La huella de carbono es un indicador fundamental para comprender el impacto ambiental de nuestras acciones. Mide la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se lanzan a la atmósfera fruto de las actividades humanas, entre las que destaca la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón. Estos gases, entre los que se encuentran el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), contribuyen al calentamiento global al retener el calor en la atmósfera de la Tierra.
Son muchas las acciones que se llevan a cabo desde distintos organismos para tratar de reducir la huella de carbono. Entre ellas, las incluidas en el Pacto Verde Europeo o los Objetivos de desarrollo Sostenible. Pero este es un campo en el que cada pequeña acción cuenta y, como ciudadanos, también podemos contribuir a esta meta a través de pequeños cambios en nuestro estilo de vida.
Además, se trata de un campo donde los datos abiertos pueden tener un gran impacto. En concreto, en el informe “El impacto económico de los datos abiertos: oportunidades de creación de valor en Europa (2020)” se resalta como, gracias a los datos abiertos, se ha podido llevar a cabo un ahorro del equivalente a 5,8 millones de toneladas de petróleo cada año en la Unión europea, al impulsar otras energías más verdes. Esto supone, además, un ahorro de 79.600 millones de euros de costes en las facturas de energía.
En este artículo se repasan algunas soluciones que nos ayudan a medir nuestra huella de carbono para tomar conciencia de la situación, así como fuentes de datos abiertos de utilidad.
Calculadoras para conocer tu huella de carbono
La Unión Europea cuenta con una aplicación web donde cada persona puede analizar el ciclo de vida de los productos y la energía que se consume en cinco áreas concretas (alimentación, movilidad, vivienda, electrodomésticos y bienes del hogar), en base a 16 indicadores de impacto ambiental. El usuario introduce ciertos datos, como el gasto energético que realiza o los detalles de su vehículo, y la solución calcula el nivel de impacto. La web también ofrece recomendaciones para mejorar los patrones de consumo. Para su elaboración se han usado datos de Ecoinvent y Agrifoot-print, así como diferentes informes públicos detallados en su metodología..
La ONU también lanzó una solución similar, pero centrada en los bienes de consumo. Permite crear cadenas de valor de productos trazando un mapa de los materiales, procesos y transportes que se han utilizado para su fabricación y distribución, mediante una combinación de datos de actividad específicos de las empresas y datos secundarios. Los factores de emisión y conjuntos de datos para materiales y procesos provienen de una combinación de fuentes de datos como Ecoinvent, el Instituto Sueco de Medio Ambiente, DEFRA (Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales de Reino Unido), documentos académicos, etc. La calculadora también está vinculada a la Plataforma para la compensación de la huella de carbono de las Naciones Unidas. Esto permite a los usuarios de la aplicación tomar medidas climáticas inmediatas al contribuir a proyectos ecológicos.de las Naciones Unidas.
Si miramos a nuestro país, en España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuenta con diversas herramientas para facilitar el cálculo de la huella de carbono dirigidas a distintos públicos: organizaciones, ayuntamientos y explotaciones agrícolas. En ellas se tienen en cuenta tanto las emisiones directas, como las indirectas procedentes del consumo de electricidad. Entre otras fuentes de datos, utiliza información del Inventario nacional de Gases de Efecto Invernadero. También ofrece una estimación de las absorciones de dióxido de carbono que genera un proyecto de reducción de emisiones.
Otra herramienta vinculada a este ministerio es ComidaAPrueba, puesta en marcha por la Fundación Vida Sostenible y dirigida a conocer la sostenibilidad de la alimentación de los ciudadanos. La aplicación móvil, disponible tanto para iOs como para Android, permite calcular la huella ambiental de nuestras comidas para que tomemos consciencia del impacto de nuestras acciones. También propone recetas saludables que nos ayudan a reducir el desperdicio alimentario.
Pero no todas las acciones que se desarrollan de este tipo están impulsadas por organismos públicos u asociaciones sin ánimo de lucro. La lucha contra el deterioro de nuestro medio ambiente también es un nicho de mercado que ofrece oportunidades empresariales. Empresas privadas también ofrecen soluciones para calcular la huella de carbono, como climate Hero, la cual de basa en múltiples fuentes de datos.
