Qué puedo hacer en mi día a día con la IA: tips de prompting
Data de la notícia: 23-06-2025

La inteligencia artificial ya no es cosa del futuro: está aquí y puede convertirse en una aliada en nuestro día a día. Desde facilitarnos tareas en el trabajo, como redactar correos o resumir documentos, hasta ayudarnos a organizar un viaje, aprender un nuevo idioma o planificar nuestros menús semanales, la IA se adapta a nuestras rutinas para hacernos la vida más fácil. No hace falta ser un experto en tecnología para sacarle partido; si bien las herramientas actuales son muy accesibles, comprender sus capacidades y saber cómo formular las preguntas adecuadas maximizará su utilidad.
Sujetos pasivos y activos de la IA
Las aplicaciones de la inteligencia artificial en el día a día están transformando nuestra vida cotidiana. La IA abarca ya múltiples campos de nuestras rutinas. Los asistentes virtuales, como Siri o Alexa, se encuentran entre las herramientas más conocidas que incorporan inteligencia artificial, y se utilizan para responder preguntas, programar citas o controlar dispositivos.
Muchas personas usan a diario herramientas o aplicaciones con inteligencia artificial, aunque esta opere de forma imperceptible para al usuario y no requiera su intervención. Google Maps, por ejemplo, utiliza IA para optimizar rutas en tiempo real, predecir el estado del tráfico, sugerir caminos alternativos o estimar la hora de llegada. Spotify la aplica para personalizar las listas de reproducción o sugerir canciones, y Netflix para realizar recomendaciones y adaptar el contenido que se muestra a cada usuario.
Pero también es posible ser un usuario activo de la inteligencia artificial utilizando herramientas que interactúan directamente con los modelos. Así, podemos hacer preguntas, generar textos, resumir documentos o planificar tareas. La IA deja de ser un mecanismo oculto para convertirse en una especie de copiloto digital que nos asiste en nuestro día a día. ChatGPT, Copilot o Gemini son herramientas que nos permiten usar la IA sin necesidad de ser expertos. Esto nos facilita la automatización de tareas cotidianas, liberando tiempo para dedicarlo a otras actividades.
IA en el hogar y la vida personal
Los asistentes virtuales responden a comandos de voz y nos informan de qué hora es, el tiempo que va a hacer o nos ponen la música que queremos escuchar. Pero sus posibilidades van mucho más allá, ya que son capaces de aprender de nuestros hábitos para anticiparse a nuestras necesidades. Pueden controlar diferentes dispositivos que tenemos en el hogar de manera centralizada, como la calefacción, el aire acondicionado, las luces o los dispositivos de seguridad. También es posible configurar acciones personalizadas que se activen a través de un comando de voz. Por ejemplo, una rutina “buenos días” que encienda las luces, nos informe del pronóstico del tiempo y del estado del tráfico.
Cuando hemos perdido el manual de alguno de los electrodomésticos o aparatos electrónicos que tenemos en casa, la inteligencia artificial es una buena aliada. Enviando una foto del dispositivo, nos ayudará a interpretar las instrucciones, configurarlo o solucionar problemas básicos.
Si quieres ir más allá, la IA puede hacer por ti algunas tareas de la vida cotidiana. A través de estas herramientas podemos planificar nuestros menús semanales, indicando necesidades o preferencias, como platos aptos para celiacos o vegetarianos, preparar la lista de la compra y obtener las recetas. También nos puede ayudar a elegir entre los platos de la carta de un restaurante teniendo en cuenta nuestras preferencias y restricciones alimentarias, como alergias o intolerancias. A través de una simple foto de la carta, la IA nos ofrecerá sugerencias personalizadas.
El ejercicio físico es otro ámbito de nuestra vida personal en el que estos copilotos digitales son muy valiosos. Podemos pedirle, por ejemplo, que cree rutinas de ejercicios adaptadas a diferentes condiciones físicas, objetivos y material disponible.
La planificación de unas vacaciones es otra de las funcionalidades más interesantes de estos asistentes digitales. Si les proporcionamos un destino, un número de días, intereses e incluso presupuesto, tendremos un plan completo para nuestro próximo viaje.
