europeo de datos abiertos DCAT-AP, y en los que se han puesto en marcha comunidades en torno a la reutilización de los datos. Por último, se resalta que existen metodologías establecidas para evaluar el impacto de los datos en los distintos ámbitos.
Aumenta la puntuación media de Europa
En 2021, la puntuación media relativa a la madurez de los datos abiertos de los países de la UE27 es del 81%, lo que supone un aumento de tres puntos porcentuales en comparación con 2020.
El informe resalta tres tendencias que se observan en el conjunto de los países analizados:
- Los Estados miembros están actualizando sus políticas para incorporar la Directiva de Datos Abiertos a su legislación nacional. Cada vez son más los países que llevan a cabo el proceso de transposición. En el caso de España, se incluyó en el Real Decreto-ley 24/2021, aprobado el pasado 2 de diciembre por el Congreso. Cabe mencionar que la Directiva de Datos Abiertos todavía requiere la adopción de un futuro reglamento de aplicación por parte de la Comisión Europea, donde se incluya la lista de conjuntos de datos de alto valor a proporcionar de forma gratuita través de APIs.
- La comprensión, el seguimiento y la medición del impacto de los datos abiertos cobran una mayor importancia. La dimensión de impacto es la que mayor crecimiento ha experimentado en el último año, mientras que el indicador de calidad es el menos maduro. En los últimos años, el impacto se ha medido principalmente mediante actividades como el mantenimiento de registros de descargas de los datos o la creación de listas de casos de uso. Este año se ha detectado una clara tendencia a la realización de estudios en profundidad, como la investigación documental o las encuestas, para cuantificar y verificar el impacto de los datos abiertos.
- La pandemia COVID-19 sigue poniendo de manifiesto el valor y el impacto de los datos abiertos. La situación sanitaria ocasionó que el año pasado se resaltara la importancia de recoger sistemáticamente datos y ponerlos a disposición del público de manera actualizada. Este año, los datos disponibles se complementan con estadísticas relacionadas con la vacunación.
Futuras recomendaciones
El informe finaliza con una serie de recomendaciones para cada grupo de países. En el caso de los prescriptores, grupo en el que se encuentra España, se resaltan algunas cuestiones como continuar desarrollando comunidades temáticas de proveedores y reutilizadores, dando prioridad a las categorías de datos de alto valor resaltadas en la Directiva de Datos Abiertos. En este sentido, España avanza con la creación de hubs específicos para diversos sectores como turismo o salud.
Otros ejemplos de recomendaciones son colaborar con otros equipos nacionales e internacionales para desarrollar un marco experimental de evaluación del impacto y con las instituciones académicas para la impartición de cursos y formaciones avanzadas sobre datos abiertos.
Puedes ver el informe completo aquí y la ficha de España en este enlace.
Llevamos años hablando de la transformación digital, pero quizás ha sido en los últimos meses cuando nos hemos tenido que quedar en casa y recurrir al teletrabajo o al comercio electrónico, cuando más hemos notado su necesidad. Muchas empresas han tenido que transformarse rápidamente, adaptando sus procesos internos, su relación con los clientes e incluso sus modelos de negocio a las nuevas necesidades.
No obstante, la transformación digital no es nada nuevo, y antes de la crisis sanitaria ya había muchas organizaciones con un largo camino recorrido. Así se recoge en el Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI), que cada año mide el rendimiento y evolución de los Estados miembros de la UE en materia de competitividad digital.
ÍNDICE DESI
El Índice DESI realiza su análisis en base a 5 indicadores: Servicios Públicos Digitales, Conectividad, Capital Humano, Integración de la tecnología digital y Uso de Servicios de Internet.
En este índice, España se sitúa por encima de la media de la Unión Europea, ocupando la undécima posición, con puntuaciones desiguales en los diversos marcadores:
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El marcador donde nuestro país más destaca es Servicios Públicos Digitales, donde se sitúa en el segundo puesto de Europa, mejorando su posición con respecto al año pasado, gracias a la aplicación de una estrategia digital por defecto en toda su administración central. Uno de los indicadores que impulsa la posición de España en esta dimensión son los datos abiertos, donde nos situamos en el segundo puesto de madurez en Europa. También nos situamos por encima de la media en la disponibilidad y uso de servicios de administración electrónica.
