Los datos abiertos como fuente de conocimiento para la inteligencia artificial generativa
Fecha de la noticia: 15-02-2023
La inteligencia artificial generativa se refiere a la capacidad de una máquina para generar contenido original y creativo, como imágenes, texto o música, a partir de un conjunto de datos de entrada. En lo que se refiere a la generación de texto, estos modelos son accesibles, en formato experimental, desde hace un tiempo, pero comenzaron a generar interés a mediados de 2020 cuando Open AI, una organización dedicada a la investigación en el campo de la inteligencia artificial general, publicó el acceso a su modelo de lenguaje GPT-3 a través de una API.
La arquitectura de GPT-3 está compuesta por 175 mil millones de parámetros, mientras que la de su antecesor GPT-2 era de 1.500 millones de parámetros, esto es, más de 100 veces más. GPT-3 representa por tanto un cambio de escala enorme ya que además fue entrenado con un corpus de datos mucho mayor y un tamaño de los tokens mucho más grande, lo que le permitió adquirir una comprensión más profunda y compleja del lenguaje humano.
A pesar de que fue de 2022 cuando OpenAI anunció la apertura de chatGPT, que permite dotar de una interfaz conversacional a un modelo de lenguaje basado en una versión mejorada de GPT-3, no ha sido hasta los últimos dos meses cuando la noticia ha llamado masivamente la atención del público, gracias a la amplia cobertura mediática que trata de dar respuesta al incipiente interés general.
Y es que, ChatGPT no sólo es capaz de generar texto a partir de un conjunto de caracteres (prompt) como GPT-3, sino que responde a preguntas en lenguaje natural en varios idiomas que incluyen inglés, español, francés, alemán, italiano o portugués. Es precisamente este cambio en la interfaz de acceso, pasando de ser una API a un chatbot, lo que lo ha convertido a la IA en accesible para cualquier tipo de usuario.
Tanto es así que más de un millón de personas se registraron para usarlo en tan solo cinco días, lo que ha motivado la multiplicación de ejemplos en los que chatGPT produce código de software, ensayos de nivel universitario, poemas e incluso chistes. Eso sin tener en cuenta que ha sido capaz de sacar adelante un examen de selectividad de Historia o de aprobar el examen final del MBA de la prestigiosa Wharton School.
Todo esto ha puesto a la IA generativa en el centro de una nueva ola de innovación tecnológica que promete revolucionar la forma en que nos relacionamos con internet y la web a través de búsquedas vitaminadas por IA o navegadores capaces de resumir el resultado de estas búsquedas.
Hace tan solo unos días, conocíamos la noticia de que Microsoft trabaja en la implementación de un sistema conversacional dentro de su propio buscador, el cual ha sido desarrollado a partir del conocido modelo de lenguaje de Open AI y cuya noticia ha puesto en jaque a Google.
Y es que, como consecuencia de esta nueva realidad en la que la IA ha llegado para quedarse, los gigantes tecnológicos han ido un paso más allá en la batalla por aprovechar al máximo los beneficios que esta reporta. En esta línea, Microsoft ha presentado una nueva estrategia dirigida a optimizar al máximo la manera en la que nos relacionamos con internet, introduciendo la IA para mejorar los resultados ofrecidos por los buscadores de navegadores, aplicaciones, redes sociales y, en definitiva, todo el ecosistema de la web.
Sin embargo, aunque el camino en el desarrollo de los nuevos y futuros servicios ofrecidos por la IA de Open AI aún están por ver, avances como los anteriores ofrecen una pequeña pista de la guerra de navegadores que se avecina y que, probablemente, cambie en el corto plazo la manera de crear y hallar contenido en la web.