Fuentes de datos para nutrir las calculadoras de huella de carbono
Como hemos visto, para realizar estos cálculos, estas soluciones necesitan basarse en datos que les permitan calcular la relación entre determinados hábitos de consumo y las emisiones generadas. Para ello, recurren a diversas fuentes de datos, muchas de las cuales son abiertas. En España, por ejemplo, encontramos:
- Instituto Nacional de Estadística (INE). El INE ofrece datos de emisiones a la atmósfera por ramas de actividad, así como de los hogares. Se puede filtrar por tipo de gas y conocer su equivalencia en miles de toneladas de CO2. También ofrece datos de la evolución histórica de la consecución de los objetivos de reducción de huella de carbono, que se realizan a partir de los Inventarios Nacionales de Emisiones a la Atmósfera, elaborados por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
- Comunidades Autónomas. Diversos gobiernos autonómicos realizan inventarios de las emisiones contaminantes emitidas a la atmósfera. Es el caso del País Vasco o la Comunidad de Madrid. Algunas regiones también publican en abiertos datos de previsiones, como Canarias, que ofrece proyecciones del cambio climático en el turismo o en la situación de sequía.
Otros servicios de datos internacionales a considerar son:
- EarthData. Este servicio proporciona acceso completo y abierto a la colección de datos científicos de la Tierra de la NASA para comprender y proteger nuestro planeta. En este espacio ofrece enlaces a datos de uso común sobre gases de efecto invernadero, incluyendo dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, ozono, clorofluorocarbonos y vapor de agua, así como a información sobre su impacto medioambiental.
- Eurostat. La Oficina estadística de la Comisión Europea publica regularmente estimaciones de las emisiones trimestrales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, desglosadas por actividad económica. Las estimaciones abarcan todos los trimestres desde 2010 hasta la actualidad.
- Life Cycle Assessment (LCA). Esta plataforma es la base de conocimientos de la Unión Europea en materia de producción y consumo sostenibles. Ofrece un inventario del ciclo de vida de los productos para el análisis de las cadenas de suministro. Para su realización se utilizan datos procedentes de asociaciones empresariales y otras fuentes relacionadas con vectores energéticos, transporte y gestión de residuos.
- Our World in Data. Uno de los conjuntos de datos más utilizados de este portal contiene información sobre emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero a través de métricas clave. Para su elaboración, se han utilizado distintas fuentes de datos primarias como la agencia de información energética de Estados Unidos o The Global Carbon Project. Todos los datos en bruto y los scripts utilizados se encuentran disponibles en su repositorio de GitHub.
Estos repositorios son solo una muestra, pero existen muchas más fuentes de las que extraer datos de valor que nos ayuden a tomar conciencia de la situación climática en la que vivimos y del impacto que nuestras pequeñas acciones del día a día tienen sobre nuestro planeta. Reducir nuestra huella de carbono es crucial para preservar nuestro entorno y garantizar un futuro sostenible. Y solo juntos conseguiremos alcanzar los objetivos fijados.
Aspectos tan relevantes de nuestra sociedad como la sostenibilidad medioambiental, la mitigación del cambio climático o la seguridad energética han motivado que la transición energética adquiera un papel muy relevante en el día a día de naciones, organismos privados y públicos, e incluso en nuestras vidas cotidianas como ciudadanos del mundo. La transición energética hace referencia a la transformación de nuestras formas de producción y consumo energético persiguiendo la menor dependencia de combustibles fósiles mediante fuentes de bajas emisiones o sin emisiones de carbono, como son las fuentes renovables.
Las medidas necesarias para conseguir una verdadera transición son de gran calado y, por tanto, complejas. En este proceso, las iniciativas de datos abiertos pueden contribuir enormemente facilitando la concienciación de la población, mejorando la estandarización de métricas y mecanismos para medir el impacto de medidas tomadas para mitigar el cambio climático a nivel mundial, promoviendo la transparencia de gobiernos y empresas en cuanto a reducción de emisiones de CO2, o aumentando la participación ciudadana y científica para la creación de nuevas soluciones digitales, así como el avance del conocimiento y la innovación.
¿Qué iniciativas están sirviendo de guía?
La mejor forma de comprender cómo el open data nos ayuda a percibir los efectos de las elevadas emisiones de CO2 así como el impacto de las diferentes medidas adoptadas por todo tipo de actores en favor de la transición energética es mediante la observación de ejemplos reales.