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España también obtiene buenos resultados en el ámbito de la conectividad (5º puesto), impulsada por la buena implantación de las redes de alta velocidad: un 80% de los hogares disponen de cobertura de fibra óptica, muy por encima de la media de la UE (34 %).
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Por el contrario, España está por debajo de la media de la UE en el indicador de capital humano (puesto 16), con un 43% de personas entre 16 y 74 años que aún carecen de competencias digitales. Sí mejora con respecto al año pasado el porcentaje de titulados y especialistas en TIC en el empleo total. El informe resalta los esfuerzos gubernamentales para mejorar esta situación, con acciones como el Plan Estratégico de Formación Profesional del Sistema Educativo 2019-2022, que busca crear cuarenta nuevos títulos en distintos ámbitos TIC.
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Con respecto a la integración de la tecnología digital, España se sitúa en el puesto 13, en línea con la media de la UE. Las empresas españolas aprovechan las oportunidades que ofrecen las tecnologías digitales y están por encima de Europa en el uso de sistemas electrónicos de intercambio de información (43% frente a 34%), aunque ligeramente por debajo en el acceso a análisis de macrodatos (11% frente al 12) y el uso de la nube (16% frente a 18 %). Por lo que respecta a las tecnologías emergentes, el informe destaca que España ha desarrollado un número importante de medidas de coordinación, resaltando en el campo de la ciberseguridad.
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Por último, el uso de los servicios de internet ha aumentado desde el año anterior, y el país ha obtenido resultados superiores a la media de la UE. No obstante, cabe mencionar que todavía se utiliza más para acciones lúdicas (consumir contenidos multimedia), que para realizar gestiones relacionadas con el día a día, como la banca o el comercio electrónico.
El estudio se realizó antes de la pandemia, por lo que los resultados no recogen las acciones realizadas durante los últimos meses, como la publicación de la Agenda Digital 2025, entre cuyos ejes está el impulso de una Economía del dato. Las medidas a desarrollar incluyen la puesta en marcha de una Estrategia de Inteligencia Artificial, el desarrollo de una Oficina del Dato con un Chief Data Officer al frente y la creación de un Consejo Asesor de Inteligencia Artificial, entre otras.
OTROS INFORMES SOBRE TRANSFORMACIÓN DIGITAL EN ESPAÑA
Además del índice DESI, en los últimos meses se han publicado en nuestro país dos informes de especial importancia cuando hablamos de digitalización: el “Informe Sociedad Digital en España 2019” y el Informe “COTEC 2020”
Informe Sociedad Digital en España 2019
Este informe, editado por la Fundación Telefónica, incluye datos e indicadores que describen el estado de la sociedad española en relación a los medios, usos y servicios digitales. En concreto se centra en el despliegue de las infraestructuras de telecomunicaciones, el nivel de implementación de las tecnologías más vanguardistas y el estado del arte de la vida digital de los españoles.
Las conclusiones del informe están muy alineadas con el índice DESI, al que toma como referencia. Destaca que 9 de cada 10 habitantes son usuarios de internet, y que la brecha de género en el ciberespacio se ha eliminado por completo, aunque todavía sigue existiendo una brecha de edad. El informe también resalta que nuestro país cuenta con una muy buena conexión, con cobertura de redes ultrarápidas en tres de cada cuatro hogares.
El estudio indica que las principales corrientes tecnológicas que están configurando la transición digital en España giran en torno a la inteligencia artificial, la industria 4.0 y la ciberseguridad, destacando sobre todo la primera: mientras que en 2013 solamente una de cada cincuenta empresas emergentes centraba su actividad en la inteligencia artificial, ahora lo hacen una de cada doce.
El informe finaliza con un análisis del grado de desarrollo digital que presentan las Comunidades Autónomas, describiendo la situación actual y los retos que cada región tiene por delante.
Puedes leer el informe completo en este enlace.
Informe COTEC 2020
El informe COTEC, por su parte se centra en un aspecto fundamental para impulsar la transformación digital: la I+D+I. El informe nos muestra el mapa de la innovación en España, a través del análisis de los principales indicadores y estrategias nacionales, autonómicas e internacionales.
El informe analiza datos de 2018 y muestra que la I+D ha ganado peso en la estructura productiva por segundo año consecutivo, impulsada sobre todo por la inversión privada. No obstante, todavía nos encontramos muy lejos de los países como Francia, Italia o Alemania.
