La igualdad efectiva entre hombres y mujeres es una meta común a alcanzar como sociedad. Así lo recoge la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que contempla "Lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas" como uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible a alcanzar en 2030.
Para ello, es fundamental disponer de datos de calidad que nos muestren la realidad y las situaciones de riesgo y vulnerabilidad a las que se enfrentan las mujeres. Solo así se podrán diseñar políticas efectivas más equitativas e informadas, en materias como la violencia contra la mujer o la lucha por romper los techos de cristal. Esto ha llevado a que cada vez más organismos abran datos relacionados con la desigualdad de género. Sin embargo, de acuerdo con la propia ONU, menos de la mitad de los datos necesarios para supervisar dicho objetivo están actualmente disponibles.
¿Qué datos son necesarios?
Para conocer la situación real de las mujeres y las niñas en el mundo es necesario incluir sistemáticamente un análisis de género en todas las etapas de la producción de estadísticas. Esto implica desde utilizar conceptos sensibles al género hasta ampliar las fuentes de información para poder evidenciar fenómenos que en la actualidad no se están midiendo.
Cuando se habla de datos de género no solo se hace referencia a los datos desglosados por sexo. También es necesario que los datos se basen en conceptos y definiciones que reflejen adecuadamente la diversidad de mujeres y hombres, captando todos los aspectos de sus vidas y especialmente aquellas áreas que más susceptibles de presentar desigualdades. Además, los métodos de recogida de datos deben tener en cuenta los estereotipos y los factores sociales y culturales que pueden inducir un sesgo de género en los datos.
Recursos para incorporar la perspectiva de género en los datos
Desde datos.gob.es ya hemos abordado esta cuestión en otros contenidos, aportando algunas primeras pistas sobre la creación de conjuntos de datos con perspectiva de género, pero cada vez son más los organismos que se implican en esta materia, elaborando materiales que pueden ayudar a paliar esta cuestión.
La División de Estadística de la ONU elaboró el informe “Integrating a Gender Perspective into Statistics” con el fin de proporcionar la información metodológica y analítica necesaria para mejorar la disponibilidad, la calidad y el uso de las estadísticas de género. El informe se centra en 10 temas: educación; trabajo; pobreza; medio ambiente; seguridad alimentaria; poder y toma de decisiones; población, hogares y familias; salud; migración, desplazados y refugiados; y violencia contra la mujer. Para cada tema se detallan las cuestiones de género a abordar, los datos necesarios para ello, fuentes de datos a considerar y cuestiones conceptuales y de medición específicas. El informe también aborda de manera transversal cómo generar encuestas, realizar el análisis de los datos o generar visualizaciones adecuadas.
Las Agencias de la ONU también trabajan en esta materia desde sus diversas áreas de acción. Por ejemplo, desde Unicef también han desarrollado guías de interés como “Gender statistics and administrative data systems”, que recopila recursos como marcos conceptuales y estratégicos, herramientas prácticas y casos de uso, entre otros.
Otro ejemplo es el Banco Mundial. Este organismo cuenta con un portal de datos con perspectiva de género, donde ofrece indicadores y estadísticas sobre diversos aspectos como salud, educación, violencia o empleo. Los datos pueden descargarse en CSV o Excel, aunque también se muestran a través de narraciones y visualizaciones, que facilitan su comprensión. Además, se puede acceder a ellos a través de una API. Este portal también incluye una sección donde se recopilan herramientas y directrices para mejorar la recogida de datos, el uso y la difusión de las estadísticas de género. Estos materiales están enfocados en sectores concretos, como el agroalimentario o el trabajo doméstico. También tiene una sección de cursos, donde podemos encontrar, entre otros, formaciones para comunicar y utilizar las estadísticas de género.
Iniciativas en España
Si nos centramos en nuestro país, también encontramos iniciativas muy interesantes. Ya hemos hablado en otras ocasiones de GenderDataLab.org, un repositorio de datos abiertos con perspectiva de género. En su web también incluyen guías sobre cómo generar y compartir estos conjuntos de datos. Si quieres saber más sobre este proyecto, te invitamos a ver esta entrevista con Thais Ruiz de Alda, fundadora y CEO de Digital Fems, una de las entidades detrás de esta iniciativa.
