El activismo de datos es una práctica ciudadana cada vez más significativa en la era de las plataformas por su creciente contribución a la democracia, la justicia social y los derechos. Se trata de un activismo que utiliza los datos y su análisis para generar evidencias y visualizaciones con el objetivo de revelar injusticias, mejorar la vida de las personas y fomentar el cambio social.
Frente al uso masivo de datos de vigilancia por parte de determinadas corporaciones, el activismo de datos es ejercido por la ciudadanía y organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, la organización Forensic Architecture (FA), un centro de Goldsmiths dependiente de la Universidad de Londres, investiga violaciones de derechos humanos, incluidas las violencias de Estado, usando datos públicos, ciudadanos y satelitales, y metodologías como la inteligencia de fuentes abiertas (conocida como OSINT). El análisis de datos y metadatos, la sincronización de vídeos tomados por testigos o periodistas, así como de grabaciones y documentos oficiales, permiten reconstruir los hechos y generar un relato alternativo acerca de eventos y crisis.
El activismo de datos ha suscitado el interés de centros de investigación y organizaciones no gubernamentales, generando una línea de trabajo dentro de la disciplina de los estudios críticos. Esto ha permitido reflexionar sobre el efecto de los datos, las plataformas y sus algoritmos en nuestras vidas, así como acerca del empoderamiento que se genera cuando la ciudadanía ejerce su derecho a los datos y los usa para el bien común.
Imagen 1: Ecocidio en Indonesia (2015)
Fuente: Forensic Architecture (https://forensic-architecture.org/investigation/ecocide-in-indonesia)
Centros de investigación como Datactive o Data + Feminism Lab han creado teoría y debates sobre la práctica del activismo de datos. Asimismo, organizaciones como Algorights –una red colaborativa que fomenta la participación de la sociedad civil en el campo de las tecnologías de IA- y AlgorithmWatch -organización de derechos humanos- generan conocimiento, redes y argumentos para luchar por un mundo donde los algoritmos y la Inteligencia Artificial (IA)contribuyan a la justicia, la democracia y la sostenibilidad, en vez de debilitarlas.
Este artículo revisa cómo surgió el activismo de datos, qué interés ha suscitado en la ciencia social y su relevancia en la era de las plataformas.
Historia de una práctica
La producción de mapas usando datos ciudadanos podría ser de las primeras manifestaciones del activismo de datos tal y como se conoce ahora. Un mapa fundamental en la historia del activismo de datos fue el generado por víctimas y activistas con datos sobre el terremoto de Haití en 2010, sobre la plataforma keniata Ushahidi (“testimonio”, en Suajili). Una comunidad de humanitaristas digitales creó el mapa desde otros países y convocó a las víctimas y a sus familiares y conocidos para que compartieran datos de lo que estaba ocurriendo en tiempo real. En cuestión de pocas horas, los datos se verificaron y se visualizaron en un mapa interactivo que continuó actualizándose con más datos, y que fue decisivo a la hora de asistir a las víctimas en el terreno. Hoy en día se generan mapas de este tipo cada vez que surge una crisis, y se enriquecen con datos ciudadanos, satelitales y generados por drones dotados de cámaras para esclarecer hechos y generar evidencias.
Emergiendo de movimientos conocidos como cypherpunk y el tecnopositivismo o tecnoptimismo (basado en la confianza en que la tecnología es la respuesta a los retos de la humanidad), el activismo de datos ha ido evolucionando como práctica para adoptar posturas más críticas frente a la tecnología y a las asimetrías de poder que surgen entre quienes originan y ceden sus datos, y quienes los captan y analizan.
Hoy día, por ejemplo, la plataforma de producción de mapas comunitarios Ushahidi se ha empleado para crear datos sobre la violencia machista en Egipto y en Siria, y sobre ginecólogos confiables en India, por ejemplo. Actualmente, la invisibilización y el silenciamiento de las mujeres es la razón por la cual algunas organizaciones luchan por el reconocimiento y una política de visibilidad, algo que se hizo evidente con el movimiento #MeToo (#Cuéntalo en español). Las prácticas de datos feministas buscan visibilidad e interpretaciones críticas de la datificación (o la transformación de toda acción humana y no humana en datos mesurables y transformables en valor). Por ejemplo, Datos Contra el Feminicidio o Feminicidio.net ofrecen mapas y análisis de datos sobre el feminicidio en varios lugares del mundo.