El Energy Institute (EI), entidad dedicada precisamente a la aceleración de la transición energética, publica anualmente su revisión estadística de la energía mundial, la cual incluye en su última versión hasta 80 conjuntos de datos, algunos de los cuales se remontan hasta el año 1965, que describen el comportamiento de diferentes fuentes de energía, así como el uso de minerales clave en la transición hacia la sostenibilidad. Utilizando su propia herramienta de reporting online para representar aquellas variables que queremos analizar, podemos observar cómo, a pesar del crecimiento exponencial de generación de energía renovable en los últimos años (figura 1), sigue habiendo una tendencia creciente en emisiones de CO2 (figura 2), aunque no tan drástica como en la primera década de los 2000.
Figura 1: Evolución de la generación renovable mundial en TWh
Fuente: Energy Institute Statistical Review 2023
Figura 2: Evolución de las emisiones de CO2 mundiales en MTCO2
Fuente: Energy Institute Statistical Review 2023
Otra entidad internacional impulsora de la transición energética que ofrece un interesante catálogo de datos es la International Energy Agency (IEA). En este caso podemos encontrar más de 70 conjuntos de datos, no todos ellos abiertos sin subscripción, que incluyen tanto datos energéticos históricos como proyecciones futuras para poder alcanzar los objetivos Net Zero 2050. Podemos observar a continuación un ejemplo de estos datos extraído de su librería de visualizaciones gráficas, en particular, la evolución esperada de la generación energética para alcanzar los objetivos Net Zero en 2050. En la figura 3 podemos examinar cómo, para alcanzar estos objetivos, deben ocurrir principalmente dos procesos simultáneos: reducir la energía total demandada anualmente y evolucionar progresivamente a fuentes de generación con menor volumen de emisiones de CO2.
Figura 3: Generación energética 2020-2050 para alcanzar los objetivos de emisiones Net Zero en Exajulios
Fuente: IEA, Total energy supply by source in the Net Zero Scenario, 2022-2050, IEA, Paris, IEA. Licence: CC BY 4.0
Para analizar en mayor detalle cómo deben suceder estos dos procesos para alcanzar los objetivos Net Zero, IEA nos ofrece otra visualización muy relevante (figura 4). En ella, podemos observar cómo para alcanzar la reducción de la energía total demandada anualmente, es necesario avanzar aceleradamente en la década 2025-2035, gracias a medidas como electrificación, mejoras técnicas en la eficiencia de sistemas energéticos o reducción de la demanda. De esta manera, debe alcanzarse una reducción cercana a los 100EJs anuales para el año 2035, que luego debe mantenerse a lo largo del resto del período analizado. Para tratar de entender el calado de estas medidas y tomando como referencia el consumo eléctrico medio de los hogares españoles, unos 3.500kWh/año, la reducción anual deseada equivaldría a evitar el consumo de unos 7.937.000.000 hogares o, de otra manera, a evitar en un año el consumo eléctrico que todos los hogares españoles realizarían durante 418 años.
Respecto a la transición hacia fuentes de menor volumen de emisiones, podemos observar en esta figura cómo la expectativa es que la energía solar sea la líder en crecimiento, por delante de la eólica, mientras que el unabated coal (energía procedente de la quema de carbón sin utilizar sistemas de captura de CO2) sea la fuente cuyo uso más se espera reducir.
Figura 4: Cambios en la generación energética 2020-2050 para alcanzar los objetivos de emisiones Net Zero en Exajulios
Fuente: IEA, Changes in total energy supply by source in the Net Zero Scenario, 2022–2050, IEA, Paris, IEA. Licence: CC BY 4.0
Otras iniciativas de datos abiertos interesantes desde el punto de vista de la transición energética son los catálogos de la Comisión Europea (más de 1,5 millones de conjuntos de datos) y del Gobierno de España a través de datos.gob.es (más de 70 mil conjuntos de datos). Ambos aportan conjuntos de datos abiertos en temáticas como medioambiente, energía o transporte.
En ambos portales, podemos encontrar información muy variada, como consumos energéticos de ciudades y empresas, proyectos autorizados para la construcción de instalaciones de generación renovable o evolución de precios de hidrocarburos.
Por último, destaca la iniciativa REData, de Red Eléctrica Española (REE), que ofrece un área de datos con un amplio abanico de información relacionada con el sistema eléctrico español. Entre otras, información relativa a la generación eléctrica, a los mercados o al comportamiento diario del sistema.
Figura 5: Secciones de información provista desde REData
Fuente: El sistema eléctrico: Guía de uso de REData, noviembre 2022. Red Eléctrica Española.
