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Un espacio de datos es un marco de desarrollo que permite la creación de un ecosistema completo proporcionando una estructura organizativa, normativa, técnica y de gobernanza con el objetivo de facilitar el intercambio confiable y seguro de distintos activos de datos para el beneficio común de todos los actores implicados y asegurando que se cumpla con toda la normativa y leyes aplicables. Los espacios de datos son, además, un elemento clave de la nueva estrategia de datos de la Unión Europea y una pieza imprescindible a la hora de materializar el objetivo del mercado único de datos europeo.

Como parte de esta estrategia, la Unión Europea está actualmente explorando la creación de varios pilotos de espacios de datos en algunos sectores y dominios estratégicos: sanidad, industria, agricultura, finanzas, movilidad, Pacto Verde, energía, Administración pública y competencias. Estos espacios de datos ofrecen un gran potencial a la hora de ayudar a las organizaciones a mejorar en la toma de decisiones, aumentar la innovación, desarrollar nuevos productos, servicios y modelos de negocio, reducir costes y evitar duplicar esfuerzos. Sin embargo, la creación de un espacio de datos exitoso no es una actividad trivial y requiere analizar cuidadosamente los casos de uso primero y enfrentarse después a grandes desafíos en los ámbitos de negocio, legal, operativo, funcional, tecnológico y de gobernanza.

Es por ello que, como medida de apoyo, se ha creado también el Centro de Soporte para los Espacios de Datos (Data Spaces Support Centre o DSSC), un órgano que se encarga de proporcionar orientación, herramientas y recursos a todas aquellas organizaciones interesadas en crear nuevos espacios de datos o participar en ellos. Uno de los primeros recursos elaborados por el DSSC ha sido precisamente el kit de iniciación a los espacios de datos, cuya versión final se ha publicado recientemente y que proporciona una guía inicial básica para entender cuáles son los elementos básicos de un espacio de datos y cómo afrontar los diferentes desafíos que se plantean a la hora de construirlos. Repasamos a continuación algunas de las principales pautas y recomendaciones que nos ofrece este kit de iniciación.

El valor de los espacios de datos y sus modelos de negocio

Los espacios de datos pueden resultar una alternativa real a las plataformas unidireccionales actuales, generando modelos de negocio basados en los efectos de red que dan respuesta tanto a la oferta como a la demanda de datos. Entre los distintos patrones de modelo de negocio existentes en los espacios de datos podemos encontrar:

Los aspectos legales

La parte legal de los espacios de datos puede constituir un gran desafío al moverse estos necesariamente entre múltiples marcos legales y regulaciones, tanto nacionales como europeos. Para afrontar este reto, el Data Spaces Support Centre propone la elaboración de un marco de referencia compuesto de tres instrumentos principales:

  • Los marcos jurídicos transversales que serán de aplicación a todos los espacios de datos, como la ley contractual, la protección de datos, la propiedad intelectual, las leyes de competencia o las de ciberseguridad.
  • Los aspectos organizativos a considerar a la hora de establecer modelos y mecanismos para la gobernanza de los datos en cada caso específico.
  • La dimensión contractual a tener en cuenta a la hora de intercambiar datos y los acuerdos y términos de uso que se deben establecer para que eso sea posible.

Las actividades operativas

El diseño de las actividades operativas deberá abordar los acuerdos que posibiliten el funcionamiento organizativo del espacio de datos, como por ejemplo pautas para la incorporación de nuevos participantes, sobre la toma de decisiones y para la resolución de conflictos.

Además, se deberán también tener en cuenta las operaciones de carácter empresarial, como la racionalización y automatización de procesos, las tareas de marketing y las actividades de sensibilización, que son también componentes importantes de las actividades operativas.

Funcionalidad de los espacios de datos

Los espacios de datos compartirán una serie de componentes básicos (o building blocks) que serán los que ofrezcan la funcionalidad mínima esperada de los mismos, incluyendo al menos los siguientes elementos:

  • Interoperabilidad: modelos de datos y formatos, interfaces de intercambio de datos y origen y trazabilidad.
  • Confianza: gestión de la identidad, control de acceso y uso e intercambios de datos seguros.
  • Valor del dato: metadatos y protocolos de localización, contabilidad del uso de los datos y servicios de publicación y comerciales.
  • Gobernanza: acuerdos de cooperación y de nivel de servicio y modelos de continuidad.

Building blocks

 

Si bien cabe esperar que estos componentes sean comunes a todos los espacios de datos y ofrezcan una funcionalidad similar, cada espacio de datos en particular podrá tomar las decisiones de diseño que estime más oportunas a la hora de implementarlos y llevarlos a cabo.

Aspectos tecnológicos

Los espacios de datos están diseñados de manera que sean agnósticos en cuanto a la tecnología, es decir, que se definen únicamente en términos de funcionalidad y con libertad en cuanto a la elección de las tecnologías específicas para su implementación. En este escenario será importante establecer referencias claras en cuanto a:

  • Una base formal de estándares de facto que se deberán seguir.
  • Especificaciones que sirvan como referencia para las distintas implementaciones.
  • Implementaciones de código abierto de los componentes básicos llevadas a cabo por otros agentes.

Gobernanza de los espacios de datos

Para diseñar, poner en marcha y mantener un espacio de datos es necesario que múltiples organizaciones colaboren de forma conjunta y en diferentes funciones. Esto requiere que estas entidades construyan una visión común de los aspectos clave de dicha colaboración a través de un marco de gobernanza.

Para ello, se deberá llevar a cabo un ejercicio de diseño conjunto a través del cual los actores interesados lleguen a la formalización de una serie de acuerdos que definan los aspectos estratégicos y operativos clave, como las cuestiones legales, la descripción de la red de participantes, el código de conducta, los términos y condiciones de uso, los acuerdos de constitución y adhesión al espacio de datos o el modelo de gobierno.

En un futuro próximo el centro de soporte DSSC identificará los componentes básicos de cada una de las dimensiones descritas anteriormente y proporcionará orientación adicional para cada uno de ellos a través de la elaboración de un plan común (o blueprint) para los espacios de datos. Así pues, si os estáis planteando participar en alguna de las iniciativas de espacios de datos que se están poniendo en marcha, pero no tenéis muy claro por dónde empezar, entonces este kit básico de iniciación os resultará sin duda un recurso valioso a la hora de comprender los conceptos básicos – junto con el glosario que explica toda la terminología relacionada. Tampoco olvidéis subscribiros al boletín de noticias del centro de soporte para estar al tanto de todas las novedades, documentación y los servicios de apoyo que ofrece.

Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation. Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.

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Vivimos en la era de los datos, palanca de transformación digital y un activo estratégico para la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías y servicios. Los datos, más allá de las habilidades que aportan al generador y/o dueño de los mismos, tienen además la peculiaridad de ser un activo no-rival. Esto quiere decir que pueden ser reutilizados sin que ello suponga un detrimento para el dueño de los derechos originales, lo que los convierte en un recurso con un alto grado de escalabilidad en su compartición y explotación.

Esta posibilidad de compartición no-rival, además de abrir potenciales nuevas líneas de negocio a los dueños originales, conlleva también un ingente valor latente para el desarrollo de nuevos modelos de negocio. Y aunque la compartición no es algo novedoso, ésta se encuentra todavía muy limitada a contextos nicho de especialización sectorial, mediados bien por la confianza entre partes (generalmente forjada de antemano), o tediosas y disciplinadas condiciones contractuales. Es por ello que surge el innovador concepto de espacio de datos, que en su acepción más simplificada no es más que la modelización de las condiciones generales con que desplegar una compartición voluntaria, soberana y segura de datos. Una vez modelizadas, la prescripción de consideraciones y metodologías (tanto tecnológicas, como organizativas y operativas) permite hacer tangible esa compartición en base a interacciones punto a punto, que conjuntamente dan forma a ecosistemas federados de conjuntos y servicios de datos.

Por ello, y dada la naturaleza distribuida de los espacios de datos (no son un sistema informático monolítico, ni una plataforma centralizada), una manera óptima de aproximarse de su construcción es a través de la creación y despliegue de casos de uso.

La Oficina del Dato ha creado esta infografía de un ‘Modelo de desarrollo de casos de uso dentro de los espacios de datos’, con el objetivo de definir sintéticamente las fases de ese viaje iterativo, que progresivamente va dando forma a un espacio de datos. Este modelo sirve además de marco general para otros entregables técnicos y metodológicos venideros, como por ejemplo  la ‘Guía de Evaluación de Viabilidad de Casos de Uso’, o la ‘Guía de Diseño de Casos de Uso’, elementos con que facilitar la puesta en marcha de experiencias prácticas (y escalables por diseño) de compartición de datos, condición sine qua non para articular el ansiado mercado único de datos europeo.

El reto de construir un espacio de datos

Para hacer más accesible el proceso de desarrollar un espacio de datos, podríamos asimilar la definición y construcción de un caso de uso como un proyecto de construcción, en el que desde un problema de negocio inicial (necesidades o retos, deseos, o problemas a resolver) se llega a una meta en la que se aporta valor al negocio, dando solución a esas necesidades iniciales. Esta infografía ofrece una síntesis de ese viaje.

Estas son las fases del modelo:

  • FASE 1: Definición del problema de negocio. En esta fase un grupo de potenciales participantes detecta una oportunidad alrededor de la compartición de sus datos (hasta ahora en silos) y su correspondiente explotación. Esta oportunidad puede ser nuevos productos o servicios (innovación), mejoras de eficiencia, o la resolución de un problema de negocio. Es decir, existe un objetivo de negocio que el grupo es capaz de resolver de forma conjunta, compartiendo datos.
  • FASE 2: Modelización data-driven. En esta fase se identificarán aquellos elementos que sirvan para estructurar y organizar los datos para la toma de decisiones estratégicas en base a su explotación. Implica definir un modelo que posiblemente emplee herramientas multidisciplinarias para conseguir resultados de negocio. Es la parte que tradicionalmente se asocia a tareas de la ciencia de datos.
  • FASE 3: Consenso en la especificación de requisitos. Aquí, los actores que auspician el caso de uso deben establecer el modelo de relación a tener durante este proyecto colaborativo alrededor de los datos. Dicha fórmula debe: (i) definir y establecer las reglas de participación, (ii) definir un conjunto común de políticas y modelo de gobierno, y (iii) definir un modelo de confianza que actúe como raíz de dicha relación.
  • FASES 4 y 5: Plano del caso de uso. Como en un proyecto de construcción, el plano es el medio de expresión de las ideas de quienes han definido y acordado el caso de uso, y debe recoger de forma explícita las soluciones planteadas para cada una de las partes del desarrollo del mismo. Ese plano es único para cada caso de uso, y la fase 5 corresponde a su construcción. Sin embargo, no se crea desde la nada, sino que existen múltiples referencias que permiten utilizar materiales y técnicas previamente identificadas. Por ejemplo, modelos, metodologías, artefactos, plantillas, componentes tecnológicos o soluciones como servicio. Así, al igual que un arquitecto proyectando un edificio puede reutilizar estándares reconocidos, en el mundo de los espacios de datos también existen modelos sobre los que pintar los componentes y procesos de un caso de uso. El análisis y síntesis de esas referencias es la fase 4.
  • FASE 6: Selección, parametrización y/o desarrollo tecnológico. La tecnología habilita el despliegue de la transformación y explotación del dato, favoreciendo todo el ciclo de vida, desde su recopilación hasta su puesta en valor. En esta fase se implementa la infraestructura que da soporte al caso de uso, entendida ésta como la colección de herramientas, plataformas, aplicaciones y/o piezas de software necesarias para la operación del aplicativo.
  • FASE 7: Integración, test y despliegue. Como todo proceso de construcción tecnológico, el caso de uso pasará por las fases de integración, prueba y despliegue. Los trabajos de trabajos de integración y las pruebas funcionales, de usabilidad, de carácter exploratorio, de aceptación, etc. nos ayudarán a alcanzar la configuración deseada para el despliegue operativo del caso de uso. En el caso de desear la incorporación de un caso de uso a un espacio de datos preexistente, la integración buscaría encaje dentro de su estructura, lo que supone modelizar los requisitos de dicho caso de uso dentro de los procesos y bloques constructivos del espacio de datos.
  • FASE 8: Espacio de datos operativo. El punto de llegada de este viaje es el caso de uso en funcionamiento, que empleará servicios digitales desplegados por encima de la estructura del espacio de datos, y cuya arquitectura da soporte a diferentes recursos y funcionalidades federada por diseño. Esto implica que se habría articulado eficientemente el ciclo de vida de creación de valor en base a los datos compartidos, y se obtiene rédito de negocio según el planteamiento original. Sin embargo, esto no impide que el espacio de datos pueda seguir evolucionando a posteriori, ya que su vocación es crecer bien con la entrada de nuevos retos, o actores a casos de uso ya existentes. De hecho, la escalabilidad del modelo es una de sus bondades singulares.