Además, cada vez más organismos están poniendo en práctica mecanismos para publicar conjuntos de datos con perspectiva de género. El Gobierno de Canarias ha creado la herramienta web "Canarias con perspectiva" con el fin de aunar distintas fuentes estadísticas y ofrecer un cuadro de mando con datos desagregados por sexo, que se actualizan de forma continua. Otro proyecto a destacar es la web "Mujeres y Hombres en Canarias", fruto de una operación estadística diseñada por el Instituto Canario de Estadística (ISTAC) en colaboración con el Instituto Canario de Igualdad. En ella se recopila información proveniente de distintas operaciones estadísticas y se analiza desde una perspectiva de género.
Desde la Generalitat de Catalunya también han incluido esta cuestión en su Plan de Gobierno. En el informe "Prioritisation of open data relating to gender inequality for the Government of Catalonia" recopilan bibliografía y experiencias locales e internacionales que pueden servir de inspiración tanto para la publicación como para el uso de este tipo de conjuntos de datos. El informe también propone una serie de indicadores a tener en cuenta y detalla algunos datasets cuya apertura es necesaria.
Estos son solo algunos ejemplos que muestran el compromiso de asociaciones civiles y organismos públicos por esta materia. Un campo en el que hay que seguir trabajando para contar con los datos necesarios para poder evaluar la situación real de la mujer en el mundo y diseñar así soluciones políticas que permitan un mundo más justo para todos.
Hoy 8 de marzo es el día que conmemoramos la lucha de las mujeres por lograr su plena participación en la sociedad, además de dar visibilidad a la desigualdad actual de género y reivindicar la acción global por una igualdad efectiva de derechos en todos los ámbitos.
Sin embargo, los datos parecen indicar que todavía nos queda camino por recorrer en este aspecto. El 70% de los 1.300 millones de personas que viven en condiciones de pobreza son mujeres. Las mujeres predominan en la producción mundial de alimentos (hasta el 80% en algunas zonas), pero poseen menos del 10% de la tierra. El 80% de las personas desplazadas por desastres y cambios relacionados con el clima en todo el mundo son mujeres y niñas. Y la situación para las mujeres no ha hecho más que empeorar debido a la pandemia, haciendo que la estimación del tiempo necesario para cerrar la brecha de género actual crezca ahora hasta más de 135 años.
La importancia de los datos en la lucha por la igualdad
Es por tanto un hecho que las mujeres se han quedado retrasadas en muchos de los indicadores de desarrollo sostenible, una desigualdad que además se está también replicando en el mundo digital – y que incluso se amplifica a través del cada vez más frecuente uso de algoritmos que carecen también de los datos de entrenamiento necesarios para ser representativos de la realidad de las mujeres. Pero también es un hecho que ni siquiera contamos con todos los datos necesarios para conocer con certeza cuál es la situación a la que nos enfrentamos con respecto a un gran número de indicadores clave.
Existe una escasez generalizada de datos de género que afecta a todos los sectores económicos y sociales. El Banco Mundial, la Unión Europea, la OECD, las Naciones Unidas, UNICEF, la ITU o el IMF – son cada vez más los organismos internacionales que están llevando a cabo sus esfuerzos particulares para recopilar sus propias bases de datos de género. No obstante, siguen faltando indicadores en múltiples aspectos clave, además de otras carencias importantes en cuanto a calidad de los datos actuales que frecuentemente están incompletos u obsoletos.
Esta carencia de datos es algo que puede resultar particularmente problemático cuando hablamos, por ejemplo, de temas tan sensibles como la violencia de género – un área en la que afortunadamente cada vez contamos con más datos a nivel global, e incluso algunos grandes ejemplos esperanzadores como la iniciativa de datos sobre feminicidios liderada por ILDA. Esto es un avance muy importante porque resulta todavía más difícil mejorar cuando ni siquiera sabemos cuál es la situación actual. Y es que los datos, y las políticas de gobernanza que creamos para gestionarlos, también pueden ser sexistas.
