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La huella de carbono es un indicador fundamental para comprender el impacto ambiental de nuestras acciones. Mide la cantidad de emisiones de gases de efecto invernadero que se lanzan a la atmósfera fruto de las actividades humanas, entre las que destaca la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el gas natural y el carbón. Estos gases, entre los que se encuentran el dióxido de carbono (CO2), el metano (CH4) y el óxido nitroso (N2O), contribuyen al calentamiento global al retener el calor en la atmósfera de la Tierra.

Son muchas las acciones que se llevan a cabo desde distintos organismos para tratar de reducir la huella de carbono. Entre ellas, las incluidas en el Pacto Verde Europeo o los Objetivos de desarrollo Sostenible. Pero este es un campo en el que cada pequeña acción cuenta y, como ciudadanos, también podemos contribuir a esta meta a través de pequeños cambios en nuestro estilo de vida.

Además, se trata de un campo donde los datos abiertos pueden tener un gran impacto. En concreto, en el informe “El impacto económico de los datos abiertos: oportunidades de creación de valor en Europa (2020)” se resalta como, gracias a los datos abiertos, se ha podido llevar a cabo un ahorro del equivalente a 5,8 millones de toneladas de petróleo cada año en la Unión europea, al impulsar otras energías más verdes. Esto supone, además, un ahorro de 79.600 millones de euros de costes en las facturas de energía.

En este artículo se repasan algunas soluciones que nos ayudan a medir nuestra huella de carbono para tomar conciencia de la situación, así como fuentes de datos abiertos de utilidad.

Calculadoras para conocer tu huella de carbono

La Unión Europea cuenta con una aplicación web donde cada persona puede analizar el ciclo de vida de los productos y la energía que se consume en cinco áreas concretas (alimentación, movilidad, vivienda, electrodomésticos y bienes del hogar), en base a 16 indicadores de impacto ambiental. El usuario introduce ciertos datos, como el gasto energético que realiza o los detalles de su vehículo, y la solución calcula el nivel de impacto. La web también ofrece recomendaciones para mejorar los patrones de consumo. Para su elaboración se han usado datos de Ecoinvent y Agrifoot-print, así como diferentes informes públicos detallados en su metodología..

La ONU también lanzó una solución similar, pero centrada en los bienes de consumo. Permite crear cadenas de valor de productos trazando un mapa de los materiales, procesos y transportes que se han utilizado para su fabricación y distribución, mediante una combinación de datos de actividad específicos de las empresas y datos secundarios. Los factores de emisión y conjuntos de datos para materiales y procesos provienen de una combinación de fuentes de datos como Ecoinvent, el Instituto Sueco de Medio Ambiente, DEFRA (Departamento de Medio Ambiente, Alimentación y Asuntos Rurales de Reino Unido), documentos académicos, etc. La calculadora también está vinculada a la Plataforma para la compensación de la huella de carbono de las Naciones Unidas. Esto permite a los usuarios de la aplicación tomar medidas climáticas inmediatas al contribuir a proyectos ecológicos.de las Naciones Unidas.

Si miramos a nuestro país, en España, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico cuenta con diversas herramientas para facilitar el cálculo de la huella de carbono dirigidas a distintos públicos: organizaciones, ayuntamientos y explotaciones agrícolas. En ellas se tienen en cuenta tanto las emisiones directas, como las indirectas procedentes del consumo de electricidad. Entre otras fuentes de datos, utiliza información del Inventario nacional de Gases de Efecto Invernadero. También ofrece una estimación de las absorciones de dióxido de carbono que genera un proyecto de reducción de emisiones.

Otra herramienta vinculada a este ministerio es ComidaAPrueba, puesta en marcha por la Fundación Vida Sostenible y dirigida a conocer la sostenibilidad de la alimentación de los ciudadanos. La aplicación móvil, disponible tanto para iOs como para Android, permite calcular la huella ambiental de nuestras comidas para que tomemos consciencia del impacto de nuestras acciones. También propone recetas saludables que nos ayudan a reducir el desperdicio alimentario.