En esencia, los datos compartidos por medio de un ecosistema federado e interoperable son la entrada que alimenta una capa de servicios que generará valor y resolverá las necesidades y retos originales planteados, en un viaje que va desde la definición de un problema de negocio hasta su resolución.

 

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Durante los últimos años estamos asistiendo a una revolución tecnológica que nos empuja cada vez más a ampliar nuestra formación para adaptarnos a los nuevos dispositivos, herramientas y servicios digitales que ya forman parte de nuestro día a día. En este contexto, la formación en competencias digitales cobra más relevancia que nunca.

El pasado mes de octubre, la Comisión Europea, con su presidenta Ursula Von Der Leyen a la cabeza, puso de manifiesto su intención de hacer de este 2023 el “Año Europeo de las Habilidades”, incluidas las digitales. La razón se encuentra en las dificultades que se han identificado entre la ciudadanía europea para adaptarse a las nuevas tecnologías y aprovechar todo su potencial, especialmente en el ámbito profesional.

La brecha europea de las competencias digitales

Según datos ofrecidos por Eurostat, más del 75% de las empresas de la Unión Europea han informado sobre las dificultades que encuentran a la hora de conseguir profesionales que cuenten con las habilidades necesarias para desarrollar el trabajo que demandan. Es más, la Agencia Laboral Europea alerta de la gran escasez que existe en Europa de especialistas en TIC y trabajadores con formación cualificada en STEM. Este dato se agudiza al observar que actualmente tan solo 1 de cada 6 especialistas en TI pertenece al género femenino.

En lo que respecta a las habilidades digitales, las cifras tampoco son halagüeñas. Y es que, tal y como se apunta en el Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI), basado en datos de 2021, solo el 56% de la población europea posee competencias digitales básicas, entre las que se incluyen: habilidades de alfabetización de información y datos, de comunicación y colaboración, de creación de contenido digital, de seguridad y de resolución de problemas.

Ciudadanos de la UE con menos habilidades digitales básicas por país. Fuente: Eurostat, 2022.

Iniciativas europeas para fomentar el desarrollo de competencias digitales

Como mencionamos anteriormente, mejorar la educación y las habilidades digitales es uno de los grandes objetivos que se ha marcado la Comisión Europea para este 2023. Si miramos a largo plazo, el objetivo es más ambicioso: La UE pretende que en 2030 al menos el 80% de los adultos de la UE cuenten con habilidades digitales básicas como las mencionadas anteriormente. En lo que respecta al sector profesional, el objetivo se centra en contar con alrededor de 20 millones de profesionales especialistas en TIC, con un número destacado de mujeres en el sector.

Para llevar a cabo estos objetivos, existe una serie de medidas e iniciativas que se han puesto en marcha a nivel europeo. Una de ellas parte de la Agencia Europea de Habilidades, cuyos puntos de acción 6 y 7 están enfocados a mejorar todas las habilidades relevantes para las transiciones verde y digital, así como a aumentar el número de graduados en TIC.

A través de los fondos NextGenerationEU y su Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, los estados miembros de la UE podrán optar a ayudas destinadas a financiar reformas relacionadas con las competencias digitales, ya que se habilitarán 560.00 millones de euros para este cometido.

Además, otros programas de financiación de la Unión Europea como el Programa Europa Digital (DEP) o el Mecanismo Conectar Europa (CEF) ofrecerán respectivamente apoyo económico destinado al desarrollo de programas de educación especializados en habilidades digitales o el lanzamiento de la Plataforma Europea de Empleos y Habilidades Digitales para poner a disposición de la ciudadanía información y recursos relacionados.

Junto a ellas, encontramos también otras iniciativas dedicadas a la formación en habilidades digitales en el Plan de Acción de Educación Digital, que ha creado el Centro Europeo de Educación Digital, o en la misión de la Coalición de Empleos y Habilidades Digitales, cuyo objetivo es concienciar y abordar la brecha de habilidades digitales junto a administraciones públicas, empresas y ONG.

La importancia de los datos abiertos en el ‘Año Europeo de las Habilidades Digitales’

A la hora de fomentar el desarrollo de las competencias digitales por parte de la ciudadanía europea, el portal de datos abiertos europeo lleva a cabo diversas acciones que contribuyen a este fin y donde los datos abiertos juegan un papel fundamental. En esta línea, Data Europa mantiene firme su compromiso por impulsar la formación y la divulgación de los datos abiertos. Así, junto a los objetivos que enumeraremos a continuación, conviene subrayar también el valor a nivel conocimiento que encontramos detrás de cada uno de los talleres y seminarios que programan desde su sección académica, a lo largo del año.

  • Apoyar a los Estados miembros en la recopilación de datos y estadísticas sobre la demanda de competencias digitales para desarrollar medidas y políticas específicas.
  • Trabajar junto a los portales de datos abiertos nacionales para que los datos estén disponibles y sean fácilmente accesibles y comprensibles.
  • Ofrecer apoyo a portales de datos abiertos regionales y locales que presenten una mayor necesidad de ayuda en labores de digitalización.
  • Fomentar la alfabetización de datos, así como la recopilación de casos de uso de interés que puedan ser reutilizados.
  • Desarrollar entornos colaborativos que faciliten a los proveedores de datos públicos la creación de una sociedad inteligente basada en datos.

Así, del mismo que data.europa academy funciona como un centro de conocimiento creado para que las comunidades de datos abiertos pueden encontrar seminarios web y formaciones relevantes para mejorar sus habilidades digitales, en España, el Instituto Nacional de Formación Pública, incluye entre sus opciones formativas varios cursos sobre datos cuyo cometido es mantener al día de las últimas tendencias en este ámbito, a los trabajadores de las administraciones públicas.

En esta línea, durante la primavera del 2023, tendrá lugar una formación sobre Datos abiertos y Reutilización de la Información, a través de la cual se realizará una aproximación al ecosistema de los datos abiertos y los principios generales de reutilización. Igualmente, desde el 24 de mayo al 5 de junio, el INAP organiza otro curso sobre Fundamentos de Big Data donde se abordarán bloques de conocimiento como la visualización de datos, la computación en la nube, la inteligencia artificial o las distintas estrategias en materia de Gobierno del Dato.