Los datos son herramientas que sirven para tomar mejores decisiones y elaborar mejores políticas. Nos permiten establecer objetivos y medir nuestros avances. Los datos se han convertido por tanto en una herramienta indispensable para crear un impacto social en las comunidades. Es por todo ello que la falta de datos sobre la vida de las mujeres y de las niñas es tan perjudicial.
Cómo abordar la brecha de género desde los datos
A la hora de buscar soluciones para este problema, y trabajar así por la equidad de género también a través de los datos, es crucial que involucremos a los protagonistas y que les demos voz. Así, a través de sus propias experiencias, podremos desarrollar procesos más inclusivos para la recopilación, el análisis y la publicación de datos. De este modo estaremos en una posición mucho mejor a la hora de utilizar los datos como una herramienta de inclusión para abordar la igualdad de género. El excelente manual del feminismo de datos escrito por Catherine D’Ignazio y Lauren Klein nos ofrece una serie de estrategias y principios que nos servirán de guía para poder conseguirlo:
- Examinar el poder – El feminismo de datos empieza por analizar cómo opera el poder en el mundo.
- Desafiar el poder – Debemos comprometernos a cuestionar las estructuras de poder cuando son desiguales y a trabajar por la equidad.
- Potenciar las emociones y la personificación – El feminismo de datos nos enseña a valorar múltiples formas de conocimiento, incluyendo los que provienen de las personas.
- Repensar los binarismos y las jerarquías – Debemos desafiar el binarismo de género, así como otros sistemas de cuantificación y clasificación que podrían dar lugar a distintas formas de marginación.
- Adoptar el pluralismo – El conocimiento más completo surge de sintetizar múltiples perspectivas, priorizando los saberes locales y las experiencias.
- Considerar el contexto – Los datos no son neutrales ni objetivos. Son productos de relaciones sociales desiguales, y entender ese contexto será esencial a la hora de realizar un análisis ético y preciso.
- Hacer visible el trabajo – El trabajo de la ciencia de datos es producto de la colaboración de muchas personas. Se debe hacer visible toda esa labor, para que pueda ser reconocida y valorada.
Nuestras opciones para contribuir a reducir la brecha de datos
Para poder avanzar en esta lucha por la igualdad necesitamos muchos más datos desagregados por género, que reflejen adecuadamente las inquietudes de las mujeres y las niñas, su diversidad y todos los aspectos de sus vidas. Todos podemos y debemos contribuir a llamar la atención sobre las desventajas que sufren las mujeres a través de los datos. Algunos consejos al respecto son:
- Comencemos por recopilar y publicar datos siempre desglosados por género.
- Utilicemos siempre a las mujeres como grupo de referencia en nuestros cálculos cuando estemos tratando desigualdades que les afectan directamente.
- Documentemos las decisiones que tomamos y nuestras metodologías a la hora de trabajar con los datos de género, incluyendo cualquier cambio nuestros enfoques a lo largo del tiempo y su justificación.
- Compartamos siempre los datos en bruto y de forma completa en un formato abierto y reutilizable. De este modo, aunque no hayamos puesto el foco en los retos que afrontan las mujeres, al menos otros podrán hacerlo usando los mismos datos.
Entre todos podemos conseguir que lo invisible se haga visible y que finalmente todas y cada una de las mujeres y niñas del mundo sean tenidas en cuenta. La situación es urgente y éste es el momento de hacer una apuesta decidida para cerrar la brecha de datos como herramienta necesaria a la hora de acabar con la brecha de género también.
Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation. Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
¿Es posible hallar en los datos la ayuda necesaria para solucionar los problemas reales a los que se enfrenta nuestra sociedad? Si bien es verdad que los datos por sí solos no se pueden transformar en alimento para los más desfavorecidos ni tampoco hacer que desaparezcan las armas en zonas de conflicto ni las desigualdades en el mundo, sí que resultan de gran utilidad a la hora de ofrecer información sobre las causas que provocan ciertos hechos o situaciones. Gracias a ellos, podemos valorar mejor las razones y consecuencias de dichas situaciones, y actuar para que no se repitan.