Pero no todas las acciones que se desarrollan de este tipo están impulsadas por organismos públicos u asociaciones sin ánimo de lucro. La lucha contra el deterioro de nuestro medio ambiente también es un nicho de mercado que ofrece oportunidades empresariales. Empresas privadas también ofrecen soluciones para calcular la huella de carbono, como climate Hero, la cual de basa en múltiples fuentes de datos.

Fuentes de datos para nutrir las calculadoras de huella de carbono

Como hemos visto, para realizar estos cálculos, estas soluciones necesitan basarse en datos que les permitan calcular la relación entre determinados hábitos de consumo y las emisiones generadas. Para ello, recurren a diversas fuentes de datos, muchas de las cuales son abiertas. En España, por ejemplo, encontramos:

Otros servicios de datos internacionales a considerar son:

  • EarthData. Este servicio proporciona acceso completo y abierto a la colección de datos científicos de la Tierra de la NASA para comprender y proteger nuestro planeta. En este espacio ofrece enlaces a datos de uso común sobre gases de efecto invernadero, incluyendo dióxido de carbono, metano, óxido nitroso, ozono, clorofluorocarbonos y vapor de agua, así como a información sobre su impacto medioambiental.
  • Eurostat. La Oficina estadística de la Comisión Europea publica regularmente estimaciones de las emisiones trimestrales de gases de efecto invernadero de la Unión Europea, desglosadas por actividad económica. Las estimaciones abarcan todos los trimestres desde 2010 hasta la actualidad.
  • Life Cycle Assessment (LCA). Esta plataforma es la base de conocimientos de la Unión Europea en materia de producción y consumo sostenibles. Ofrece un inventario del ciclo de vida de los productos para el análisis de las cadenas de suministro. Para su realización se utilizan datos procedentes de asociaciones empresariales y otras fuentes relacionadas con vectores energéticos, transporte y gestión de residuos.
  • Our World in Data. Uno de los conjuntos de datos más utilizados de este portal contiene información sobre emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero a través de métricas clave. Para su elaboración, se han utilizado distintas fuentes de datos primarias como la agencia de información energética de Estados Unidos o The Global Carbon Project. Todos los datos en bruto y los scripts utilizados se encuentran disponibles en su repositorio de GitHub.

Estos repositorios son solo una muestra, pero existen muchas más fuentes de las que extraer datos de valor que nos ayuden a tomar conciencia de la situación climática en la que vivimos y del impacto que nuestras pequeñas acciones del día a día tienen sobre nuestro planeta. Reducir nuestra huella de carbono es crucial para preservar nuestro entorno y garantizar un futuro sostenible. Y solo juntos conseguiremos alcanzar los objetivos fijados.

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El activismo de datos es una práctica ciudadana cada vez más significativa en la era de las plataformas por su creciente contribución a la democracia, la justicia social y los derechos. Se trata de un activismo que utiliza los datos y su análisis para generar evidencias y visualizaciones con el objetivo de revelar injusticias, mejorar la vida de las personas y fomentar el cambio social. 

Frente al uso masivo de datos de vigilancia por parte de determinadas corporaciones, el activismo de datos es ejercido por la ciudadanía y organizaciones no gubernamentales. Por ejemplo, la organización Forensic Architecture (FA), un centro de Goldsmiths dependiente de la Universidad de Londres, investiga violaciones de derechos humanos, incluidas las violencias de Estado, usando datos públicos, ciudadanos y satelitales, y metodologías como la inteligencia de fuentes abiertas (conocida como OSINT). El análisis de datos y metadatos, la sincronización de vídeos tomados por testigos o periodistas, así como de grabaciones y documentos oficiales, permiten reconstruir los hechos y generar un relato alternativo acerca de eventos y crisis.