Asimismo, si no eres un trabajador perteneciente al sector público, pero tienes interés en ampliar tus conocimientos sobre datos abiertos, inteligencia artificial, machine learning u otras temáticas vinculadas a la economía del dato, en el blog y la sección de documentación de datos.gob.es podrás encontrar materiales formativos adaptados, monográficos sobre diversas temáticas, casos prácticos, infografías y visualizaciones paso a paso que te ayudarán a comprender de forma más tangible las diferentes aplicaciones teóricas que implican a los datos abiertos.

En datos.gob.es, hemos elaborado publicaciones que recopilan diferentes formaciones gratuitas sobre temáticas y especializaciones diversas. Como, por ejemplo, sobre inteligencia artificial o visualizaciones de datos.

Por último, si conoces más ejemplos u otras iniciativas dedicadas a fomentar las habilidades digitales tanto en el ámbito estatal o europeo, no dudes en hacérnoslo saber a través de nuestro buzón de correo electrónico dinamizacion@datos.gob.es. ¡Esperamos todas tus sugerencias!

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El impulso de la Comisión para promover  espacios de datos en el marco de una Estrategia europea se sustenta en la decidida apuesta por un marco normativo que le dote de coherencia regulatoria en toda la Unión. En particular, se busca establecer una sólida regulación que ofrezca seguridad jurídica a un modelo basado en el respeto a los derechos y libertades. Así, en un primer momento se han promovido sendas iniciativas para, de una parte, establecer las bases normativas del modelo de gobernanza —ya definitivamente adoptado mediante el Reglamento (UE) 2022/868, de 30 de mayo— y, de otra, fijar reglas armonizadas relativas al acceso y uso equitativo de los datos en toda la Unión.

Sin embargo, aun reconociendo la importancia del diseño de esta arquitectura jurídica de ámbito general, la efectiva apertura e intercambio de los datos requiere una aproximación más concreta que tenga en cuenta las singularidades de cada ámbito sectorial y, en particular, las dificultades y desafíos que han de afrontarse. Así pues, teniendo en cuenta el marco regulatorio general antes referido, la Comisión ha presentado  la primera iniciativa regulatoria de uno de estos espacios, el relativo a los datos de salud, que actualmente se encuentra en fase de consulta pública y de negociación en el Consejo de la UE y en el Parlamento Europeo, y que se enmarca en el proyecto de creación de un espacio europeo de datos sanitarios.

En concreto, más allá de facilitar el desarrollo de servicios electrónicos transfronterizos, la propuesta pretende abordar un triple objetivo:

Establecer un marco jurídico uniforme que facilite el desarrollo, la comercialización y el uso de los sistemas de historiales médicos electrónicos, para lo cual se establece un esquema de autocertificación obligatorio para ciertos sistemas que, en todo caso, contempla algunas excepciones como, por ejemplo, los programas informáticos para fines generales utilizados en los entornos sanitarios.

Facilitar el acceso electrónico de los pacientes a sus propios datos en el marco de la prestación de la asistencia sanitaria (uso primario de los datos sanitarios). A este respecto, la propuesta trata de reforzar la coherencia en todos los Estados miembros a la hora de proteger los datos de carácter sanitario más allá del lugar donde se realice la prestación sanitaria o en tipo de entidad que lo lleve a cabo.

Impulsar la reutilización de tales datos para otros fines secundarios. A tal efecto se contempla un modelo de gobernanza propio con un organismo específico al frente —el denominado Consejo del Espacio Europeo de Datos Sanitarios—y el despliegue de estructuras administrativas estatales debidamente coordinadas —organismos de acceso a los datos sanitarios—.

A continuación, veremos este último punto más en detalle.

El impulso de los usos secundarios

Por lo que se refiere a la reutilización de los datos para otras finalidades distintas de la asistencial, la propuesta de Reglamento parte de la siguiente evidencia: aunque los datos sanitarios ya están siendo recogidos y tratados utilizando medios electrónicos, sin embargo, en muchos casos el acceso a los mismos no se facilita para satisfacer otras finalidades de interés general. Por esta razón, con carácter general, se pretende establecer una regulación amplia que facilite los usos secundarios de los datos sanitarios, entre otros para la elaboración de estadísticas, el desarrollo de actividades formativas y de investigación, como la innovación tecnológica —incluyendo el entrenamiento de algoritmos— o la medicina personalizada.

Sin embargo, a los efectos de negar el acceso a los datos sanitarios, expresamente se declaran incompatibles algunos usos secundarios, como es el caso de:

• La adopción de decisiones perjudiciales para las personas físicas, entendiendo por tales no sólo las que produzcan efectos jurídicos sino, asimismo, las que les afecten de manera significativa. A este respecto, se destacan específicamente las modificaciones relativas a los contratos de seguro, como por ejemplo el incremento de las primas que se han de abonar.

• La realización de actividades de publicidad o comercialización dirigidas a profesionales sanitarios, organizaciones del sector o personas físicas.

• La puesta a disposición de los datos a terceros que no se contemplen en el permiso de datos que se otorgue.

• El desarrollo de productos y servicios perjudiciales, incluyendo particularmente las drogas ilícitas, las bebidas alcohólicas, los productos del tabaco o los bienes o servicios que contravengan el orden público o la moral.

Con relación a los sujetos obligados a compartir los datos, en principio la propuesta de Reglamento se extiende a quienes recojan y traten datos con financiación pública, quienes deberán ponerlos a disposición de los organismos competentes en materia de acceso a los datos sanitarios para facilitar su reutilización. Sin embargo, dada la importancia que tienen en algunos Estados, la normativa también extiende su ámbito de aplicación a sujetos privados prestadores de servicios sanitarios —salvo que se trate de microempresas—y, asimismo, asociaciones profesionales. En concreto, esta regulación afectaría a «toda persona física o jurídica que sea una entidad o un organismo del sector sanitario o asistencial, o que lleve a cabo investigaciones en relación con estos sectores, así como instituciones, órganos y organismos de la Unión que tengan el derecho o la obligación de poner a disposición, así como de registrar o entregar determinados datos, restringir el acceso a ellos o intercambiarlos».

Objeto y condiciones del acceso a los datos sanitarios

La propuesta de Reglamento parte de un concepto amplio de datos sanitarios, donde se incluyen las siguientes categorías: 

Datos a considerar en el marco del espacio europeo de datos sanitarios: datos proporcionados por pacientes; datos relacionados con efectos sobre la salud (datos sociales, medioambientales, etc.); datos generados por aplicaciones digitales; datos ofrecidos por sistemas sanitarios; datos resultantes de tratamientos previos (inferidos a través de pruebas, de manera automatizada, etc.). Fuente: Propuesta de Reglamento (UE) sobre el Espacio Europeo de Datos Sanitarios.