Las comunidades autónomas mantienen unos niveles de esfuerzo heterogéneos. Las cinco regiones más adelantadas son País Vasco, Com. de Madrid, Com. Foral de Navarra, Cataluña y Castilla y León).
El informe también se centra en el ámbito educativo, donde resalta que España presenta una tasa superior a la media europea en graduados STEM, pero con una brecha de género mucho más amplia que en la mayor parte de los países del entorno. Cabe destacar que nuestro país presenta una reducida proporción de personas con nivel formativo medio, ya que contamos con una elevada tasa de población que abandona los estudios a edades tempranas, y un alto porcentaje de jóvenes que se gradúan en estudios universitarios.
Puedes leer el informe completo en este enlace.
Tras echar un vistazo a estos informes, podemos concluir que tanto el sector público como el privado están haciendo un esfuerzo por impulsar la transformación digital de España para hacer de la transformación digital y la innovación un motor de desarrollo económico y social en nuestro país. Aún quedas áreas de mejora, pero no se puede negar el interés en hacer frente a los retos que tenemos por delante.
La labor de la OCDE en materia de datos abiertos comenzó en 2013, pero se ha ampliado constantemente para reflejar su creciente importancia en los países miembros y asociados. La OCDE considera los datos abiertos como un activo clave para el desarrollo económico, la innovación digital y la buena gobernanza, aunque siempre prestando especial atención a la privacidad, la transparencia y la ética.
La OCDE incluye la necesidad de crear una cultura basada en los datos como uno de los principios necesarios para promover la transformación digital del sector público. En sus propias palabras “los datos de gobierno abierto son un bien público, que debe entregarse con un propósito, de manera proactiva y con un enfoque en la reutilización, en línea con las necesidades del usuario y su posible contribución a la creación conjunta de valor”. En este sentido, ha desarrollado una serie de indicadores para evaluar la transformación digital de los países, basados en 6 dimensiones clave:
El índice OURdata: una forma de medir la disponibilidad, accesibilidad y reutilización de datos gubernamentales
En este marco teórico se basa el índice OURdata, que evalúa los avances y desafíos de las políticas de datos de gobierno abiertos utilizando 3 pilares:
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Disponibilidad de datos: mide el grado en que los gobiernos han adoptado y aplicado requisitos oficiales para promover la apertura de los datos gubernamentales a nivel central.
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Accesibilidad de los datos: mide la disponibilidad de requisitos formales destinados a promover el acceso sin restricciones a los datos.
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Apoyo gubernamental a la reutilización de datos: mide el grado en que los gobiernos desempeñan una función proactiva en la promoción de la reutilización de los datos gubernamentales dentro y fuera del gobierno.
Estos pilares se resumen en el siguiente cuadro:
Los resultados del índice OURdata 2019
La última edición del índice OURdata publicado por la OCDE es de 2019. Este informe compara los resultados obtenidos con los de 2017, con el objetivo de conocer en qué estado de madurez se encuentran los países analizados de cara a promover mejoras que aumenten los flujos de datos.
En los resultados de 2019 se aprecian mejoras generales en todos los países. La mayoría de los países ha adoptado el enfoque de “abierto por defecto”, incluyendo requisitos formales no solo en las estrategias de datos abiertos, sino también en leyes y reglamentos. Además, cada vez más gobiernos, están habilitando sus portales de datos abiertos como instrumentos de comunicación y retroalimentación. Se busca que estos portales no sean meros "catálogos de datos" sino plataformas para fomentar prácticas innovadoras, de colaboración e intercambio de conocimientos.
Sin embargo, a pesar de estas mejoras todavía se aprecian áreas de mejora a nivel general. Se necesitan enfoques más sostenibles a largo plazo, con marcos de gobernanza más definidos. También es necesario impulsar la formación de los funcionarios públicos e impulsar el compromiso político a alto nivel para ayudar al reconocimiento del valor de los datos. Es por tanto necesario centrarse no solo en la oferta, sino poner en práctica mecanismos que estimulen la demanda y reutilización.
En este sentido, el informe proporciona una serie de recomendaciones a los Gobiernos de la OCDE:
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Asegurar el apoyo político a los datos abiertos y establecer entornos propicios para sostener esfuerzos de implementación a largo plazo.