El activismo de datos ha suscitado el interés de centros de investigación y organizaciones no gubernamentales, generando una línea de trabajo dentro de la disciplina de los estudios críticos. Esto ha permitido reflexionar sobre el efecto de los datos, las plataformas y sus algoritmos en nuestras vidas, así como acerca del empoderamiento que se genera cuando la ciudadanía ejerce su derecho a los datos y los usa para el bien común. 

Imagen 1: Ecocidio en Indonesia (2015)

Fuente: Forensic Architecture (https://forensic-architecture.org/investigation/ecocide-in-indonesia)

Centros de investigación como Datactive o Data + Feminism Lab han creado teoría y debates sobre la práctica del activismo de datos. Asimismo, organizaciones como Algorights –una red colaborativa que fomenta la participación de la sociedad civil en el campo de las tecnologías de IA- y AlgorithmWatch -organización de derechos humanos- generan conocimiento, redes y argumentos para luchar por un mundo donde los algoritmos y la Inteligencia Artificial (IA)contribuyan a la justicia, la democracia y la sostenibilidad, en vez de debilitarlas. 

Este artículo revisa cómo surgió el activismo de datos, qué interés ha suscitado en la ciencia social y su relevancia en la era de las plataformas. 

Historia de una práctica

La producción de mapas usando datos ciudadanos podría ser de las primeras manifestaciones del activismo de datos tal y como se conoce ahora. Un mapa fundamental en la historia del activismo de datos fue el generado por víctimas y activistas con datos sobre el terremoto de Haití en 2010, sobre la plataforma keniata Ushahidi (“testimonio”, en Suajili). Una comunidad de humanitaristas digitales creó el mapa desde otros países y convocó a las víctimas y a sus familiares y conocidos para que compartieran datos de lo que estaba ocurriendo en tiempo real. En cuestión de pocas horas, los datos se verificaron y se visualizaron en un mapa interactivo que continuó actualizándose con más datos, y que fue decisivo a la hora de asistir a las víctimas en el terreno. Hoy en día se generan mapas de este tipo cada vez que surge una crisis, y se enriquecen con datos ciudadanos, satelitales y generados por drones dotados de cámaras para esclarecer hechos y generar evidencias.

Emergiendo de movimientos conocidos como cypherpunk y el tecnopositivismo o tecnoptimismo (basado en la confianza en que la tecnología es la respuesta a los retos de la humanidad), el activismo de datos ha ido evolucionando como práctica para adoptar posturas más críticas frente a la tecnología y a las asimetrías de poder que surgen entre quienes originan y ceden sus datos, y quienes los captan y analizan.

Hoy día, por ejemplo, la plataforma de producción de mapas comunitarios Ushahidi se ha empleado para crear datos sobre la violencia machista en Egipto y en Siria, y sobre ginecólogos confiables en India, por ejemplo. Actualmente, la invisibilización y el silenciamiento de las mujeres es la razón por la cual algunas organizaciones luchan por el reconocimiento y una política de visibilidad, algo que se hizo evidente con el movimiento #MeToo (#Cuéntalo en español). Las prácticas de datos feministas buscan visibilidad e interpretaciones críticas de la datificación (o la transformación de toda acción humana y no humana en datos mesurables y transformables en valor). Por ejemplo, Datos Contra el Feminicidio o Feminicidio.net ofrecen mapas y análisis de datos sobre el feminicidio en varios lugares del mundo. 

El potencial para el empoderamiento algorítmico que ofrecen estos proyectos elimina las barreras a la igualdad, mejorando las condiciones que permiten a las mujeres resolver problemas, determinar cómo se recaban y se usan los datos y ejercer el poder.