La normativa parte de una regla general: el acceso a los datos anonimizados como medida para reducir los riesgos de privacidad, aunque también se contempla un régimen específico para los datos de carácter personal. En este supuesto, la solicitud deberá incorporar una justificación adecuada y los datos únicamente se proporcionarán seudonimizados.

Por lo que se refiere a la forma de acceso, la especial sensibilidad de los datos sanitarios determina que se proponga que se deban facilitar a través de un entorno de tratamiento seguro que cumpla las normas técnicas y de seguridad establecidas en la propuesta. En particular,se propone que el tratamiento de los datos personales sólo pueda hacerse en entornos seguros, bajo el control de las autoridades de acceso a datos y sin que se puedan descargar por los reutilizadores; solo se contempla permitir la descarga de datos no personales.

Organismos de acceso a los datos sanitarios

Desde la perspectiva del modelo de gobernanza en que se sustenta la propuesta, los Estados deberán disponer de al menos un organismo de acceso a los datos sanitarios que facilite el acceso electrónico a los mismos para fines secundarios. En el caso de ser varios organismos debido a exigencias derivadas de su organización político-administrativa, uno de ellos ejercerá funciones de coordinación. Más allá de la libertad organizativa por parte de los Estados a la hora de elegir una u otra fórmula organizativa, resulta esencial que se garantice la independencia del organismo coordinador, sin perjuicio de los mecanismos de control financiero o judicial.

Como ya se ha indicado, la finalidad principal de esta medida consiste en garantizar una aplicación uniforme y coherente del marco normativo del acceso a los datos sanitarios para fines secundarios en toda la Unión Europea, en particular por lo que se refiere a la protección de datos personales en este sector. A este respecto, se propone que dichos organismos habrán de tener asignadas las competencias que les permitan verificar el cumplimiento de dicha normativa y, en particular, la imposición de sanciones y otras medidas como la exclusión temporal o definitiva del Espacio Europeo de Datos de Salud de quienes no cumplan sus obligaciones.

La armonización que pretende conseguir la propuesta de Reglamento se proyecta asimismo en el establecimiento de un proceso normalizado para la expedición de permisos de reutilización de datos para finalidades secundarias. En concreto, el caso de que no baste con el acceso anonimizado a los datos, deberá motivarse por qué es necesario el acceso seudonimizado. En este último caso, la solicitud deberá especificar la base jurídica para solicitar el acceso a los datos desde la perspectiva de la normativa sobre protección de datos personales, los fines secundarios para los que se pretenden reutilizar, así como una descripción de los datos y herramientas necesarias para su tratamiento.

Finalmente, la propuesta de Reglamento incluye obligaciones de publicidad activa dirigidas a los citados organismos acerca de los conjuntos de datos disponibles. Se trata de una medida esencial, ya que la existencia de un catálogo de conjunto de datos a nivel europeo —a partir de la interconexión de los estatales— resultaría de enorme utilidad para impulsar no sólo la investigación y la innovación sino, igualmente, la toma de decisiones a nivel normativo y político. En concreto, respecto a cada conjunto de datos disponibles, se habrá de indicar su naturaleza, la fuente de la que provienen y las condiciones para su puesta a disposición.

En definitiva, se trata de una iniciativa ciertamente innovadora para hacer frente a la diversidad regulatoria existente en cada Estado miembro que, sin embargo, está en una fase inicial de tramitación. Precisamente, en este momento se encuentra abierto un trámite de participación que permite formular alegaciones frente a la redacción inicial hasta el día 28 de julio de 2022 a través de un sencillo procedimiento accesible a través de este enlace.


Contenido elaborado por Julián Valero, catedrático de la Universidad de Murcia y Coordinador del Grupo de Investigación “Innovación, Derecho y Tecnología” (iDerTec).

Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.

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La actual Directiva 2019/1024 relativa a los datos abiertos y la reutilización de la información del sector público, adoptada en junio de 2019, se estableció para sustituir y mejorar la antigua Directiva 2003/98/CE. Entre sus objetivos estaba el impulso de la disponibilidad de los datos del sector público para su reutilización, estableciendo algunas normas mínimas de armonización que favorezcan su uso como materia prima para la innovación en todos los sectores económicos. Cabe destacar que esta directiva se ha incorporado en el ordenamiento español a través del Real Decreto-ley 24/2021, de 2 de noviembre, de transposición de varias directivas de la Unión Europea.

Entre los cambios más significativos que presentó la Directiva 2019/1024 se encontraba la elaboración de una lista de conjuntos de alto valor a resaltar entre aquellos en poder de los organismos públicos.

Datos de alto valor: definición y características

La Directiva describe los datos de alto valor como “documentos cuya reutilización está asociada a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía, en particular debido a su idoneidad para la creación de servicios de valor añadido, aplicaciones y puestos de trabajo nuevos, dignos y de calidad, y al número de beneficiarios potenciales de los servicios de valor añadido y aplicaciones basados en tales conjuntos de datos”.

Esta definición nos ofrece algunas pistas sobre la forma en que se pueden identificar dichos conjuntos de datos de alto valor. La identificación se puede llevar a cabo a través de una serie de indicadores que incluyan:

  • Potencial para generar:
    • Beneficios sociales o medioambientales significativos
    • Beneficios económicos y nuevos ingresos
    • Servicios innovadores
  • Potencial en cuanto a número de usuarios beneficiados, con atención particular a las PYMEs.
  • Capacidad para ser combinados con otros conjuntos de datos.

¿Cómo se deben publicar los datos de alto valor?

Según la Directiva, la publicación de estos conjuntos de datos ha de cumplir los siguientes requisitos:

  • Ser reutilizables de manera gratuita.
  • Ofrecerse a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIs).
  • Estar disponibles en un formato legible por las máquinas.
  • Presentar una opción de descarga masiva, siempre que sea posible.

Además, deben ser compatibles con las licencias estándar abiertas.

¿Qué categorías temáticas se consideran datos de alto valor?

La Estrategia Europea de Datos incorpora los datos de alto valor como una capa de datos común que facilita, junto con los datos procedentes del sector privado, el despliegue de espacios de datos sectoriales en áreas estratégicas.

Originalmente, la directiva incluía en su anexo una serie de temáticas prioritarias que podrían ser consideradas datos de alto valor: datos geoespaciales, observación de la tierra y medioambientales, meteorológicos, estadísticos, registros empresariales o datos sobre el transporte.