El potencial para el empoderamiento algorítmico que ofrecen estos proyectos elimina las barreras a la igualdad, mejorando las condiciones que permiten a las mujeres resolver problemas, determinar cómo se recaban y se usan los datos y ejercer el poder.
Nacimiento y evolución de un concepto
En 2015 se publicó Los medios ciudadanos se encuentran con los grandes datos: el surgimiento del activismo de datos, en el que, por primera vez, se acuñaba y definía el activismo de datos como un concepto basado en prácticas observadas en activistas que se involucran políticamente con la infraestructura de datos. La infraestructura de datos incluye los datos, el software, el hardware y los procesos necesarios para convertir los datos en valor. Más adelante, Data activism and social change (London, Palgrave) y Activismo de datos y cambio social. Alianzas, mapas, plataformas y acción para un mundo mejor (Madrid: Dykinson) desarrollan marcos analíticos basados en casos reales que ofrecen formas de analizar otros casos.
Acompañando las variadas prácticas que existen dentro de activismo de datos, su estudio está creando espacios para la investigación feminista y postcolonialista sobre las consecuencias de la datificación. Mientras que los cronistas de la historia (principalmente fuentes masculinas) definieron la tecnología en relación con el valor sus productos, los estudios de datos feministas consideran a las mujeres como usuarias y diseñadoras de sistemas algorítmicos y buscan utilizar los datos para la igualdad, y alejarse de la explotación capitalista y sus estructuras de dominación.
El activismo de datos es hoy un concepto establecido en la ciencia social. Por ejemplo, Google Scholar ofrece más de 2.000 resultados sobre “data activism”. Varios investigadores e investigadoras lo emplean como perspectiva para analizar diversos asuntos. Por ejemplo, Rajão y Jarke exploran el activismo ambiental en Brasil; Gezgin estudia la ciudadanía crítica y el uso que hace esta de la infraestructura de datos; Lehtiniemi y Haapoja explora la agencia de datos y la participación ciudadana; y Scott examina la necesidad de los usuarios y usuarias de plataformas de desarrollar una vigilancia digital y cuidar de sus datos personales.
En el centro de estas preocupaciones se encuentra el concepto de agencia de datos, que se refiere a que las personas no sólo son conscientes del valor de sus datos, sino que también ejercen control sobre ellos, determinando cómo se usan y comparten. Se podría definir como acciones y prácticas relacionadas con la infraestructura de datos basadas en la reflexión y el interés individual y colectivo. Es decir, mientras darle un like a un post no se consideraría una acción con un alto grado de agencia de datos, participar en un hackaton –un evento colectivo en el que se mejora un programa informático o se crea— sí lo sería. La agencia de datos se basa en la alfabetización en datos, o el grado de conocimientos, acceso a los datos y a sus herramientas, y a las oportunidades para ejercerla que tienen las personas. El activismo de datos no es posible sin agencia de datos.
En el panorama en rápida evolución de la economía de plataformas, la convergencia del activismo de datos, los derechos digitales y la agencia de datos se ha vuelto crucial. El activismo de datos, impulsado por una creciente conciencia del posible uso indebido de los datos personales, alienta a individuos y colectivos a utilizar la tecnología digital para el cambio social, así como a abogar por una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las gigantes tecnológicas. Dado que cada vez más la generación de datos y el uso de algoritmos determinan nuestras vidas en áreas como la educación, el empleo, los servicios sociales y la salud, el activismo de datos emerge como una necesidad y un derecho, más que como una opción.
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Contenido elaborado por Miren Gutiérrez, Doctora e investigadora en la Universidad de Deusto, experta en activismo de datos, justicia de datos, alfabetización de datos y desinformación de género.
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor
En vista a la serie de tendencias presentes y futuras en torno al futuro de los datos abiertos indicadas en nuestro informe, hemos querido comprobar hasta qué punto dichas tendencias – u otras similares – están ya presentes en la comunidad global de los datos abiertos. Para ello hemos verificado las actividades actuales y los planes de futuro de varios países a través de la documentación disponible en varias fuentes como el Open Government Partnership, la OECD, la Iniciativa Latinoamericana de Datos Abiertos, el International Open Data Charter, la Red Africana de Datos Abiertos (AODN), el Open Data Policy Lab y las propias iniciativas oficiales de datos abiertos nacionales. Puedes acceder a las plataformas de datos abiertos de los portales analizados a través de la siguiente infografía.