Nacimiento y evolución de un concepto

En 2015 se publicó Los medios ciudadanos se encuentran con los grandes datos: el surgimiento del activismo de datos, en el que, por primera vez, se acuñaba y definía el activismo de datos como un concepto basado en prácticas observadas en activistas que se involucran políticamente con la infraestructura de datos. La infraestructura de datos incluye los datos, el software, el hardware y los procesos necesarios para convertir los datos en valor. Más adelante, Data activism and social change (London, Palgrave) y Activismo de datos y cambio social. Alianzas, mapas, plataformas y acción para un mundo mejor (Madrid: Dykinson) desarrollan marcos analíticos basados en casos reales que ofrecen formas de analizar otros casos.

Acompañando las variadas prácticas que existen dentro de activismo de datos, su estudio está creando espacios para la investigación feminista y postcolonialista sobre las consecuencias de la datificación. Mientras que los cronistas de la historia (principalmente fuentes masculinas) definieron la tecnología en relación con el valor sus productos, los estudios de datos feministas consideran a las mujeres como usuarias y diseñadoras de sistemas algorítmicos y buscan utilizar los datos para la igualdad, y alejarse de la explotación capitalista y sus estructuras de dominación.

El activismo de datos es hoy un concepto establecido en la ciencia social. Por ejemplo, Google Scholar ofrece más de 2.000 resultados sobre “data activism”. Varios investigadores e investigadoras lo emplean como perspectiva para analizar diversos asuntos. Por ejemplo, Rajão y Jarke exploran el activismo ambiental en Brasil; Gezgin estudia la ciudadanía crítica y el uso que hace esta de la infraestructura de datos; Lehtiniemi y Haapoja explora la agencia de datos y la participación ciudadana; y Scott examina la necesidad de los usuarios y usuarias de plataformas de desarrollar una vigilancia digital y cuidar de sus datos personales.

En el centro de estas preocupaciones se encuentra el concepto de agencia de datos, que se refiere a que las personas no sólo son conscientes del valor de sus datos, sino que también ejercen control sobre ellos, determinando cómo se usan y comparten. Se podría definir como acciones y prácticas relacionadas con la infraestructura de datos basadas en la reflexión y el interés individual y colectivo. Es decir, mientras darle un like a un post no se consideraría una acción con un alto grado de agencia de datos, participar en un hackaton –un evento colectivo en el que se mejora un programa informático o se crea— sí lo sería. La agencia de datos se basa en la alfabetización en datos, o el grado de conocimientos, acceso a los datos y a sus herramientas, y a las oportunidades para ejercerla que tienen las personas. El activismo de datos no es posible sin agencia de datos.

En el panorama en rápida evolución de la economía de plataformas, la convergencia del activismo de datos, los derechos digitales y la agencia de datos se ha vuelto crucial. El activismo de datos, impulsado por una creciente conciencia del posible uso indebido de los datos personales, alienta a individuos y colectivos a utilizar la tecnología digital para el cambio social, así como a abogar por una mayor transparencia y responsabilidad por parte de las gigantes tecnológicas. Dado que cada vez más la generación de datos y el uso de algoritmos determinan nuestras vidas en áreas como la educación, el empleo, los servicios sociales y la salud, el activismo de datos emerge como una necesidad y un derecho, más que como una opción.

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Contenido elaborado por Miren Gutiérrez, Doctora e investigadora en la Universidad de Deusto, experta en activismo de datos, justicia de datos, alfabetización de datos y desinformación de género.

Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor

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Los jóvenes se han consolidado en los últimos años como el grupo demográfico más conectado en el mundo y son también en la actualidad los actores más relevantes dentro de la nueva economía digital. Uno de cada tres usuarios de internet a lo largo del planeta es un niño. Además esta tendencia se ha venido acelerando todavía más en el contexto actual de emergencia sanitaria, en el que los jóvenes han incrementado exponencialmente el tiempo que pasan online a la vez que son mucho más activos y comparten mucha más información en las redes sociales. Un ejemplo claro de las consecuencias de este uso incremental lo tenemos en las necesidades en torno a la enseñanza online, donde se plantean nuevos retos en torno a la privacidad de los estudiantes, mientras conocemos ya algunos primeros casos relacionados con problemas en la gestión de los datos bastante preocupantes.