Una vez que, gracias a los datos abiertos, identificamos las causas que provocan este tipo de hechos, debemos dar un paso más: utilizar esta información para desarrollar soluciones y servicios que nos ayuden a solucionar problemas como, por ejemplo, la falta de inclusión social de grupos marginados o las desigualdades provocadas por cuestiones de género, económicas o sociales.
Cuando hablamos de inclusión, nos referimos al proceso por el que tanto individuos como comunidades de personas, como por ejemplo migrantes, refugiados, grupos o individuos socialmente desfavorecidos puedan interactuar e integrarse en sus comunidades de manera satisfactoria y con las mismas oportunidades.
A continuación, veremos algunos ejemplos acerca de la importancia que tienen los datos abiertos a la hora de crear instrumentos y servicios que ayudan a la integración de este tipo de grupos, centrándonos especialmente en los retos que tiene por delante nuestro país.
Problemas relacionados con la desigualdad en España y soluciones digitales basadas en datos abiertos para solucionarlos
Inserción laboral
En un contexto en donde la crisis sanitaria está dañando nuestra economía es fundamental acercar las oportunidades laborales a los ciudadanos. La publicación en abierto de las ofertas de empleo y cursos como hace el Servicio Vasco de Empleo a través de su plataforma Lanbide, está permitiendo que muchos portales web de empleo y centros de formación puedan añadir dichas ofertas a su catálogo fácilmente, fomentando su difusión y, por tanto, la inserción laboral de las personas que buscan empleo.
Despoblación de zonas rurales
Actualmente en España es necesario visibilizar y sensibilizar a los usuarios sobre el gran problema de despoblación que sufren algunas zonas de nuestro país, en las que sus habitantes cuentan cada vez con menos recursos sociales, lo que en ocasiones lleva a aumentar su aislamiento.
Herramienta como “La España vacía”, que consiste en una serie de mapas interactivos que muestran la evolución demográfica española, nos ayudan a visibilizar y comprender el problema, mientras que plataformas como Plan Repuebla pueden servir para atraer negocios y nuevos habitantes a las zonas con menor densidad de población.
Desigualdad de género
Existen plataformas que funcionan como un gran canal de sensibilización y apoyo a mujeres víctimas de la violencia machista, ofreciendo testimonios y análisis de la situación en la actualidad. Es el caso de Desprotegides , un portal creado en Cataluña que busca visibilizar el grave problema de violencia machista que sufren hoy en día miles de mujeres en el mundo, en este caso contando con datos actualizados sobre el número de víctimas en la comunidad catalana.
Un paso más allá va el proyecto Data COVID Gender creado por Iniciativa Barcelona Open Data junto con el grupo Género y TIC (GENTIC) del Internet Interdisciplicary Institute (IN3). El proyecto consiste en analizar el impacto que tienen el género y la segregación ocupacional en la prevalencia del coronavirus. Ha sido una de las 15 propuestas escogidas por la Agencia de Calidad y evaluación Sanitarias de Cataluña (Aquas) del Departamento de Salud para hacer investigación en analítica de datos sobre la incidencia del SARS-CoV-2 y Covid-19 en Cataluña.
Integración de personas con discapacidad
En los últimos años aplicaciones sencillas que, utilizando datos abiertos, proporcionan información útil sobre el entorno. En este artículo puedes encontrar distintas aplicaciones creadas por empresas y ciudadanos, pero también los servicios públicos están trabajando en este sentido. Como ejemplo el ayuntamiento de Murcia ha lanzado una aplicación gratuita que permite a las personas con discapacidad auditiva recibir información sobre los servicios municipales y realizar las gestiones que soliciten a modo de videoconferencia a través de un smartphone.
Información relevante sobre el coronavirus para grupos de riesgo
Curvaenaragon.com es una página web desarrollada por el Gobierno de Aragón cuyo objetivo principal es mostrar información actualizada sobre la situación del Covid-19 en la comunidad autónoma, desglosando los datos por las diferentes provincias (Huesca, Zaragoza y Teruel).