Aplicaciones de la IA en los estudios
La IA está transformando profundamente la forma de estudiar, ofreciendo herramientas que personalizan el aprendizaje. Ayudar a los más pequeños de la casa en sus tareas escolares, aprender un idioma o adquirir nuevas habilidades para nuestro desarrollo profesional son solo algunas de las posibilidades.
Existen plataformas que generan contenidos personalizados en apenas unos minutos y material didáctico realizado a partir de datos abiertos que se puede utilizar tanto en el aula como en casa para repasar. Entre los universitarios o los estudiantes de secundaria y bachillerato, algunas de las opciones más populares son las aplicaciones que resumen o hacen esquemas a partir de textos más largos. Incluso es posible generar un pódcast desde un fichero, lo que nos puede ayudar a entender y familiarizarnos con un tema mientras hacemos deporte o cocinamos.
Pero también podemos crear nuestras aplicaciones para estudiar o incluso simular exámenes. Sin tener conocimientos de programación, es posible generar una aplicación para aprender las tablas de multiplicar, los verbos irregulares en inglés o lo que se nos ocurra.
Cómo usar la IA en el trabajo y las finanzas personales
En el ámbito profesional la inteligencia artificial ofrece herramientas que aumentan la productividad. De hecho, se estima que en España un 78% de los trabajadores utilizan ya herramientas de IA en el ámbito laboral. Al automatizar procesos, ahorramos tiempo para centrarnos en tareas de más valor. Estos asistentes digitales resumen documentos largos, generan informes especializados en un campo, redactan correos electrónicos o toman notas en las reuniones.
Algunas plataformas incorporan ya la transcripción de las reuniones en tiempo real, algo que puede resultar muy útil si no dominamos el idioma. Microsoft Teams, por ejemplo, ofrece a través de Copilot opciones útiles desde la pestaña “Resumen” de la propia reunión, como la transcripción, un resumen o la posibilidad de agregar notas.
El manejo de las finanzas personales ha evolucionado igualmente gracias a aplicaciones que utilizan IA, permitiendo controlar gastos y gestionar un presupuesto. Pero también podemos crear nuestro propio asesor financiero personal utilizando alguna herramienta de IA, como ChatGPT. Al proporcionarle información sobre ingresos, gastos fijos, variables y objetivos de ahorro, analiza los datos y crea planes financieros personalizados.
Prompts y creación de aplicaciones útiles para el día a día
Hemos visto las grandes posibilidades que nos brinda la inteligencia artificial como copiloto en nuestro día a día. Pero para lograr que sea un buen asistente digital, debemos saber cómo preguntarle y darle las instrucciones precisas.
Un prompt es una instrucción básica o petición que se realiza a un modelo de IA para guiarlo, con el objetivo de que nos proporcione una respuesta coherente y de calidad. Un buen prompting es la clave para sacar el máximo rendimiento de la IA. Es fundamental preguntar bien y proporcionar la información necesaria.
Para escribir prompts efectivos tenemos que ser claros, específicos y evitar ambigüedades. Debemos indicar cuál es el objetivo, es decir, qué queremos que la IA haga: resumir, traducir, generar una imagen, etc. Igualmente es clave proporcionarle el contexto, explicando a quién se dirige o por qué lo necesitamos, además de cómo esperamos que sea la respuesta. Esto puede incluir el tono del mensaje, el formato, las fuentes que se utilicen para generarla, etc.
A continuación, te dejamos algunos consejos para crear prompts efectivos:
- Utiliza frases cortas, directas y concretas. Cuanto más clara sea la petición, más precisa será la respuesta. Evita expresiones como “por favor” o “gracias”, ya que lo único que hacen es añadir ruido innecesario y consumir más recursos. Por el contrario, utiliza palabras como “debes”, “haz”, “incluye” o “enumera”. Para reforzar la petición puedes usar mayúsculas en esas palabras. Estas expresiones son especialmente útiles para afinar una primera respuesta del modelo que no cumple con tus expectativas.