Por otro lado, los jóvenes se preocupan por su privacidad más de lo que inicialmente podemos pensar. No obstante, reconocen tener bastantes problemas a la hora de entender cómo los distintos servicios y herramientas online recopilan y reutilizan su información personal y con qué finalidad lo hacen.

Es por todo lo anterior que, aunque en general la legislación relacionada con la privacidad online todavía sigue desarrollándose a lo largo del mundo, son ya varios los gobiernos que en la actualidad reconocen que los niños y los menores de edad en general requieren de un tratamiento especial en cuanto a la privacidad de sus datos como grupo particularmente vulnerable en el contexto digital.

Así pues, los menores cuentan ya con un grado de protección especial en algunos de los marcos legislativos de referencia en cuanto a privacidad a nivel global, como es el caso de la regulación Europea (GDPR) o la Estadounidense (COPPA). Por ejemplo, ambas establecen límites a la edad general de consentimiento legal para el tratamiento de los datos personales (16 años en la GDPR y 13 años en la COPPA), además de disponer otras medidas de protección adicionales como requerir el consentimiento de los padres, limitar el ámbito de uso de esos datos o utilizar un lenguaje más sencillo en la información proporcionada sobre la privacidad.

Sin embargo, el grado de protección que ofrecemos a los niños y jóvenes en el mundo online no es todavía comparable con la protección con la que cuentan en el mundo offline, y por ello debemos seguir avanzando en la creación de espacios online seguros que cuenten con fuertes medidas de respeto de la privacidad y características específicas para que los menores puedan sentirse seguros y estar realmente protegidos además de continuar educando tanto a los jóvenes como a sus tutores en las buenas prácticas en cuanto a la gestión de los datos personales.

Con ese objetivo ha nacido la iniciativa de gestión responsable de los datos de relativos a la infancia (RD4C), promovida por UNICEF y The GovLab. El objetivo de esta iniciativa es concienciar acerca de la necesidad de prestar especial atención a las actividades relacionadas con los datos que afectan a los menores, ayudándonos a comprender mejor los posibles riesgos y a mejorar las prácticas en torno a la recopilación y análisis de datos para poder así mitigarlos. Para ello nos proponen una serie de principios que deberíamos seguir en el tratamiento de dichos datos:

  • Procesos participativos: Involucrando e informando a las personas y grupos afectados por el uso de datos para y sobre los niños. 
  • Responsabilidad y rendición de cuentas: Estableciendo procesos, funciones y responsabilidades institucionales en cuanto al tratamiento de los datos. 
  • Centrado en las personas: Dando prioridad a las necesidades y expectativas de los niños y jóvenes, sus tutores y sus círculos sociales. 
  • Prevención de daños: Evaluando de forma anticipada los potenciales riesgos durante las etapas del ciclo de vida de los datos, incluyendo recopilación, almacenamiento, preparación, intercambio, análisis y uso. 
  • Proporcional: Ajustando la amplitud de la recopilación de datos y la duración de la retención de los mismos con el propósito inicialmente previsto. 
  • Protección de los derechos de los niños: Reconociendo los distintos derechos y requisitos necesarios para ayudar a los niños a desarrollar todo su potencial. 
  • Dirigido por un propósito: Especificando para qué se necesitan los datos y cómo su uso puede suponer un beneficio potencial para la mejora de la vida de los niños.