Esta web permite a todos los ciudadanos que residen o tienen que viajar a Aragón consultar la evolución de la pandemia en la zona, especialmente para los grupos de riesgo que son más vulnerables ante esta patología.
En definitiva, cada vez existen más aplicaciones y tecnologías que, gracias a los datos abiertos, nos permiten obtener información útil sobre el entorno para poder ofrecer soluciones a problemas como la desigualdad, la discapacidad, la pobreza o la violencia, entre otras.
Estas son solo algunos ejemplos de aplicaciones que utilizan datos abiertos para favorecer la erradicación de la desigualdad, pero si conoces alguna otra que cumpla una función similar, no dudes en registrarla en nuestro portal o enviarnos un mail a contacto@datos.gob.es.
Contenido elaborado por el equipo de datos.gob.es.
El sector público no es solo un gran proveedor de datos abiertos, sino que también es uno de sus mayores usuarios. Los datos abiertos facilitan el contacto y la comunicación directa entre gobiernos y ciudadanos, lo que puede dar lugar a políticas públicas más eficientes y efectivas.
Una de las áreas donde los datos abiertos tienen un gran potencial es en el desarrollo de políticas y herramientas que contribuyan a la protección de minorías y colectivos en riesgo de exclusión social. Estos grupos sociales se encuentran muchas veces con dificultades para participar de manera plena en la sociedad, por lo que son necesarios mecanismos que, por un lado, sensibilicen al conjunto de los ciudadanos y por otro creen oportunidades, disminuyendo las desigualdades y discriminaciones.
El interés de los gobiernos por este campo queda patente en eventos como la Conferencia Internacional de Datos abiertos (IODC en sus siglas en inglés), en cuya agenda encontramos múltiples espacios dedicados a la justicia social, la integración de inmigrantes o las cuestiones de género.
En España, también se están destinando recursos a abrir este tipo de datos, y se están llevando a cabo iniciativas encaminadas a mejoras sociales, como veremos a continuación.
Una mayor apertura de datos ligados a indicadores sociales
En distintas regiones españolas se están creando espacios específicos para compartir datos que fomenten el debate social en torno a la desigualdad.
Un ejemplo es el Observatorio de la desigualdad en Aragón, el cual nació con el objetivo de “dotar de transparencia a la evolución y efectos de la desigualdad”. Este portal proporciona indicadores relativos a distintas categorías como empleo, discapacidad, dependencia, atención a personas mayores, vivienda, familia o inmigración, entre otras categorías.
En la misma línea se mueve el Observatorio de la realidad social de Navarra, cuyo objetivo es “la investigación aplicada, la planificación y la evaluación de las políticas públicas de servicios sociales, empleo y vivienda, así como el análisis de los procesos de transformación social y de los problemas sociales en la Comunidad Foral”. Para ello ofrece diversas estadísticas, indicadores y estudios sobre niveles de empleo, inmigración, dependencia o cooperación internacional, entre otros.
Pero no solo los organismos públicos se preocupan por esta cuestión. Empresas privadas también han promovido portales como el Observatorio social de La Caixa, donde se publican de manera abierta indicadores, muchos de ellos de elaboración propia, que contribuyen a un mejor diagnóstico de la realidad social.
Gracias a la apertura y difusión de este tipo de información, los ciudadanos pueden formarse un juicio crítico y reclamar a sus representantes mejoras efectivas. Asimismo, las ONGs pueden conocer mejor la realidad a la que se enfrentan y proponer acciones concretas de mejora.
Herramientas para facilitar la integración
La apertura de este tipo de datos también ha facilitado que se creen mecanismos y herramientas encaminadas a facilitar la integración de colectivos en situación vulnerable. En los últimos años, organismos públicos estatales y locales han apoyado diferentes eventos, concursos, hackatons, etc. para promover aplicaciones y nuevos servicios que ayuden a la inclusión. Es el caso del proyecto 'Accede', promovido por el área de Accesibilidad del Ayuntamiento de Málaga. Este proyecto permitirá crear una aplicación fácil e intuitiva de accesibilidad urbana para personas mayores y con diversidad funcional, utilizando los datos abiertos del municipio.
