Activismo de datos: una práctica cada vez más relevante en la era de las plataformas

Fecha de la noticia: 20-10-2023

Mano con imagen holografica

El activismo de datos es una práctica ciudadana cada vez más significativa en la era de las plataformas por su creciente contribución a la democracia, la justicia social y los derechos. Se trata de un activismo que utiliza los datos y su análisis para generar evidencias y visualizaciones con el objetivo de revelar injusticias, mejorar la vida de las personas y fomentar el cambio social. 

Frente al uso masivo de datos de vigilancia por parte de determinadas corporaciones, el activismo de datos es ejercido por la ciudadanía y organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, la organización Forensic Architecture (FA), un centro de Goldsmiths dependiente de la Universidad de Londres, investiga violaciones de derechos humanos, incluidas las violencias de Estado, usando datos públicos, ciudadanos y satelitales, y metodologías como la inteligencia de fuentes abiertas (conocida como OSINT). El análisis de datos y metadatos, la sincronización de vídeos tomados por testigos o periodistas, así como de grabaciones y documentos oficiales, permiten reconstruir los hechos y generar un relato alternativo acerca de eventos y crisis.

El activismo de datos ha suscitado el interés de centros de investigación y organizaciones no gubernamentales, generando una línea de trabajo dentro de la disciplina de los estudios críticos. Esto ha permitido reflexionar sobre el efecto de los datos, las plataformas y sus algoritmos en nuestras vidas, así como acerca del empoderamiento que se genera cuando la ciudadanía ejerce su derecho a los datos y los usa para el bien común. 

Imagen 1: Ecocidio en Indonesia (2015)

Fuente: Forensic Architecture (https://forensic-architecture.org/investigation/ecocide-in-indonesia)

Centros de investigación como Datactive o Data + Feminism Lab han creado teoría y debates sobre la práctica del activismo de datos. Asimismo, organizaciones como Algorights –una red colaborativa que fomenta la participación de la sociedad civil en el campo de las tecnologías de IA- y AlgorithmWatch -organización de derechos humanos- generan conocimiento, redes y argumentos para luchar por un mundo donde los algoritmos y la Inteligencia Artificial (IA)contribuyan a la justicia, la democracia y la sostenibilidad, en vez de debilitarlas. 

Este artículo revisa cómo surgió el activismo de datos, qué interés ha suscitado en la ciencia social y su relevancia en la era de las plataformas. 

Historia de una práctica

La producción de mapas usando datos ciudadanos podría ser de las primeras manifestaciones del activismo de datos tal y como se conoce ahora. Un mapa fundamental en la historia del activismo de datos fue el generado por víctimas y activistas con datos sobre el terremoto de Haití en 2010, sobre la plataforma keniata Ushahidi (“testimonio”, en Suajili). Una comunidad de humanitaristas digitales creó el mapa desde otros países y convocó a las víctimas y a sus familiares y conocidos para que compartieran datos de lo que estaba ocurriendo en tiempo real. En cuestión de pocas horas, los datos se verificaron y se visualizaron en un mapa interactivo que continuó actualizándose con más datos, y que fue decisivo a la hora de asistir a las víctimas en el terreno. Hoy en día se generan mapas de este tipo cada vez que surge una crisis, y se enriquecen con datos ciudadanos, satelitales y generados por drones dotados de cámaras para esclarecer hechos y generar evidencias.

Emergiendo de movimientos conocidos como cypherpunk y el tecnopositivismo o tecnoptimismo (basado en la confianza en que la tecnología es la respuesta a los retos de la humanidad), el activismo de datos ha ido evolucionando como práctica para adoptar posturas más críticas frente a la tecnología y a las asimetrías de poder que surgen entre quienes originan y ceden sus datos, y quienes los captan y analizan.