Algunos gobiernos han comenzado también a ir un paso más allá y favorecer un grado de protección más alto a los menores mediante el desarrollo de sus propias pautas destinadas a mejorar el diseño de los servicios online. Un buen ejemplo lo tenemos en el código de conducta elaborado por el Reino Unido que de forma similar al R4DC insta también a obrar siempre en interés de los propios menores, pero introduce además una serie de patrones de diseño de los servicios que incluye recomendaciones como la inclusión de controles parentales, la limitación en la recolección de datos personales o las restricciones en cuanto al uso de patrones de diseños engañosos que fomenten la compartición de datos. Otro buen ejemplo lo tenemos en la nota técnica publicada por la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) para la protección del menor en Internet, que nos ofrece recomendaciones detalladas para facilitar el control parental en el acceso a servicios y aplicaciones online.

Desde datos.gob.es queremos también contribuir al uso responsable de los datos que afectan a los jóvenes, y creemos también en los procesos participativos. Es por ello que hemos incluido los problemas de seguridad y/o privacidad de los datos en el ámbito de la enseñanza como uno de los retos a resolver en el próximo Desafío Aporta. Esperamos que os animéis a participar y nos enviéis todas vuestras ideas en este y otros ámbitos relacionados con la educación digital antes del 18 de Noviembre.


Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.

Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.

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Noticia

Los datos estadísticos están considerados datos de alto valor, debido a sus amplios beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía. Los datos estadísticos nos proporcionan información sobre indicadores demográficos y económicos (por ejemplo, datos sobre el PIB, el nivel educativo o la edad de la población), una información imprescindible a la hora de tomar decisiones y formular políticas y estrategias.

Tal es su importancia para el conjunto de la sociedad que la Comisión de Estadística de la ONU creó en 2018 un Grupo de Trabajo sobre Datos Abiertos, centrado en proporcionar apoyo para la aplicación de los principios de datos abiertos a la información estadística, de forma que se facilite su acceso universal y gratuito. Este grupo de trabajo está formado por representantes de distintos países, organismos internacionales y asociaciones, como el Banco Mundial, el Open Data Watch, el Instituto Internacional de Estadística o representantes de la propia ONU a través de agencias como la FAO.

A primeros de marzo, este grupo elaboró un informe con el fin de orientar a las oficinas nacionales de estadística sobre las prácticas en materia de datos abiertos en la producción de estadísticas oficiales. Este documento se divide en dos aparatados: 

  • Un documento de antecedentes sobre la aplicación de los datos abiertos en las oficinas nacionales de estadística 
  • Un documento de antecedentes sobre las estadísticas de nivel local en forma de datos abiertos 

Veamos que dice cada uno de ellos.

La aplicación de los datos abiertos en las oficinas nacionales de estadística

El informe ofrece directrices en los siguientes ámbitos: 