Lo que hemos encontrado confirma las observaciones del informe e incluyen también otras tendencias asociadas como el rediseño de las plataformas de datos abiertos; la creciente disponibilidad de datos abiertos sobre recursos naturales y cambio climático; el nuevo y relevante rol de los datos en las crisis sanitarias; el creciente uso de los datos abiertos en la lucha contra la corrupción; el fomento de la ciencia abierta; la publicación de datos de particular relevancia social; la mayor sensibilidad hacia la necesidad de contar con datos desagregados y con visión de género; o el crecimiento de la apertura de datos a nivel regional y local. A continuación, repasaremos algunos de los ejemplos de cada una de estas tendencias que hemos encontrado a lo largo del mundo:
América
- Canadá: el gobierno está actualmente trabajando en mejorar su portal de datos abiertos open.canada.ca con el objetivo de hacerlo más amigable para sus usuarios, facilitar las búsquedas y fomentar la interacción y colaboración entre los miembros de la comunidad – por ejemplo, a través de las nuevas historias de uso de los datos. Además, el gobierno está también realizando una apuesta decidida por impulsar la ciencia abierta (open science), incluyendo entre otras medidas la creación de un nuevo portal de datos científicos abiertos que se espera ir mejorando y ampliando con el tiempo.
- México: después de un largo recorrido como líder de datos abiertos en la región, sus esfuerzos se centran últimamente en mejorar el acceso a la información con dos objetivos principales: facilitar la vida de sus ciudadanos e incrementar el nivel de escrutinio público. Para ello está elaborando programas para mejorar el acceso a los datos e información relacionados con cuestiones clave como la educación, el gasto público en desarrollo social, la lucha contra la corrupción, la gestión de los recursos naturales o los registros de beneficiarios de las empresas.
- Brasil: una vez completado su nuevo modelo de referencia de apertura de datos y el panel de control para la monitorización de la apertura de datos, los esfuerzos actuales se centran principalmente en fomentar un ecosistema activo en torno a los datos para promover el uso efectivo de los mismos —ya que esta ha sido la principal barrera detectada a la hora de conseguir un mayor nivel de reutilización e innovación. No obstante, existen también otras iniciativas en marcha para mejorar la disponibilidad de los datos en algunas áreas clave como el registro de propiedades o el transporte.
- Estados Unidos: el país cuenta desde hace poco con una nueva estrategia federal de datos entre cuyos objetivos más destacados se incluye la mejora en las capacidades y conocimiento de los datos en la administración con el objetivo de poder usar este input regularmente como herramienta de toma de decisiones. Así pues, su plan de acción más reciente se centra en el desarrollo de comunidades de práctica y soluciones compartidas. Cabe también destacar otras medidas como la incorporación de un Chief Data Officer (CDO) en un total de 24 agencias y departamentos; la creación de un consejo federal en el que participen todos ellos; o la dedicada a fortalecer la publicación de datos sanitarios con el objetivo de dar respuesta a los retos de salud púbica más acuciantes en la actualidad, incluyendo la pandemia o la crisis en torno al uso indiscriminado de opiáceos.
- Colombia: su apuesta más reciente por los datos abiertos con propósito se centra claramente en los datos para combatir la corrupción: de los 93 conjuntos de datos que aparecen en su hoja de ruta, un tercio están relacionados con el Programa Interamericano PIDA para la lucha contra la corrupción. El otro foco de interés actual dentro de la estrategia está en el fomento de los datos abiertos a nivel sub-nacional, con actuaciones simultáneas en Palmira, Yumbo, Cali, Boyacá y el Valle del Cauca.
- Uruguay: quizás la acción reciente más destacada pueda ser su experiencia piloto en la implementación de la guía de apertura para la acción contra el cambio climático en colaboración con la Carta Internacional de los Datos Abiertos. No obstante, el país cuenta también en la actualidad con una ambiciosa agenda de datos abiertos que incluye acciones tan variadas como la renovación integral de su portal de datos, mejoras en la disponibilidad de los datos catastrales y la transparencia presupuestaria o aumentar la visibilidad de los datos sobre violencia de género. No es por tanto de extrañar que el país lidere la última edición del Barómetro Regional de los Datos abiertos.