Hoy día, por ejemplo, la plataforma de producción de mapas comunitarios Ushahidi se ha empleado para crear datos sobre la violencia machista en Egipto y en Siria, y sobre ginecólogos confiables en India, por ejemplo. Actualmente, la invisibilización y el silenciamiento de las mujeres es la razón por la cual algunas organizaciones luchan por el reconocimiento y una política de visibilidad, algo que se hizo evidente con el movimiento #MeToo (#Cuéntalo en español). Las prácticas de datos feministas buscan visibilidad e interpretaciones críticas de la datificación (o la transformación de toda acción humana y no humana en datos mesurables y transformables en valor). Por ejemplo, Datos Contra el Feminicidio o Feminicidio.net ofrecen mapas y análisis de datos sobre el feminicidio en varios lugares del mundo. 

El potencial para el empoderamiento algorítmico que ofrecen estos proyectos elimina las barreras a la igualdad, mejorando las condiciones que permiten a las mujeres resolver problemas, determinar cómo se recaban y se usan los datos y ejercer el poder.

Nacimiento y evolución de un concepto

En 2015 se publicó Los medios ciudadanos se encuentran con los grandes datos: el surgimiento del activismo de datos, en el que, por primera vez, se acuñaba y definía el activismo de datos como un concepto basado en prácticas observadas en activistas que se involucran políticamente con la infraestructura de datos. La infraestructura de datos incluye los datos, el software, el hardware y los procesos necesarios para convertir los datos en valor. Más adelante, Data activism and social change (London, Palgrave) y Activismo de datos y cambio social. Alianzas, mapas, plataformas y acción para un mundo mejor (Madrid: Dykinson) desarrollan marcos analíticos basados en casos reales que ofrecen formas de analizar otros casos.

Acompañando las variadas prácticas que existen dentro de activismo de datos, su estudio está creando espacios para la investigación feminista y postcolonialista sobre las consecuencias de la datificación. Mientras que los cronistas de la historia (principalmente fuentes masculinas) definieron la tecnología en relación con el valor sus productos, los estudios de datos feministas consideran a las mujeres como usuarias y diseñadoras de sistemas algorítmicos y buscan utilizar los datos para la igualdad, y alejarse de la explotación capitalista y sus estructuras de dominación.

El activismo de datos es hoy un concepto establecido en la ciencia social. Por ejemplo, Google Scholar ofrece más de 2.000 resultados sobre “data activism”. Varios investigadores e investigadoras lo emplean como perspectiva para analizar diversos asuntos. Por ejemplo, Rajão y Jarke exploran el activismo ambiental en Brasil; Gezgin estudia la ciudadanía crítica y el uso que hace esta de la infraestructura de datos; Lehtiniemi y Haapoja explora la agencia de datos y la participación ciudadana; y Scott examina la necesidad de los usuarios y usuarias de plataformas de desarrollar una vigilancia digital y cuidar de sus datos personales.

En el centro de estas preocupaciones se encuentra el concepto de agencia de datos, que se refiere a que las personas no sólo son conscientes del valor de sus datos, sino que también ejercen control sobre ellos, determinando cómo se usan y comparten. Se podría definir como acciones y prácticas relacionadas con la infraestructura de datos basadas en la reflexión y el interés individual y colectivo. Es decir, mientras darle un like a un post no se consideraría una acción con un alto grado de agencia de datos, participar en un hackaton –un evento colectivo en el que se mejora un programa informático o se crea— sí lo sería. La agencia de datos se basa en la alfabetización en datos, o el grado de conocimientos, acceso a los datos y a sus herramientas, y a las oportunidades para ejercerla que tienen las personas. El activismo de datos no es posible sin agencia de datos.

En el panorama en rápida evolución de la economía de plataformas, la convergencia del activismo de datos, los derechos digitales y la agencia de datos se ha vuelto crucial. El activismo de datos, impulsado por una creciente conciencia del posible uso indebido de los datos personales, alienta a individuos y colectivos a utilizar la tecnología digital para el cambio social, así como a abogar por una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las gigantes tecnológicas. Dado que cada vez más la generación de datos y el uso de algoritmos determinan nuestras vidas en áreas como la educación, el empleo, los servicios sociales y la salud, el activismo de datos emerge como una necesidad y un derecho, más que como una opción.

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Contenido elaborado por Miren Gutiérrez, Doctora e investigadora en la Universidad de Deusto, experta en activismo de datos, justicia de datos, alfabetización de datos y desinformación de género.

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