Así mismo, la web ofrece un visualizador interactivo para la consulta y descarga de datos, como se muestra a continuación para la generación eléctrica, además de un interfaz programático (API – Application Programming Interface) para la consulta del repositorio de datos facilitado desde esta entidad.
Figura 6: Plataforma REData de REE
Fuente: https://www.ree.es/es/datos/aldia
¿Qué conclusiones podemos extraer de este movimiento?
Como hemos podido observar, la enorme preocupación en torno a la transición energética ha motivado a múltiples organismos de diferente naturaleza a poner a disposición de otros organismos y de la propia ciudadanía datos de manera abierta para su análisis y explotación. Entidades tan variadas como el Energy Institute, la International Energy Agency, la Comisión Europea, el Gobierno de España o Red Eléctrica Española publican a través de sus portales de datos información muy valiosa en busca de una mayor transparencia y concienciación.
En este breve artículo hemos podido examinar cómo estos datos han sido de gran ayuda para comprender mejor la evolución histórica de las emisiones de CO2, la potencia eólica instalada o las expectativas de demanda energética para alcanzar los objetivos Net Zero. Los datos abiertos son una muy buena herramienta para mejorar la comprensión de la necesidad y calado de la transición energética, así como del avance de las medidas que progresivamente están siendo tomadas por múltiples entidades en todo el mundo, y esperamos ver cada vez un mayor número de iniciativas que sigan esta línea.
Contenido elaborado por Juan Benavente, ingeniero superior industrial y experto en tecnologías ligadas a la economía del dato. Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
Al igual que en otras industrias, la transformación digital está ayudando a cambiar las bases de funcionamiento del sector agrícola y forestal. Combinar tecnologías como la geolocalización o la inteligencia artificial y emplear conjuntos de datos abiertos para desarrollar nuevas herramientas de precisión está transformando la agricultura en una actividad cada vez más tecnológica y analítica.
En esta línea, desde las administraciones también se está avanzando para mejorar la gestión y la toma de decisiones ante los retos a los que nos enfrentamos. Así, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico han diseñado dos herramientas digitales que utilizan datos abiertos: Fruktia (previsión de cosechas en frutales) y Arbaria (gestión de incendios), respectivamente.
Predecir las cosechas para gestionar mejor las crisis
Fruktia es una herramienta predictiva desarrollada por el Ministerio de Agricultura para prever situaciones de sobreoferta en el sector de fruta de hueso y cítricos antes que los sistemas tradicionales de conocimiento de previsiones o aforos. Tras las crisis de precios sufridas en 2017 en fruta de hueso y en 2019 en cítricos debido a un exceso de oferta sobrevenida, se vio que la toma de decisiones para gestionar estas crisis basándose en sistemas de predicción tradicionales llegaron tarde y que era necesario adelantarse para adoptar medidas por parte de la administración e incluso por el propio sector más efectivas y que evitaran la caída de precios.
Como respuesta a esta crítica situación, desde el Ministerio de Agricultura decidieron elaborar una herramienta que fuese capaz de predecir las cosechas en función de la meteorología y los datos de producción de años anteriores. Una herramienta de uso interno del Ministerio y cuyo análisis se vería en las mesas de trabajo con el sector, pero que en ningún caso sería pública, evitando así su posible influencia en los mercados de una manera no controlable.
Fruktia existe gracias a que desde dicho ministerio han conseguido aunar la información procedente de dos vías principales: los datos abiertos y el conocimiento de expertos sectoriales. Estas fuentes de datos son recogidas por una Inteligencia Artificial que mediante tecnología Machine Learning y Deep Learning analiza la información para realizar previsiones concretas.
Los conjuntos de datos abiertos utilizados provienen de:
- Información de las estaciones meteorológicas de la Agencia Española de Meteorología (AEMET).
- Información procedente de estaciones agroclimáticas.
Con los datos anteriores y los datos estadísticos de estimaciones de cosecha de campañas pasadas (Avances de Producción y Anuarios del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) junto con información específica del sector, Fruktia realiza dos tipos de predicciones de cosecha: a nivel regional (modelo de provincias) y a nivel explotación agrícola (modelo de recintos).
El modelo de provincias sirve para elaborar predicciones a nivel provincial (como indica su nombre) y analizar los resultados de cosechas anteriores con el objetivo de:
- Anticipar los excesos de producción.
- Prever las crisis del sector mejorando la toma de decisiones para gestionarlas.