Los datos abiertos
GPT-3, al igual que otros modelos que han sido generados con las técnicas descritas en la publicación científica original de GTP-3, es un modelo de lenguaje pre-entrenado, lo que significa que ha sido entrenado con un gran conjunto de datos, en total unos 45 terabytes de datos de texto. Según este paper, el conjunto de datos de entrenamiento estaba compuesto en un 60% por datos obtenidos directamente de internet en los que están contenidos millones de documentos de todo tipo, un 22% del corpus WebText2 construido a partir de Reddit, y el resto con una combinación de libros (16%) y Wikipedia (3%).
Sin embargo, no se sabe cuántos datos abiertos utiliza GPT-3 exactamente, ya que OpenAI no proporciona detalles más específicos sobre el conjunto de datos utilizado para entrenar el modelo. Lo que sí podemos hacer son algunas preguntas al propio chatGPT que nos ayuden a extraer interesantes conclusiones sobre el uso que hace de los datos abiertos.
Por ejemplo, si le preguntamos a chatGPT cuál era la población de España entre 2015 y 2020 (no podemos pedirle datos más recientes), obtenemos una respuesta de este tipo:
Tal como podemos ver en la imagen superior, aunque la pregunta sea la misma, la respuesta puede variar tanto en la redacción como en la información que contiene. Las variaciones pueden ser aún mayores si realizamos la pregunta en diferentes días o hilos de conversación:
Pequeñas variaciones en la redacción del texto, generar la pregunta en diferentes momentos del hilo de conversación (recordemos que guarda el contexto) o en hilos o días diferentes puede conducir a resultados ligeramente diferentes. Además, la respuesta no es completamente precisa, tal y como nos advierte la propia herramienta si las comparamos con las series de población residente en España del propio INE, donde nos recomienda consultar. Los datos que idealmente habríamos esperado en la respuesta podrían obtenerse en un conjunto de datos abiertos del INE:
Este tipo de respuestas sugieren que los datos abiertos no se han empleado como una fuente autoritativa para responder preguntas de tipo factual, o al menos que aún no está completamente refinado el modelo en este sentido. Haciendo algunas pruebas básicas con preguntas sobre otros países hemos observado errores parecidos, por lo que no parece que se trate de un problema sólo con preguntas referentes a España.
Si hacemos preguntas algo más específicas como pedir la lista de los municipios de la provincia de Burgos que comienzan por la letra “G” obtenemos respuestas que no son completamente correctas, como es propio de una tecnología que todavía está en fase incipiente.
La respuesta correcta debería contener seis municipios: Galbarros, La Gallega, Grijalba, Grisaleña, Gumiel de Hizán y Gumiel del Mercado. Sin embargo, la respuesta que hemos obtenido sólo contiene los cuatro primeros e incluye localidades de la provincia de Guadalajara (Gualda), municipios de la provincia de Valladolid (Gallegos de Hornija) o localidades de la provincia de Burgos que no son municipios (Galarde). En este caso, también podemos acudir a conjunto de datos abiertos para obtener la respuesta correcta.
A continuación, le preguntamos a ChatGPT por la lista de municipios que comienzan por la letra Z en la misma provincia. ChatGPT nos dice que nos hay ninguno, razonando la respuesta, cuando en realidad hay cuatro:
Como se deduce de los ejemplos anteriores, vemos cómo los datos abiertos sí pueden contribuir a la evolución tecnológica y, por ende, a mejorar el funcionamiento de la inteligencia artificial de Open AI. Sin embargo, dado el estado de madurez actual de la misma, aún es pronto para ver un empleo óptimo de estos, a la hora de dar respuesta a preguntas más complejas.
Por lo tanto, para que un modelo de inteligencia artificial generativa sea eficaz, es necesario que cuente con una gran cantidad de datos de alta calidad y diversidad, y los datos abiertos son una fuente de conocimiento valiosa para este fin.
Probablemente, en futuras versiones del modelo, podamos ver cómo los datos abiertos ya adquieren un peso mucho más importante en la composición del corpus de entrenamiento, logrando conseguir una mejora importante en la calidad de las respuestas de tipo factual.
Contenido elaborado por Jose Luis Marín, Senior Consultant in Data, Strategy, Innovation & Digitalization.
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