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Construir un enfoque común con el foco puesto en el desarrollo sostenible y temáticas de género, entre otras áreas.
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Crear portales de Datos Abiertos Gubernamentales adoptando un enfoque de “Abierto por defecto” y de “Gobierno como plataforma”.
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Constatar que la publicación de datos sea proactiva, oportuna y comprensible tanto para humanos como para máquinas (utilizando metadatos, estándares comunes, etc.), así como abordar los problemas de calidad y sesgos en la recopilación y generación de datos.
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Mantener prácticas que aseguren la publicación de taxonomías de datos de alto valor y su integración en diferentes sectores, impulsando una mayor innovación social, gubernamental y empresaria.
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Asegurar políticas de datos abiertos y establecer marcos de gobernanza que faciliten su monitorización y que estén alineados con las regulaciones de protección de datos. En este sentido, la OCDE ha desarrolla un marco de gobernanza de datos del sector público donde se incluyen buenas prácticas a seguir en base a componentes estratégicos, tácticos y de puesta a disposición de los datos, detallado en su informe The Path to Becoming a Data-Driven Public Sector.
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Establecer modelos federados que faciliten el descubrimiento de datos, al tiempo que mantienen los niveles correctos de autonomía a nivel local, y aseguran la calidad a nivel central.
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Realizar los arreglos necesarios para permitir la entrega de valor público a través de los datos abiertos con el fin de mantener y multiplicar sus beneficios e impacto.
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Mantener los esfuerzos que apuntan a promover la reutilización de datos abiertos de gobierno fuera del sector público, así como su integración en tiempo real en la cadena de valor de actores relevantes (por ejemplo, por medio de APIs).
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Aumentar los esfuerzos de medición enfocados a entender los efectos de la reutilización de datos dentro del sector público.
La posición de España
En el índice de 2019, España ocupa la octava posición, por encima de la media de los países analizados, aunque con un ligero descenso con respecto a 2017. El indicador donde mejor puntuación obtiene nuestro país es en accesibilidad a datos. Entre otras cuestiones, el informe resalta como buena práctica la creación de la serie de informes “Tecnologías emergentes y datos abiertos”, donde se ayuda al lector a comprender cómo funcionan distintas tecnologías disruptivas, cuál es el papel de los datos (abiertos) en ellas y cuál será su impacto en nuestra sociedad. Actualmente están disponibles los volúmenes dedicado a la Inteligencia Artificial y el Procesamiento del Lenguaje Natural.
La OCDE ya está trabajando en la próxima edición del índice, la cual se espera que vea la luz en 2021. Entonces podremos analizar si los países han seguido las recomendaciones de este organismo y han impulsado mejoras en sus políticas de datos abiertos.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha publicado los resultados de la segunda edición del Open-Useful-Reusable data Index (OURData Index), el índice desarrollado para apoyar a los países miembros de esta organización en el impulso de políticas de datos abiertos.
España sigue a la cabeza en el desarrollo de sus políticas de open data, gracias al trabajo que ha venido realizando en el impulso de apertura de datos procedentes del sector público y en la estrategia enfocada hacia un Gobierno Abierto y transparente. El índice de la OCDE 2017 sitúa a España en la 6 posición, por detrás de Corea, Francia, Japón, Gran Bretaña y México y por delante de Estados Unidos, Canadá, Alemania o Noruega. En concreto, este Índice de Datos Abiertos OURdata 2017 (Open Useful Reusable Government Data Index) analiza y mide 140 indicadores relativos a tres pilares fundamentales: la disponibilidad de los datos, la accesibilidad de los mismos y el apoyo gubernamental para su reutilización.
Esta segunda edición del OURData Index ha sido reforzada al incorporar los principios de la Carta Internacional de Datos Abiertos, según se detalla en el apartado en el que se relata la metodología. Dicho índice forma parte del informe Government at a Glance 2017 que proporciona los últimos datos disponibles sobre las administraciones públicas en los 35 países de la OCDE e incluye también datos sobre Brasil, China, Colombia, Costa Rica, India, Indonesia, Lituania, Rusia y Sudáfrica. En el capítulo de Gobierno Abierto, la OCDE aborda las estrategias y objetivos en gobierno abierto, la coordinación y gestión de recursos humanos, el seguimiento y evaluación de estrategias de gobierno abierto, la Participación ciudadana en la formulación de políticas y los datos gubernamentales abiertos.