- Argentina: en el plano técnico y de la gobernanza de los datos cabría destacar los avances en la implementación de su política de datos como servicio, confeccionada para conseguir un alto nivel de calidad e interoperabilidad de los datos publicados por diseño. En cuanto a las mejoras en la disponibilidad de datos, los esfuerzos están últimamente enfocados a áreas como la transparencia en el gasto público, la contratación y las industrias extractivas (a través de la implementación de los estándares de GIFT; OCDS e EITI respectivamente)
Asia y Oceanía
- Corea del Sur: su agenda actual en torno a los datos abiertos se centra en conseguir aumentar los casos de uso de los datos trabajando de forma más cercana con las empresas y centros de investigación. Para ello se guiará por su nueva estrategia de publicación de datos (que forma parte de la Korean New Deal) cuyo foco consiste en la liberación de ciertos datos de alto valor e interés para la industria, como por ejemplo los relativos a conducción autónoma, ciudades inteligentes o cuidados sanitarios.
- Japón: en respuesta al evidente bajo nivel de preparación digital ante eventos como la actual pandemia, el gobierno decidió recientemente crear la Agencia Digital, un organismo transversal que pasa a estar a cargo de la también nueva estrategia de datos nacional. Esta estrategia se distingue por su particular visión centrada en el ciudadano y la confianza, a través de la cual los datos se consideran la base de todas las actividades sociales e industriales y el gobierno funciona como una plataforma que les da servicio.
- Taiwán: el foco actual del gobierno de Taiwán está puesto en la colaboración a través de los datos – cuyo principal exponente se pudo observar a través de la ejemplar respuesta del gobierno a la crisis de la pandemia mediante un correcto uso de los datos – trabajando junto al resto de agentes de la comunidad, no sólo en su explotación, sino también a la hora de entender los retos a los que se enfrentan quienes intentan utilizarlos y cuáles son las habilidades que necesitarán desarrollar para ello.
- Australia: además de continuar con sus esfuerzos en la publicación abierta de datos de contratación, las actividades de la iniciativa nacional de apertura de datos están últimamente centradas en la implementación de la ley de transparencia y disponibilidad de los datos —guiada por la figura del National Data Commissioner— y el compromiso con la mejora de las habilidades de participación y colaboración en el diseño de los servicios públicos, que ya comienza a manifestarse a través de acciones como las comunidades de práctica o el nuevo programa piloto de inventariado de datos con el foco puesto en las necesidades de las personas.
- Nueva Zelanda: el país acaba de estrenar la actualización de su estrategia y hoja de ruta para los datos gubernamentales, cuyos principales objetivos son la publicación de datos con propósito, el fomento de buenas prácticas y nuevas capacidades internas, la creación de alianzas y colaboraciones efectivas, y la transparencia en las propias prácticas de gobernanza y apertura de datos. Esta nueva estrategia viene también acompañada por otras mejoras en la usabilidad del portal de datos y los estándares de datos de uso obligatorio.
Europa
- Reino Unido: el último hito relevante dentro de la ya dilatada carrera del gobierno del país en el ámbito de los datos abiertos ha venido dado por la nueva reforma en torno a la estrategia nacional de datos para estimular el crecimiento económico y la innovación a la vez que se fortalece la confianza en los datos públicos. Este cambio de rumbo estará guiado por el centro para la ética de los datos y la innovación (CDEI), cuyo plan bianual actualmente en marcha contempla como principales objetivos maximizar el beneficio público a través de los datos y construir un ecosistema de inteligencia artificial consistente que pueda dar lugar a proyectos transformadores.
- Francia: fiel a su papel como uno de los líderes del movimiento de datos abiertos en el mundo, el gobierno de Francia está llevando a cabo una de las mayores transformaciones en marcha hoy en día a través de su plataforma FranceConnect, cuyo uso será obligatorio para todas las autoridades públicas a partir de 2022, dando así lugar a la que podría ser la primera plataforma nativa para la apertura y reutilización de la información de las administraciones públicas. Mientras tanto, sigue también trabajando incansablemente en la mejora continua de sus fortalezas actuales, incluyendo la ampliación de su equipo, la mejora gradual del portal de datos abiertos, la colaboración con otros agentes y la expansión de las iniciativas de apertura locales.