Sin embargo, estas categorías eran muy amplias. Por ello, la UE ha puesto en marcha una iniciativa para la realización de una lista donde se indique más concretamente qué tipo de datos son considerados de alto valor y cómo deben publicarse. Tras una amplia consulta a las partes interesadas y teniendo en cuenta el resultado de la evaluación de impacto, la Comisión determinó, dentro de cada una de las seis categorías de datos, varios conjuntos de datos de especial valor y las disposiciones para su publicación y reutilización.

La lista adopta la forma de un acto de ejecución vinculante. La granularidad y modalidad de publicación varía de un conjunto de datos a otro, intentando conseguir un balance entre los potenciales beneficios socioeconómicos y medioambientales, y la carga financiera y organizativa a soportar por los titulares de los datos públicos. También se deben tener en cuenta las legislaciones sectoriales ya existente que regulen estos conjuntos de datos.

Abierto el periodo de comentarios al proyecto de ley “Datos abiertos: disponibilidad de conjuntos de datos públicos”

El siguiente paso es conocer la opinión de la ciudadanía sobre los datasets propuestos. Actualmente la Comisión Europea mantiene abierta una sección específica en su web, al final de la cual, cualquier ciudadano de la Unión Europea puede aportar sus comentarios para ayudar a mejorar y enriquecer esta iniciativa. La consulta pública tendrá una duración de cuatro semanas, desde el pasado 24 de mayo hasta el próximo 21 de junio de 2022.

Para poder presentar tu comentario, tan solo necesitarás registrarte utilizando tu correo electrónico o algunas redes sociales más populares, como Twitter o Facebook.

Recuerda que para poder expresar tu opinión y que sea tenida en cuenta por el organismo público, tu comentario deberá cumplir con las reglas y normas establecidas. Además, puedes consultar los comentarios ya realizados por otros ciudadanos de diferentes países y que se ofrecen de manera pública. La web también incluye una visualización que presenta datos sobre el número de opiniones ofrecidas por país o la categoría a la que pertenecen los participantes (empresas privadas, instituciones académicas, de investigación, ONGs, ciudadanía, etc.).

Esta lista supondrá un hito realmente importante ya que, por primera vez en muchos años, se podrá establecer una guía explícita y común sobre cuáles son los conjuntos mínimos de datos que deben estar siempre disponibles y cuáles deben ser las condiciones para su reutilización en toda la Unión Europea.

A nivel de España, la Oficina del Dato, en colaboración de los actores interesados, será la encargada de aterrizar esta lista y especificar otros conjuntos de datos adicionales, tanto públicos como privados, en base a lo indicado en el Real Decreto-ley 24/2021.

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El Open Data Day fue la fecha elegida para el lanzamiento del EU Datathon 2021, un evento que ya va por su quinta edición. Organizado por la Oficina de Publicaciones de la Unión Europea en el marco de las primeras jornadas EU Open Data Days, busca poner de manifiesto el valor de los datos abiertos y mostrar las oportunidades de los modelos de negocio basados en ellos. Tienes más información sobre estas jornadas en esta nota de prensa.

Los equipos participantes deben crear una aplicación móvil o web que dé respuesta a retos relacionados con las prioridades de la Comisión Europea, utilizando conjuntos de datos abiertos.

3 retos a resolver

Los retos disponibles son: 

  • Reto 1: ‘A European Green Deal. El Pacto Verde Europeo (European Green Deal, en inglés) es el plan para impulsar una economía europea moderna, sostenible y competitiva. Aquellos que elijan este reto deberán desarrollar aplicaciones o servicios dirigidos a crear una Europa más verde, por ejemplo, impulsando el uso eficiente de los recursos o reduciendo la contaminación. 
  • Reto 2: ‘An economy that works for people’. En este caso se buscan aplicaciones o servicios dirigidos a empresas, administraciones públicas o ciudadanos en general con el fin de crear una unión económica y monetaria más justa, que permita el crecimiento de las economías de los países miembro junto con la reducción de la pobreza y la desigualdad. En esta categoría tendría cabida, por ejemplo, una solución para impulsar la creación de empleo juvenil. 
  • Reto 3: ‘A Europe fit for the digital age’. La UE aspira a una transformación digital que funcione para las personas y las empresas. Por ello, en este reto se impulsa la creación de aplicaciones o servicios que mejoren las competencias en materia de datos, aumenten la conectividad o hagan que los datos sean más comprensibles para todos, tomando como base la Estrategia Europea de Datos. 

Cada desafío se organiza como una competición independiente de igual importancia.

Las soluciones presentadas deben combinar al menos un conjunto de datos de data.europa.eu (EU Open Data Portal o European Data Portal) con cualquier otro conjunto de datos disponible públicamente.

¿Quién puede participar?

Está dirigido a ciudadanos de todo el mundo que estén interesado en crear prototipos de productos basados en datos abiertos públicos e incluso crear nuevos modelos de negocio con o sin ánimo de lucro a través de la exploración de dichos datos.

La participación está abierta a personas físicas o entidades jurídicas, integradas en equipos de entre uno y cuatro miembros.

No puede inscribirse el personal que trabaja en las instituciones, agencias, organismos, organizaciones asociadas o contratistas de la Oficina de Publicaciones de la UE.

¿Cómo se desarrolla la competición?

Los equipos participantes deben registrar su propuesta siguiendo este formulario antes del 21 de mayo de 2021 a las 23:59 CET (hora central europea). A partir de entonces la competición se desarrollará en 2 fase:

  1. Preselección

Todas las propuestas serán evaluadas por el jurado, compuesto por expertos de dentro y fuera de las instituciones y agencias de la UE en base a una serie de criterios como son la pertinencia del reto seleccionado o el potencial y creatividad de la solución propuesta.

Para cada desafío, se preseleccionará un máximo de tres equipos que hayan obtenido el mayor número de puntos. Todos los equipos participantes recibirán la notificación de los resultados antes del 11 de junio de 2021. 

  1. Fase final 

Se invitará a los equipos preseleccionados (tres por reto) a convertir sus propuestas en aplicaciones Además, cada equipo preseleccionado debe producir un video de 60 segundos, en el que presente su aplicación y el equipo que trabaja en ella, antes del 1 de agosto de 2021.

La final de la competición tendrá lugar el 25 de noviembre. Las aplicaciones presentadas en cada desafío serán evaluadas por un jurado compuesto por al menos cinco expertos. Además de la relevancia de la propuesta, se tendrán en cuenta los datos abiertos utilizados (potencial económico y social, interoperabilidad con otras fuentes de datos, etc.) y la adecuación al objetivo (madurez del producto, beneficios ofrecidos, etc.).