Entre sus conclusiones, se destaca que en 2017 cerca del 50% de los países de la OCDE (17 de 35 países) han adoptado una política nacional de gobierno abierto. El nuevo OURData Index “muestra que los países han avanzado mucho en abrir datos gubernamentales utilizando formatos abiertos y reutilizables pero se puede hacer más para estimular su reutilización entre los ciudadanos y las empresas”. En ese sentido, apunta que el uso de nuevas tecnologías y nuevos enfoques, como los basados en las ciencias del comportamiento, pueden ayudar a codiseñar y coproducir los servicios con los ciudadanos y mejorar la eficacia de las políticas públicas.
Al tiempo que reconoce que las políticas públicas abiertas están ganando impulso -detalla como ejemplos los Hackathons para promover la reutilización de datos y la formación y sesiones informativas-, este índice aboga por una mayor evaluación. “Pocos países -señala- evalúan si las iniciativas gubernamentales abiertas alcanzan los objetivos económicos, sociales, de productividad del sector público o de rendición de cuentas deseados”.
Esta edición incluye nuevos indicadores y fuentes de datos adicionales, lo que permite tener un panorama más amplio de los datos de las administraciones públicas en los países de la OCDE.
Las conclusiones más destacadas en el OUR Data Index según la propia OCDE son las siguientes:
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La reutilización de los Open Government Data (OGD) debe fortalecerse. Los gobiernos han realizado un gran esfuerzo en la creación de los requisitos formales para la divulgación de gran cantidad de conjuntos de datos en formatos abiertos, no restrictivos y reutilizables. Sin embargo, pocos gobiernos han dado un enfoque activo para fomentar la reutilización de datos tanto dentro como fuera del sector público.
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Implementación tardía de las políticas y prácticas de datos abiertos. Países como la República Checa, Letonia, la República Eslovaca y Eslovenia llevan retraso mientras Canadá, Francia, Corea, el Reino Unido y los Estados Unidos son pioneros, especialmente en datos disponibles y accesibilidad a portales centrales de datos.
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La mayoría de los países ha creado plataformas públicas en las que los usuarios pueden desempeñar un papel importante en completar los datos disponibles y mejorar su calidad.
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Pocos países siguen de cerca el impacto económico y social de los datos abiertos, así como su impacto sobre la productividad y eficiencia del sector público.
La OCDE está estudiando cómo los países pueden promover la productividad y la eficacia de las políticas de reutilización de datos. Con más de 200 indicadores, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos ofrece en su informe datos e ideas con los que se pueden comprender y comparar las políticas de cada país. Políticos, periodistas, académicos y público en general pueden analizar tablas comparativas por países de un modo detallado y disponer de una presentación clara de los datos utilizados para obtener una visión global. Más información.
Las conclusiones de esta nueva edición del índice, en relación al grado de implementación de políticas de datos abiertos en términos de reutilización e impacto, accesibilidad y disponibilidad, pueden contribuir a reajustar las políticas públicas en aquellos países participantes. Así, y en el caso concreto de España, se deberá hacer especial énfasis en los aspectos ligados a la disponibilidad y accesibilidad de datos, poniendo el foco en asegurar la calidad y en priorizar la puesta a disposición de aquellos más demandados.
Por último señalar cómo políticos, periodistas, académicos y público en general pueden analizar los datos brutos y las tablas comparativas por países de un modo detallado, y realizar análisis ajustados a sus necesidades. Más información.
Los índices y barómetros de open data pretenden reflejar el ranking internacional de los países en su aplicación de políticas de datos abiertos. Aunque es prácticamente imposible medir de forma exacta el nivel de apertura, hay algunas iniciativas que muestran una visión general del interés en open data en los diferentes países del mundo. En los últimos meses se han ido publicando algunos de estos índices que, aunque valoran diferentes aspectos relacionados con los datos abiertos, tienen la misma finalidad. ¿Cuántos índices globales se elaboran actualmente en el mundo sobre open data?, ¿reflejan realidades diferentes?, ¿qué metodología emplean?, ¿qué países se analizan? En este artículo ofrecemos una descripción de los cuatro índices más destacados y algunas de sus peculiaridades.