Otro ejemplo, este proveniente del sector privado, es Ni un hogar sin energía, una plataforma basada en datos abiertos promovida por Ecodes para ahorrar energía y evitar la pobreza energética. Gracias a esta plataforma los ciudadanos que lo necesiten pueden conocer ayudas, iniciativas y proyectos dirigidos a mejorar la eficiencia energética y el acceso a la energía en el hogar.
En definitiva, el análisis y reutilización de los datos abiertos está permitiendo a las administraciones acercar sus políticas a la ciudadanía. Asimismo, una sociedad más informada puede elaborar sus propios juicios críticos y promover políticas que faciliten la integración e inclusión social de colectivos vulnerables.
Más de la mitad de la población mundial son mujeres, que además juegan un papel clave en nuestra sociedad. Por ejemplo, son las mujeres las que cultivan, producen y venden más del 90% de los alimentos cultivados de forma local. Paradójicamente, esas mismas mujeres resultan beneficiarias de tan sólo el 1% de los créditos agrícolas y reciben menos del 1% de los contratos públicos. Una de las razones de esta discriminación que continúa creciendo es precisamente la escasez en la disponibilidad de los datos de género requeridos para evaluar adecuadamente las políticas públicas a este respecto y poder asegurarse así de que las mujeres son incluidas y sus necesidades particulares tenidas en cuenta.
Como vemos, lejos todavía de aprovechar los beneficios prometidos por los datos abiertos y además de sufrir la discriminación habitual por cuestiones de género, las mujeres de todo el mundo se ven ahora también forzadas a vivir una nueva forma de discriminación a través de los datos: las mujeres tienen menor presencia online que los hombres; generalmente tienen menos probabilidades de ser escuchadas en la fase de consulta y diseño de las políticas de datos; son menos valoradas en los rankings de científicos de datos e incluso muchas veces ni siquiera tienen representación en las estadísticas oficiales.
Las metas definidas a través de los Objetivos de Desarrollo Sostenible incluyen un objetivo específico para eliminar toda forma de discriminación contra las mujeres. Sin embargo, y aunque contemos ya con una gran variedad de datos desagregados por sexo, un estudio reciente de las Naciones Unidas ha detectado la existencia todavía de importantes carencias de datos de género a la hora de afrontar esas fuentes específicas de discriminación en áreas tan relevantes como la sanidad, la educación, las oportunidades económicas, la participación política o hasta la propia integridad física.
Acabar con la discriminación será una tarea todavía mucho más difícil si no se cuenta ni siquiera con los datos básicos necesarios para entender la extensión del problema y poder así darle solución. Por eso, un primer paso importante es sacar el mayor provecho posible de los datos ya disponibles pero también poder visualizar y visibilizar claramente esas carencias. El compromiso político al más alto nivel es muy alto con iniciativas como la Alianza Global de los Datos para el Desarrollo Sostenible, la Carta Internacional de los Datos Abiertos o el Consenso Africano de los Datos mostrando su apoyo explícito a políticas de datos más inclusivas. No obstante, ese compromiso no acaba de materializarse, ya que a día de hoy todavía tan sólo un 13% de los gobiernos incluyen en sus presupuestos de forma regular la recogida de datos de género.
Para cerrar esta nueva brecha de género digital será por tanto necesaria una nueva aproximación integral a la hora de identificar los datos necesarios, garantizar que esos datos se recojan y compartan en forma de datos abiertos, realizar acciones de capacitación para que las propias interesadas puedan entender y analizar esos datos por sí mismas y habilitar mecanismos de diálogo y participación para garantizar que los presupuestos públicos recogen adecuadamente estas necesidades.
En un mundo crecientemente digital, sin igualdad de datos no podremos comprender la totalidad de la realidad sobre la vida y el bienestar de las mujeres ni alcanzar una verdadera igualdad de género para hacer que todas y cada una de las mujeres sean también tenidas en cuenta.