Calendario EU Datathon 2021

¿Cuál es el premio?

En total, se entregarán 99.000 euros (33.000 para cada reto), que se dividirán para cada reto de la siguiente manera:

  • Primer puesto: 18.000 euros
  • Segundo puesto: 10.000 euros 
  • Tercer puesto: 5.000 euros 

Desde datos.gob.es te invitamos a presentar tu propuesta. ¡Mucha suerte a todos los participantes!

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Noticia

Los datos relacionados con el medio ambiente representan una fuente extraordinaria de valor en la lucha contra el cambio climático, la deforestación y la degradación del medio ambiente, amenazas existenciales a la que se enfrentan Europa y el resto del mundo. Así se reconoce en el llamado Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta aprobada por la Comisión Europea el pasado mes de diciembre, y que se retoma ahora con más fuerza al incidir en las claves de la estrategia económica que se consideran prioritarias poner en marcha en la UE para salir de la crisis ligada a la pandemia de la Covid-19. En esta misma línea, el presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, promueve el manifiesto 'Recuperación verde. Reiniciar y reimpulsar nuestras economías por un futuro sostenible'. Este manifiesto está suscrito hasta la fecha por 270 miembros, entre los que se encuentran políticos, empresas, ONG o sindicatos y que defiende una salida sostenible a la crisis del coronavirus.

El Pacto Verde refiere cómo los datos accesibles e interoperables, combinados con la infraestructura digital (superordenadores, nubes, redes ultrarrápidas) y las soluciones de inteligencia artificial, facilitan las decisiones basadas en datos contrastados y amplían la capacidad de comprender y abordar los retos medioambientales teniendo en cuenta ámbitos de actuación clave como: las redes energéticas, la agricultura de precisión, la movilidad y el transporte, los edificios inteligentes, los espacios de datos ecológicos o el poder de los datos.

Ambitos actuación pacto verde

Este interés en los datos relacionados con el medio ambiente y en la innovación en torno a ellos, queda también claramente reflejada en la Estrategia Europea de Datos. El texto establece la necesidad de creación de diez ecosistemas dirigidos a favorecer la creación nuevos productos y servicios basados en datos más accesibles, uno de los cuales se desarrollará bajo la etiqueta: Datos relativos al Pacto Verde Europeo, y que tiene como finalidad utilizar el considerable potencial que presentan este insumo para apoyar las acciones prioritarias del mencionado Pacto.

La importancia del uso de estos datos para atajar el cambio climático, promover la economía circular, alcanzar la contaminación cero, proteger la biodiversidad y luchar contra la deforestación, entre otros aspectos, son las principales razones por la que los datos de este ámbito se recogen en la Directiva (UE) 2019/1024, de 20 de junio de 2019 como sustrato de alto valor para la dinamizador de servicios innovadores, como pieza clave en la combinación con otros conjuntos de datos.

Añadido a todo ello está el valor que más concretamente tienen los datos abiertos de este sector. En el estudio que hace pública la Comisión sobre este mismo año sobre el Impacto económico de los datos abierto se considera el medio ambiente como uno de los grandes beneficiarios en el uso de datos. Según el mencionado informe, el uso de datos supone para el medio ambiente un ahorro equivalente a 5,8 toneladas de petróleo del consumo de energía en los hogares, un aumento en 353 horas adicionales de teravatios en energía solar gracias al uso eficiente de paneles solares en tejados y un apoyo en el cumplimiento en Europa de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) gracias al incremento en un 32% del uso de energías renovables en el consumo global de energía en 2030.

Las razones mencionadas, así como las últimas investigaciones sobre la ecología de las enfermedades que sugieren cómo el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la deforestación con factores coadyuvantes en la gestación de pandemias, nos llevan a considerar los datos del sector medioambiental como un sustrato clave sobre el que relanzar la economía europea apoyándonos en sectores que pueden brindar soluciones a la crisis climática.

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Aplicación

My country in a bubble permite comparar distintos países europeos en base a 50 indicadores, agrupados en 8 categorías:

  • Población y condiciones sociales: tasa de empleo, esperanza de vida, edad media de la población, etc.
  • Economía y finanzas: renta per cápita, gasto público, tasa de inflación, etc.
  • Agricultura y pesca: producción de queso o de ganado, etc.
  • Industria, comercio y servicios: plazas hoteleras y producciones en construcción.
  • Medio ambiente y energía: energías renovables, precio de la electricidad, etc.
  • Comercio internacional: exportaciones e importaciones.
  • Transporte: pasajeros aéreos, transporte de mercancías por carretera, etc.
  • Ciencia, Tecnología y sociedad digital: recursos humanos, acceso de banda ancha, etc.

Los resultados se muestran a través de gráficas sencillas donde cada país se representa con una burbuja. El nombre del país y el valor correspondiente del indicador seleccionado aparecen cuando se pasa el ratón sobre la burbuja. El año de referencia se muestra en la parte superior debajo del título.

Esta aplicación se muestra como ejemplo de reutilización de datos abiertos, aunque ya no está operativa. ¡Esperamos que te sirva de inspiración para tus propios proyectos!

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Blog

COPERNICUS, el programa de observación de la Tierra de la Unión Europea, es el mayor proveedor de datos geoespaciales del mundo, con una producción actual de doce terabytes al día. Los posibles usos de estos datos, muchos de los cuales son puestos a disposición de los ciudadanos de manera gratuita, son múltiples y pueden tener cabida en diversos sectores económicos: desde impulsar la toma de decisiones políticas para mejorar la sostenibilidad o la gestión de emergencias hasta optimizar el transporte o la gestión agraria. Su potencial económico es, por tanto, inmenso. Pero poner en marcha un negocio que utilice estos datos no siempre es fácil.

En este contexto nació COPERNICUS START-UP PROGRAMME, que busca ayudar a emprendedores y nuevas empresas a impulsar nuevos negocios basados en los datos ofrecidos por el proyecto Copernicus. El programa consta de cuatro componentes: premios, hackathons, programa de aceleración y programa de incubación.