Open Data Barometer (ODB) – World Wide Web Foundation
El pasado 1 de junio fue publicado el último Barómetro Open Data, elaborado con carácter anual por la World Wide Web Foundation desde el año 2013. El Barómetro Open Data evalúa las políticas y prácticas de datos abiertos que están desarrollando 115 países en todo el mundo. Concretamente, la Web Foundation mide cómo los Gobiernos ponen sus datos a disposición de sus ciudadanos a partir de tres fuentes principales de información: cuestionarios de evaluación completados por expertos, auto-evaluaciones por parte de los gobiernos y otros datos provenientes de bases de datos internacionales.
El ODB analiza tres bloques de indicadores dirigidos a medir el avance de las iniciativas de datos abiertos, la implementación de los programas open data y el impacto de los datos abiertos en los negocios, política y sociedad civil. Asimismo, analiza la existencia y calidad de 15 conjuntos de datos clave a nivel nacional (desde los presupuestos gubernamentales, el censo, el gasto público y horarios de los transportes públicos estadísticas de criminalidad, medio ambiente o contratos públicos …), su grado de actualización, accesibilidad, posibilidad de reutilización, gratuidad, tipo de licencia, interoperabilidad, etcétera. En definitiva, más de 150 investigadores y representantes gubernamentales que hacen posible la elaboración de un informe que incluye un conjunto de conclusiones sobre el estado general del sector open data en el mundo.
Informe anual European Data Portal
El pasado 4 de marzo –Día Mundial de Open Data- el Portal Europeo de Datos Públicos (European Data Portal) publicó su informe anual en el que analiza el nivel de madurez del ecosistema de datos abiertos en Europa. En la segunda edición del informe, el portal evalúa a 31 países (los 28 miembros de la Unión Europea junto a Noruega, Suiza y Liechtenstein). Según este informe, el estado de los datos abiertos en toda Europa ha mejorado en términos globales pero destaca también discrepancias significativas entre los países, así como barreras políticas, legales y técnicas.
Con el fin de identificar el nivel de madurez del país se fijan dos bloques de indicadores dirigidos a medir la madurez de los datos abiertos en toda Europa: la disponibilidad de datos abiertos y la madurez de los portales de datos. El primero valora diferentes aspectos variados de las políticas open data en cada estado y en qué medida cada país desarrolla acciones para medir el impacto social y económico de la reutilización de los datos. El segundo analizar el nivel de madurez de los portales de datos abiertos, mide la usabilidad de las plataformas, así como la facilidad para la reutilización de los datos y la capacidad de acceso a datos.
Global Open Data Index (GODI) – Open Knowledge Foundation
El Global Open Data Index, más conocido como GODI, se elabora por la Open Knowledge Foundation. El pasado 15 de junio, OKF publicó su índice global de datos abiertos de 2017 en el que analiza 94 estados y territorios en el mundo. A través de este índice se analizan diez categorías de datos. Para medir el nivel de apertura de estos diez tipos de datos, Open Data Index basa su calificación en las respuestas de un cuestionario que incluye cuestiones sobre el formato, el nivel de apertura, la actualización o periodicidad de publicación de los datos. La puntuación de cada una de ellas se suma para crear un ranking final donde se visualiza, además, el nivel de apertura de cada datasets nacional. Esta iniciativa, de carácter colaborativo, está abierta para cualquier ciudadano que desee convertirse en analista de un país determinado.
Índice OURData Index – OCDE
El Índice OURData (Open, Useful, Re-usable Government Data) analiza la situación de open data de 28 países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico). El OECD OURData Index evalúa los esfuerzos de los gobiernos por implementar datos abiertos en tres áreas críticas: apertura, utilidad y reutilización de los datos gubernamentales. Los datos del índice provienen de los países miembros y se centran en los esfuerzos del gobierno para asegurar la disponibilidad y accesibilidad de los datos del sector público y para estimular una mayor reutilización. El Índice se basa en la metodología de la OCDE y en las directrices de la Carta de los OGD (Open Goverment Data) del G8. El análisis de la OGD de la OCDE incluye: información de negocios, registros, información sobre patentes y marcas, bases de datos de licitaciones públicas, información geográfica, información legal, información meteorológica, datos sociales e información de transporte.