- Estudiar la evolución de cada producto por provincias.
Dicho modelo, si bien ya está desarrollado, sigue mejorándose para lograr la mejor adaptación a la realidad independientemente de las condiciones meteorológicas que se den.
Por otra parte, el modelo de recintos (aún en desarrollo) tiene como finalidad:
- Previsiones de producción con un mayor nivel de detalle y para más productos (por ejemplo, se podrá conocer previsiones de producciones de cultivos de fruta de hueso como paraguayo o platerina de los que actualmente por fuentes estadísticas aún no tenemos información).
- Saber cómo afectan a las cosechas fenómenos meteorológicos concretos en distintas regiones.
El modelo de recintos aún se está diseñando, y cuando esté en pleno funcionamiento también contribuirá a:
- Mejorar la planificación de la comercialización.
- Anticipar los excesos de producción a un nivel más local o para una tipología de producto concreta.
- Predecir crisis antes de que se produzcan para anticiparse a sus efectos y no ir a una situación de caída de precios.
- Localizar zonas o recintos con problemas en campañas concretas.
En otras palabras, la finalidad última de Fruktia es lograr la simulación de distintos tipos de escenarios que sirvan para adelantarse a los problemas de cada cosecha mucho antes de que esta se produzca para adoptar las decisiones adecuadas desde las administraciones.
Arbaria: ciencia de datos para prevenir incendios forestales
Un año antes del nacimiento de Fruktia, en 2019, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación diseñó una herramienta digital para la predicción de incendios forestales que, a su vez, es coordinada desde el punto de vista forestal por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Bajo el nombre de Arbaria, esta iniciativa del Ejecutivo busca analizar y predecir el riesgo de ocurrencia de incendios en ámbitos temporales y territoriales concretos del territorio español. En particular, gracias al análisis de los datos utilizados, es capaz de analizar la influencia socioeconómica en la ocurrencia de incendios forestales a escala municipal y anticipar el riesgo de incendio en campaña de verano a nivel provincial, mejorando así el acceso a los recursos necesarios para atajarlo.
La herramienta utiliza el histórico de datos de fuentes de información abierta como la AEMET o el INE, y los registros de la Estadística General de Incendios Forestales (EGIF). Para ello, se utilizan técnicas de Inteligencia Artificial relacionadas con el Deep y el Machine Learning, así como la tecnología en la nube de Amazon Web Services.
Sin embargo, el nivel de precisión que ofrece una herramienta como Arbaria no se debe solamente a la tecnología con la que ha sido diseñada, sino a la calidad de los datos abiertos seleccionados.
Considerar la realidad demográfica de cada municipio como una variable más a tener en cuenta es importante a la hora de determinar el riesgo de incendio. Es decir, conocer el número de empresas asentadas en una localidad, la actividad económica desarrollada en la misma, los habitantes censados o la cantidad de explotaciones agrícolas o ganaderas presentes es relevante para poder anticiparse al riesgo y crear campañas preventivas orientadas a sectores específicos.
Además, el histórico de datos de incendios forestales aglutinado en la Estadística General de Incendios Forestales es uno de los más completos del mundo. Existe un registro general de incendios desde el año 1968 y otro especialmente exhaustivo desde la década de los 90 hasta la actualidad, que incluye datos como la localización y características de la superficie del incendio, medios utilizados en la extinción, tiempo de extinción, causas del incendio o daños y perjuicios en la zona, entre otros.
Iniciativas como Fruktia o Arbaria sirven para demostrar cuál es el potencial económico y social que puede extraerse de los conjuntos de datos abiertos. Ser capaces de predecir, por ejemplo, la cantidad de melocotones que darán los frutales de un municipio de Almería ayuda no solo a planificar la creación de empleo en una zona, sino también a garantizar que las ventas y el consumo en una zona se mantienen estables.
Igualmente, ser capaces de predecir el riesgo de incendios amplia las herramientas para poder realizar una planificación más adecuada de su prevención y extinción.
El proyecto Cross-Forest combina dos campos de gran interés para Europa, recogidos en El Pacto Verde. Por un lado, el cuidado y protección del medio ambiente – en concreto de nuestros bosques-. Por otro, el impulso de un ecosistema digital europeo interoperable.
El proyecto empezó en 2018 y ha finalizado el pasado 23 de junio, dando como resultado distintas herramientas y recursos, como veremos a continuación.
¿En qué consiste Cross-Forest?