  • Datos abiertos por defecto: El documento se centra en los aspectos jurídicos de los datos abiertos por defecto, haciendo hincapié en la necesidad de contar con estándares de licencias abiertas. Según el “Open Data Inventory”, en el periodo 2018-2019 solo 14 de 180 países analizados publicaron todos sus datos con una licencia abierta. Existen muchos tipos de licencias reconocidas a nivel internacional. Las más habituales son las Creative Commons y Open Data Commons, aunque muchos países tienden a personalizarlas. El informe recomienda aprobar una licencia abierta internacional en su forma original o preparar una licencia personalizada, pero que se ajuste a las directrices formuladas por Open Definition. Además de licencias abiertas, es necesario que los países también cuenten con un marco jurídico con leyes sobre el acceso a la información y la rendición de cuentas. 
  •  Diseños centrados en el usuario: El informe resalta la necesidad de involucrar a los usuarios en el desarrollo de plataformas y la difusión de datos para garantizar que se responde a sus necesidades. Algunos de los mecanismos que se pueden utilizar son la realización de encuestas, entrevistas o grupos focales. También es necesario medir el uso de los datos a través de análisis de sitios web para poder tomar medidas que incrementen su utilización. Dado que todos los países necesitan crear estrategias de participación de usuarios, sería recomendable fomentar el intercambio de plantillas y directrices o la impartición de talleres conjuntos.  
  • Plataformas nacionales de presentación de informes: Las plataformas de datos deben basarse en cuatro principios: claridad, idoneidad, sostenibilidad e interoperabilidad. Para que estos principios se cumplan es necesario impulsar la coordinación y cooperación dentro del sistema estadístico nacional, y que la oficina nacional de estadística asuma el liderazgo.  
  • Correlación del Modelo Genérico de Procesos Institucionales Estadísticos con las directrices de interoperabilidad: Para facilitar que las distintas oficinas intercambien enfoques innovadores relativos a la recopilación y difusión de estadísticas es bueno contar con un marco de buenas prácticas y una terminología normalizados. El Modelo Genérico de Procesos Institucionales Estadísticos describe el conjunto de acciones necesarias para producir estadísticas oficiales, garantizando la mejora constante. Estas etapas son: a) especificar las necesidades; b) diseñar; c) construir; d) recopilar; e) tratar; f) analizar; g) difundir; y h) evaluar. A fin de incorporar la interoperabilidad en el Modelo, se deberían incorporar las prácticas de interoperabilidad más pertinentes en las diferentes fases de diseño.  
  • Desarrollo de una cultura de datos abiertos: La adopción de principios de datos abiertos en el día a día de las instituciones estadísticas puede suponer un cambio de mentalidad. A veces hay que “convencer” sobre la necesidad de abrir este tipo de información. Por ello es fundamental llevar a cabo acciones de comunicación interna y externa, analizar las capacidades existentes y realizar tareas de formación acorde, y establecer responsabilidades.

Las estadísticas de nivel local en forma de datos abiertos 

Además de contar con oficinas nacionales de estadística, es recomendable poner en marcha iniciativas locales, que puedan proporcionar información sobre espacio geográficos concretos como barrios, zonas rurales o distritos censales y electorales. Esta información puede mostrar disparidad entre regiones y ayudar a la formulación de políticas locales. También resulta útil para que la sociedad civil, los sectores privado y las ONGs puedan tomar mejores decisiones. 

Para que se puedan establecer comparaciones, el informe recomienda que estos datos se produzcan y difundan siguiendo las mismas directrices en todo el país. Además, insta a que las oficinas nacionales investiguen qué contenido estadístico interesa más a los usuarios y proporcionen una serie de recomendaciones, que abarquen desde los mecanismos de divulgación hasta las herramientas de visualización más útiles. La puesta en práctica podría llevarse a cabo con un enfoque gradual, donde se fomente la interacción entre los distintos actores implicados.  

En el informe también se hace referencia al documento de antecedentes presentado en el 50º período de sesiones de la Comisión de Estadística, que incluye orientaciones para entender las prácticas en materia de datos abiertos en las estadísticas oficiales. Un documento que merece la pena revisar a la hora de poner en marcha una iniciativa de este tipo.  

En definitiva, estamos ante un tipo de datos de gran importancia, que deben ser compartidos con la sociedad a través de un ecosistema de publicadores y respetando siempre el equilibrio entre apertura y privacidad.

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Noticia

En 2014, el Banco Mundial unió sus fuerzas a las entidades independientes Open Data Institute y Open Knowledge en un proyecto diseñado para ayudar a los responsables de políticas socioeconómicas, organizaciones no gubernamentales y ciudadanos de los países en vías de desarrollo a comprender y aprovechar el potencial de los datos abiertos.

Como resultado de esta iniciativa han visto la luz diferentes materiales - informes técnicos, informes y casos prácticos- donde se muestra el impacto positivo de la apertura de la información en el desarrollo sostenible a escala internacional:

Informe “Apoyo al desarrollo sostenible a través de los datos abiertos”

En 2015, los países miembros de las Naciones Unidas se congregarán para decidir los puntos prioritarios en el desarrollo mundial de los próximos quince años en el área de justicia, derechos humanos, inclusión social, prosperidad y medio ambiente.