Los expertos precisan que tales estudios no deben ser considerados el reflejo exacto de la situación real, ya que se trata de análisis parciales que seleccionan criterios y métricas concretos, ofreciendo una imagen del ecosistema de datos abiertos incompleta. No obstante, este tipo de índices o ránkings es útil para ciudadanos interesados, organizaciones y grupos civiles y para los políticos y publicadores de datos. Dichos rankings son de especial ayuda para aquellos campos donde el open data todavía es una materia incipiente.
El libre acceso a los datos de forma abierta a través de la Web nos proporciona el potencial transformador necesario para permitir a los ciudadanos participar más plenamente en el proceso democrático, conseguir que los gobiernos y demás agentes de desarrollo sean más eficientes y fomentar la creación de nuevos servicios que mejoren nuestras vidas. Sin embargo, para que todos estos potenciales beneficios se hagan realidad primero tenemos que ser capaces de implementar un modelo de datos abiertos efectivo.
Es en este punto donde se hace imprescindible la posibilidad de medir los diferentes modelos de apertura de datos y su progreso, para poder entender cuáles son los que funcionan mejor en diferentes contextos. Con ello pretendemos no sólo ser capaces de medir el rendimiento de las distintas iniciativas, sino también mejorar nuestra comprensión sobre la teoría y práctica en la apertura de datos, así como de su cadena de valor.
No obstante, medir la apertura de datos no es siempre una tarea fácil. La evaluación de las iniciativas de datos abiertos ha sido identificado como uno de los retos principales en la agenda global del open data. Existen múltiples formas de medir los modelos de datos abiertos, desde rankings hasta casos de uso pasando por métricas cuantitativas o cualitativas sobre el rendimiento o impacto de una iniciativa determinada. Pero la primera pregunta que surge habitualmente es ¿qué es exactamente lo que queremos o debemos medir?
Afortunadamente el marco común para la evaluación de los datos abiertos, liderado por las entidad internacional World Wide Web Foundation y la institución estadounidense The GovLab, define una serie de dimensiones y componentes que deberían estar presentes en dicha evaluación, incluyendo:
- Contexto: englobando todas las circunstancias del entorno en el que se publican los datos, incluyendo aspectos legales, organizativos, políticos, técnicos, sociales y económicos.
- Datos: analizando la variedad, cantidad y calidad de los datos disponibles, incluyendo en general todos los principios de los datos abiertos, tales como disponibilidad, actualización, usabilidad, licencias de uso, etc.
- Uso: profundizando sobre aspectos como ¿quién está usando los datos en la actualidad? ¿para qué se están utilizando? ¿quién puede estar siendo excluido? ¿qué objetivos nos hemos establecido? ¿qué sectores están siendo los más exitosos?
- Impacto: intentando medir el provecho obtenido gracias a la apertura de datos, incluyendo beneficios sociales, políticos o económicos en general u otros impactos más específicos en áreas como el medio ambiente, la innovación o la inclusión.
Sobre la base de este marco de referencia se han ido construyendo a lo largo del tiempo múltiples estudios y análisis que evalúan las diferentes dimensiones de las iniciativas de datos abiertos existentes en la actualidad, por lo que no nos resultará difícil encontrar alguno que se ajuste a nuestros intereses o necesidades.
Algunos de estos estudios, como por ejemplo el Open Data Barometer realizado por la Web Foundation, cubren con su análisis todas las dimensiones indicadas en el marco de referencia. Otros se centran en un subconjunto específico, como el OURdata Index de la OECD que analiza únicamente contexto y disponibilidad de datos. En otros casos el análisis se centra en una dimensión específica, como la disponibilidad de datos en el Open Data Index, el uso de los datos en el Open Data Impact Map, o el impacto de estas iniciativas en el Open Data’s Impact. También existen estudios más especializados en sectores específicos, como el Open Data Inventory que se centra en los datos estadísticos, o aquellos que dentro de un único componente se centran en determinados aspectos del análisis, como el Open Data Usability Index o el Open Data Accessibility Framework.
Por último existen también estudios más globales, especialmente en el ámbito del Gobierno Abierto, que incluyen también de una forma u otra algunos aspectos relativos a los datos abiertos dentro de sus respectivos análisis. Tal es el caso por ejemplo del Open Government Index o la famosa eGovernment survey de las Naciones Unidas.