- Alemania: las novedades en la agenda de datos abiertos germana incluyen principalmente dos acciones clave en el futuro próximo. Por un lado, la evolución hacia una plataforma de información sobre datos gubernamentales (conocida como VIP) cuyo objetivo será el de funcionar como un hub central para facilitar la encontrabilidad de los datos y verificar su calidad, aunque sin llegar a alojarlos directamente. Por otro lado, se fomentará la realización de encuentros regulares en distintos formatos para facilitar el intercambio de conocimientos y experiencias entre distintos agentes.
- Irlanda: el gobierno continúa inmerso en la implementación de su estrategia de datos abiertos 2017-2022 cuyo principal objetivo es el de ampliar la cantidad de datos reutilizables disponibles a la vez que se crean conexiones con la comunidad de reutilizadores para promover los beneficios económicos y sociales de los datos. Esta estrategia se ha visto posteriormente complementada por la estrategia de datos de servicio público que posiciona los datos abiertos como elemento central de la gestión y gobernanza de los datos públicos.
- Dinamarca: a pesar de ser un caso particular dentro del universo de los datos abiertos por contar con su catálogo de datos abiertos de municipios y regiones como principal referencia y con un catálogo nacional de datos que se sale de los estándares habituales, eso no ha sido impedimento para el avance continuo de su estrategia de apertura de la información que en la actualidad tiene como principal foco la publicación de datos sobre los recursos naturales y el clima – lo cual queda perfectamente plasmado en la actividad de apertura a nivel regional y local. El reciente informe sobre el valor de los datos abiertos en las municipalidades es otro reflejo del protagonismo de la apertura a nivel sub-nacional en el país.
- Finlandia: tres son las acciones principales en su agenda nacional de datos abiertos – (1) el desarrollo de interfaces estandarizados que faciliten el autodescubrimiento de nuevos conjuntos de datos, (2) el establecimiento de nuevos criterios de calidad para facilitar la reutilización y (3) el desarrollo de pautas para el uso ético de los datos en la inteligencia artificial.
África
- Sudáfrica: la actividad de apertura de datos sigue avanzando modestamente y las intenciones del gobierno se centran en la actualidad en la transparencia fiscal y de los beneficiarios últimos de las empresas. Al mismo tiempo, se ha detectado la necesidad de trabajar con los potenciales intermediarios de datos para mejorar su capacidad de uso a la hora de aplicarlos a su propio contexto, mejorando así el potencial de reutilización e impacto de los mismos.
- Ghana: después del relanzamiento de su iniciativa de datos abiertos – en el que se puso especial énfasis en la formación de los trabajadores públicos – los esfuerzos del gobierno se centran en la actualidad en facilitar el acceso a la información relacionada con la transparencia y la lucha contra la corrupción con ambiciosos planes para publicar datos sobre la actividad parlamentaria, declaraciones de bienes, beneficiarios de empresas, ventas de petróleo e inversión pública.
- Túnez: el gobierno comenzó el año con la publicación de un nuevo decreto relativo a los datos abiertos públicos que pretende sentar las bases de la renovación de su catálogo de datos abiertos para adaptarlo a los estándares actuales de recopilación y clasificación de datos, y la elaboración de inventarios de datos en sectores estratégicos como sanidad, educación o justicia.
En definitiva, el movimiento de datos abiertos continúa avanzando a nivel mundial, centrado ya no solo en la publicación de datos sino también en extraer su máximo valor. Algo que se ve reflejado en nuestro país.
En nuestro caso coinciden en el tiempo una serie de hitos relevantes entre los que podemos destacar los nuevos planes de España Digital y Gobierno Abierto, los planes de acción de Educación Digital y Competencias Digitales, la creación de la figura del Chief Data Officer o la nueva Oficina Estratégica del Dato. Su combinación puede dar lugar a un punto de inflexión clave a la hora de llevar la iniciativa nacional de datos abiertos al siguiente nivel.
Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.
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