  • Los Premios Copernicus apoyan la generación de nuevas aplicaciones e ideas de negocios. Dirigidos a empresarios, start-ups y estudiantes, se otorgan en el contexto del proyecto Copernicus Master. En 2019, los participantes han tenido la oportunidad de ganar premios con un valor total de más de 450.000 euros y beneficios adicionales como coaching, soporte técnico o ayuda en marketing. Para ello tenían que resolver una serie de retos planteados por partners como Airbus, la Agencia Espacial Europea (ESA) o el Ministerio de Transportes alemán.
  • Los Hackathons de Copernicus son eventos en los que programadores y expertos en la temática colaboran para desarrollar soluciones de software basadas en datos y servicios de Copernicus que resuelvan problemas sociales y económicos globales. En este sentido, la Comisión europea financia 20 hackatones de Copérnico cada año en toda Europa, que pueden ser organizados por cualquier organización que se postule para ello.
  • Copernicus Accelerator es un programa de aceleración de 12 meses que cada año acoge a 50 nuevos emprendedores en el territorio europeo. Durante la duración del programa, cada participante cuenta con la ayuda de un mentor que le ofrece una guía personalizada para alcanzar un objetivo comercial (por ejemplo, ingresar a una incubadora u obtener un primer cliente). El programa comienza y se cierra con dos BootCamps, donde todos los participantes se encuentran con su mentor y pueden ampliar su red de contactos. Además, los participantes tienen a su disposición un programa de capacitación virtual con nuevos cursos online cada mes.
  • Copernicus Incubator es el programa de incubación para start-ups que tengan una antigüedad menor de 5 años. Cada año, el programa otorga 50.000 euros a 20 empresas europeas, para financiar su consolidación. En 2020 tendrán lugar tres nuevas rondas de financiación que se celebrarán en febrero, mayo y octubre.

A estos programas hay que sumar otras iniciativas como Copernicus Relay y Copernicus Academy. Copernicus Relay es un programa integrado por organismos que coordinan y promocionan actividades locales en torno al programa Copernicus, mientras que Copernicus Academy conecta universidades europeas, instituciones de investigación, escuelas de negocios y organizaciones privadas de los países participantes del programa, facilitando la colaboración entre ellos. Puedes leer más sobre ambos programas y el papel de España en los mismo en este artículo.

En definitiva, gracias a todas estas actividades se está fomentando el desarrollo de aplicaciones y productos innovadores que hacen más fácil la vida de los ciudadanos europeos y de otros lugares del mundo. En la sección de casos de uso de la web de Copernicus puedes ver algunos de los proyectos realizados en base a la información proporcionada por el programa, los cuales te pueden servir de inspiración para que te atrevas a innovar con los datos geoespaciales proporcionados por Copernicus.

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Blog

La nueva Directiva sobre la apertura de los datos y la reutilización de la información del sector público, que se adoptó el pasado mes de junio, vendrá a sustituir y mejorar la antigua Directiva 2003/98/CE relativa a la reutilización de la información del sector público. Entre los cambios más significativos dentro de esta nueva Directiva está el objetivo de especificar una lista de conjuntos de datos de alto valor de entre los que se encuentran en poder de los organismos del sector público. 

La realización de una lista como esta supone un hito muy importante porque, por primera vez en 15 años de Directiva, tendremos una guía explícita y común sobre cuáles son los conjuntos mínimos de datos que deberán siempre estar disponibles, así como las condiciones para su reutilización en toda la Unión Europea – que incluirán su reutilización de forma gratuita, a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIs), en un formato legible por las máquinas y, cuando proceda, incluyendo la opción de descarga masiva.

Las preguntas que todos nos hacemos inmediatamente son ¿cuáles son esos datos de alto valor a los que se refieren? ¿Y cuáles son los criterios específicos que deberíamos aplicar a la hora de identificar esos datos de alto valor? 

La Directiva define los datos de alto valor como “documentos cuya reutilización está asociada a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía, en particular debido a su idoneidad para la creación de servicios de valor añadido, aplicaciones y puestos de trabajo nuevos, dignos y de calidad, y al número de beneficiarios potenciales de los servicios de valor añadido y aplicaciones basados en tales conjuntos de datos” Esta definición nos ofrece varias pistas sobre la manera en la que se prevé que se identifiquen esos conjuntos de datos de alto valor a través de una serie de indicadores que incluirían:

Por otro lado, la Comisión abrió un proceso de consulta hace ya algunos años que ha servido para evaluar la opinión pública sobre la prioridad de los datos a publicar. Son también varios los estudios y entidades de referencia en los que la Comisión se ha inspirado y que han venido publicando sus propias recomendaciones en cuanto a cuáles serían los conjuntos de datos de alto valor estratégico, como por ejemplo:

Además, la propia Directiva nos ofrece una vez más otra pista adicional en su anexo sobre cuáles podrían ser esos conjuntos de datos finalmente seleccionados por su alto valor, a través de una serie de temáticas prioritarias que en buena medida coinciden con las propuestas realizadas por los organismos anteriormente mencionados: datos geoespaciales, observación de la tierra y medioambientales, meteorológicos, estadísticos, registros empresariales o datos sobre el transporte.

Cabe igualmente recordar que los datos relacionados con algunos de las temáticas mencionadas están también regulados por legislación sectorial específica – como por ejemplo la Directiva 2007/2/CE sobre datos espaciales (INSPIRE), la Directiva 2003/4/CE sobre información medioambiental y la Directiva 2010/40/UE sobre datos de transporte – y por lo tanto dicha legislación deberá también ser tenida en cuenta a la hora de definir el ámbito de aplicación final.

No obstante, tal y como aclara la nueva Directiva, ni la lista temática es cerrada ni los conjuntos de datos específicos están todavía definidos. Y es que la Comisión Europea ha encargado recientemente un nuevo estudio de impacto precisamente con el objetivo de definir en detalle y fundamentar cuáles deberían ser finalmente esos conjuntos de datos denominados como “de alto valor”. Sin embargo, existen también voces críticas que claman por la necesidad de una mejor definición de los criterios de análisis a la hora de decidir cuáles serán finalmente esos datos, y también por implicar al conjunto de la sociedad en el proceso. Por fortuna, tanto los críticos como la Comisión coinciden en que la solución pasa por ampliar el debate y establecer una serie de consultas públicas y con expertos – tal y como viene recogido ya en la Directiva y en el estudio de impacto previsto – como es el caso del debate que tendrá lugar en la próxima edición del Encuentro Aporta el 18 de diciembre en Madrid y cuyo lema es precisamente “Impulsando los datos de alto valor”.

Por tanto, deberemos todavía esperar algún tiempo hasta que se completen todos los estudios y consultas previstos para poder conocer finalmente en detalle cuáles serán esos datos de alto valor de obligada publicación en la Unión Europea, aunque con toda seguridad será con margen suficiente antes de finalizar el plazo de transposición de la Directiva en Julio de 2021.


Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.

Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.

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