El grupo de trabajo sobre evaluación de iniciativas de datos abiertos de la Carta Internacional de los Datos Abiertos continúa trabajando en la definición de nuevos métodos que permitan evaluar la implementación de sus principios entre los países que se adhieren a la Carta. El objetivo a medio plazo será la actualización del marco común para la evaluación de los datos abiertos, dando lugar a una nueva versión más completa y que esté totalmente alineada con dichos principios. Este nuevo framework servirá como referencia para la evaluación de todas aquellas iniciativas de apertura de datos que utilicen los principios del Charter en la implementación de sus políticas.
La monitorización es uno de los aspectos fundamentales para fomentar el crecimiento y desarrollo de las iniciativas de datos abiertos. Aunque es prácticamente imposible medir de forma exacta el nivel de apertura, hay algunas iniciativas que muestran una visión general del interés en open data en los diferentes países del mundo.
Actualmente, existen varios rankings bastante populares que, a pesar de valorar diferentes indicadores de datos abiertos, trabajan con el mismo fin. En febrero de 2012, la Plataforma ePSI lanzó un marcador RISP, una iniciativa de carácter colaborativo que clasificaba el estado de la reutilización de la información pública de los 28 países miembros de la Unión Europea. En 2013, la World Wide Web Foundation lanzó su Barómetro Open Data que estudiaba la disponibilidad de los datos abiertos, su implementación e impacto en 86 naciones de todo el planeta. Ese mismo año, la entidad independiente Open Knowledge Foundation presentaba el Open Data Index, un índice que analizaba el estado global del open data proporcionando información relativa a 97 países.
Este tipo de análisis es verdaderamente útil no sólo para los usuarios externos (organizaciones, grupos civiles…) sino también para los políticos y publicadores de datos. En este sentido, dichos rankings son de especial ayuda para aquellos campos donde el open data todavía es una materia incipiente. No obstante, es necesario enfatizar que no se deben considerar tales estudios como el reflejo de la situación real. Todos ellos son análisis parciales, los cuales han seleccionado un conjunto de criterios y métricas concreto, ofreciendo una imagen del ecosistema de datos abiertos incompleta.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto son las diferencias entre el Open Data Index de la OKFN y el marcador de la ePSI Platform, iniciativas que utilizan métricas diferentes al no existir un estándar común. Como muestra, la puntuación de Grecia en el Open Data Index sitúa a la nación helena en el puesto 54 mientras que el mismo país alcanza la cuarta posición según el baremo de la ePSI Platform. Así, si se tiene en cuenta a aquellos estados cuya legislación establece que solo son válidos los contratos gubernamentales que se han hecho públicos, Grecia se encontraría a la cabeza. En cambio, si se mide a los países que publican en abierto los datos postales, el Reino Unido estaría por debajo de Dinamarca y Holanda. En definitiva, no existe una metodología perfecta a seguir.
Sin embargo, los índices o evaluaciones juegan un papel importante en la cultura open data ya que ayudan a poner el foco en ciertos conjuntos de datos e indicadores; aunque también pueden resultar desmoralizadores. “Después de todos los recursos económicos invertidos en open data y estamos a la cola de la lista” ha sido la historia de un país europeo que casi cancela su programa de datos abiertos tras comprobar la puntuación obtenida.
Asimismo, una mala clasificación también supone la respuesta de algunos gobiernos en desacuerdo con los resultados. En 2013, después de la publicación del Open Data Index, la filial alemana del OKF recibió la llamada del Ministerio de Interior para hablar sobre la clasificación obtenida en dicho índice. Según los empleados públicos, la puntuación no representaba la realidad del panorama de datos abiertos germano y proporcionaron datos adicionales, procedentes de investigaciones independientes, que se sumaron a la evaluación inicial.
Habitualmente, los usuarios suelen fijarse más en los aspectos negativos (“este país A falla en este indicador”) en vez de centrar su atención en lo positivo (“la nación B ha obtenido una buena puntuación”). En este contexto, casi siempre se hace un mal uso de los rankings open data, reaccionando de forma errónea. Si un estado se encuentra en una posición alta de la lista, se siente totalmente satisfecho con el estudio, mientras que si se sitúa en las últimas posiciones, suele cuestionar la metodología utilizada. En ocasiones, es mejor centrarse en los logros alcanzados en el tiempo que en la puntuación obtenida en un preciso momento.
Autores: Makx Dekkers, Phil Archer and Martin Alvarez-Espinar
Fecha: 3 de marzo de 2015