- Indica el público al que se dirige. Especifica si la respuesta va dirigida a un público experto, inexperto, niños, adolescentes, adultos, etc. Cuando queremos una respuesta sencilla podemos, por ejemplo, pedirle a la IA que nos lo explique como si tuviéramos diez años.
- Usa delimitadores. Separa las instrucciones mediante algún símbolo, como unas barras (//) o comillas para que el modelo comprenda mejor la instrucción. Por ejemplo, si quieres que haga una traducción, una delimitadores para separar la orden (“Traduce al inglés”) de la frase que debe traducir.
- Indica la función que debe adoptar el modelo. Especifica el rol que debe asumir el modelo para generar la respuesta. Indicarle si debe actuar como un experto en finanzas o en nutrición, por ejemplo, ayudará a generar respuestas más especializadas ya que adaptará tanto el contenido como el tono.
- Divide las peticiones completas en solicitudes sencillas. Si vas a hacer una petición compleja que requiere un prompt excesivamente largo, es recomendable que la desgloses en pasos más sencillos. Si necesitas explicaciones detalladas utiliza expresiones como “Piensa a paso” para que te dé una respuesta más estructurada.
- Usa ejemplos. Incluye en el prompt ejemplos de lo que buscas para guiar al modelo hacia la respuesta.
- Proporciona instrucciones en positivo. En lugar de pedir que no haga o incluya algo, expresa la petición de forma afirmativa. Por ejemplo, en vez de “No uses frases largas”, dile: “Utiliza frases breves y concisas”. Las instrucciones en positivo evitan ambigüedades y facilitan que la IA entienda lo que debe hacer. Esto sucede porque los prompts negativos suponen un esfuerzo extra para el modelo, al tener que deducir cuál es la acción contraria.
- Ofrece propinas o penalizaciones. Esto sirve para reforzar comportamientos deseados y coartar respuesta inadecuadas. Por ejemplo, “Si usas frases vagas o ambiguas, perderás 100 euros”.
- Pide que te pregunte lo que necesite. Si le indicamos que nos pida información adicional reducimos la posibilidad de las alucinaciones, ya que estamos mejorando el contexto de nuestra petición.
- Solicita que responda como un humano. Si los textos te parecen demasiado artificiales o mecánicos, especifica en el prompt que la respuesta sea más natural o que parezca elaborada por un humano.
- Proporciona el inicio de la respuesta. Este simple truco resulta muy útil para guiar al modelo hacia la respuesta que esperamos.
- Delimita las fuentes que debe utilizar. Si acotamos el tipo de información que debe utilizar para generar la respuesta, obtendremos respuestas más afinadas. Pide, por ejemplo, que utilice solo datos posteriores a un año concreto.
- Solicita que imite un estilo. Podemos proporcionarle un ejemplo para que su respuesta sea coherente con el estilo de la referencia o pedirle que siga el estilo de un autor famoso.
Si bien es posible generar código funcional para tareas y aplicaciones sencillas sin conocimientos de programación, es importante notar que el desarrollo de soluciones más complejas o robustas a nivel profesional sigue requiriendo experiencia en programación y desarrollo de software. Para crear, por ejemplo, una aplicación que nos ayude a gestionar nuestras tareas pendientes, le pedimos a las herramientas de IA que generen el código, explicando de manera detallada qué queremos que haga, cómo esperamos que se comporte y qué aspecto debe tener. A partir de estas instrucciones, la herramienta generará el código y nos irá guiando para probarlo, modificarlo y ponerlo en marcha. Podemos preguntarle cómo y dónde ejecutarlo de manera gratuita y pedirle ayuda para realizar mejoras.
Como hemos visto, el potencial de estos asistentes digitales es enorme, pero su verdadero poder reside en gran parte en cómo nos comunicamos con ellos. Los prompts claros y bien estructurados son la clave para obtener respuestas precisas sin necesidad de ser expertos en tecnología. La IA no solo nos ayuda a automatizar tareas rutinarias, sino que amplía nuestras capacidades, permitiéndonos hacer más en menos tiempo. Estas herramientas están redefiniendo nuestro día a día, haciéndolo más eficiente y dejándonos tiempo para otras cosas. Y lo mejor de todo: ya está a nuestro alcance.