Cross-Forest es un proyecto cofinanciado por la Comisión Europea mediante el programa CEF (Connecting Europe Facility), que busca publicar y combinar conjuntos de datos abiertos y enlazados de inventarios forestales y mapas forestales, para impulsar modelos que faciliten la gestión y la protección de los bosques.
El proyecto ha sido llevado a cabo por un consorcio formado por el Grupo Público Tragsa, la Universidad de Valladolid y Scayle Supercomputacion de Castilla y León, con el apoyo institucional del Ministerio para la Transción Ecologica y el Reto Demográfico (MITECO). Por parte de Portugal ha participado la Direção-Geral do Território de Portugal.
En el marco del proyecto se ha desarrollado:
- Una Infraestructura de Servicios Digitales (DSI, en sus siglas en inglés) para datos forestales abiertos, orientada hacia la creación de modelos de evolución forestal a nivel de país, así como la predicción del comportamiento y la propagación de los incendios forestales. Se han utilizado datos sobre materiales combustibles, mapas forestales y modelos de propagación. Para su ejecución se han usado recursos de Computación de Alto Rendimiento (HPC), debido a la complejidad de los modelos y la necesidad de realizar numerosas simulaciones.
- Un modelo ontológico de datos forestales común a las administraciones públicas e instituciones académicas de Portugal y España, para la publicación de datos abiertos enlazados. En concreto, se ha creado un conjunto de once ontologías. Estas ontologías, que están alineadas con la Directiva Inspire, se interrelacionan entre sí y se enriquecen enlazando con ontologías externas. Aunque se han creado con el foco puesto en estos dos países, la idea es que cualquier otro territorio pueda utilizarlas para publicar sus datos forestales, en un formato abierto y estándar.
Los diferentes conjuntos de datos utilizados en el proyecto se han publican por separado, para que los usuarios puedan utilizar los que deseen. Se puede acceder a todos los datos, que se publican bajo licencia CC BY 4.0, a través del repositorio Github de Cross-Forest y del Catálogo de Datos del IEPNB.
4 proyectos emblemáticos en formato Linked Open Data
Gracias a Cross-Forest, se ha publicado en formato de datos abiertos enlazados gran parte de la información de 4 proyectos emblemáticos de la Dirección General de Biodiversidad Bosques y Desertificación del Ministerio para la Transción Ecologica y el Reto Demográfico:
- Inventario Forestal Nacional (IFN-3). Incluye más de 100 indicadores el estado y evolución de los montes. Estos indicadores abarcan desde su superficie o las especies arbóreas y arbustivas que habitan en ellos, hasta datos relacionados con la regeneración y biodiversidad. También incorpora el valor en términos monetarios de los aspectos ambientales, recreativos y productivos de los sistemas forestales, entre otros aspectos. Cuenta con más de 90.000 parcelas. Se han publicado en abierto dos bases de datos correspondientes a un subconjunto de los indicadores del IFN.
- Mapa Forestal de España (Escala 1:50.000). Consiste en la cartografía de la situación de las masas forestales, siguiendo un modelo conceptual de usos del suelo jerarquizados.
- Inventario Nacional de Erosión de Suelos (INES). Se trata de un estudio que detecta, cuantifica y refleja cartográficamente los principales procesos de erosión que afectan al territorio español, tanto forestal como agrícola. Su objetivo es conocer su evolución en el tiempo gracias a la captación de datos continua. Cuenta con más de 20.000 parcelas
- Estadística General de Incendios Forestales. Incluye la información recogida en los Partes de Incendio que se cumplimentan por parte de las comunidades autónomas para cada uno de los incendios forestales que tienen lugar en España.
Estos conjuntos de datos, junto con otros de este Ministerio, se han federado con datos.gob.es, de tal forma que también están disponibles a través de nuestro catálogo de datos. Como cualquier otro conjunto de datos que se publica en datos.gob.es, automáticamente quedarán federados también con el portal europeo.
El antecedente de este proyecto fue CrossNature. Este proyecto dio como resultado la base de datos Eidos, que incluye datos enlazados de especies silvestres de fauna y flora de España y Portugal. También están disponible en datos.gob.es y se refleja en el portal europeo.
Ambos proyectos son un ejemplo de innovación y colaboración entre países, con el fin de conseguir unos datos más armonizados e interoperables, que permitan comparar indicadores y mejorar las actuaciones, en este caso, en materia de protección forestal.