Bajo este marco, el informe “Apoyo al desarrollo sostenible a través de los datos abiertos” identifica tres campos principales donde el open data podría tener un impacto relevante y contribuir a cumplir con los objetivos marcados por la ONU.

Así, los datos abiertos pueden mejorar los programas de desarrollo y ayuda económica; monitorizar los progresos obtenidos en la lucha contra la corrupción o contribuir a la innovación, generación de empleo y crecimiento económico.

No obstante, para poder alcanzar dichas metas, es necesario solucionar una serie de retos que ponen  freno a las iniciativas de datos abiertos en los países en vías de desarrollo: la baja calidad de la información, la discordancia entre la demanda y la oferta de datos, la carencia de métricas de análisis o la brecha digital entre las diferentes clases sociales.

Teniendo en cuenta estos desafíos, el informe facilita diversos mecanismos para que los gobiernos, la industria y la sociedad civil puedan utilizar los datos abiertos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible:

  • Alcance de un consenso mundial sobre los principios y estándares (“abierto por defecto”) usando al grupo de trabajo open data del Open Government Parrnership como foro global de debate.
  • Incluir los datos abiertos en los acuerdos de financiación; asegurando que toda la información procedente de las actividades realizadas con ayuda financiera se publiquen en abierto.
  • Creación de una asociación internacional para los datos abiertos sostenibles que una al sector público y privado para crear conjuntamente una oferta y demanda de datos en los países en desarrollo.

Informe Datos abiertos gubernamentales: cómo impulsar el cambio

Cada vez más gobiernos son conscientes del potencial de los datos abiertos gracias al gran esfuerzo realizado en el ámbito de la sensibilización y familiarización con la apertura de la información pública; no obstante, todavía existe un largo camino hasta garantizar las sostenibilidad de las iniciativas open data en el tiempo.

Para ayudar a los organismos públicos en esta tarea, ODI publicó el informe Datos abiertos gubernamentales: cómo impulsar el cambio, el cual explora los cambios necesarios para que los programas de datos abiertos se mantengan a medio y largo plazo; hecho clave para que sea visible el impacto positivo del open data.

Con este objetivo, el estudio es concebido como una guía que sirva de ayuda a aquellos empleados de las administraciones públicas encargados de implementar y gestionar una iniciativa de datos abiertos.

Análisis del ecosistema open data en el mundo

Este estudio explora las cuatro dimensiones del ecosistema de datos abiertos -contexto/entorno, datos, reutilización e impacto- siguiendo la metodología CAF (Common Assesment Methods for Open Data), estándar para el análisis riguroso del open data.

El documento propone un conjunto de métricas para la realización de un benchmarking del open data que englobe desde la legislación y normativa vigente en la materia, pasando por las licencias de reutilización y el análisis del impacto de cualquier iniciativa de datos abiertos. Entre las recomendaciones que se ofrecen se incluyen evaluaciones automáticas de la calidad del open data y sus metadatos así como la integración de indicadores de rendimiento mundiales para entender el contexto de los datos abiertos.

De esta manera, mejorando los métodos de evaluación automáticos es posible incrementar la calidad y el alcance de la información del sector público; ayudando, por ende, a realzar el valor socieconómico del open data.

Fuente: http://theodi.org/supporting-sustainable-development-with-open-data

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Noticia

Open Knowledge Foundation, una de las plataformas más activas y comprometidas dentro del movimiento Open Data, ha publicado a mediados del pasado mes de febrero un artículo especial de Hjálmar Gíslason sobre DataMarket.com, portal del que es fundador.

El post, que insiste en la necesidad de involucrar a ciudadanos de todo el mundo en el uso y reutilización de los datos públicos –con independencia de sus competencias culturales y/o profesionales-, repasa las principales virtudes de dicho sitio web.

Así, según Gislason (miembro, también, del grupo de trabajo europeo sobre Datos Abiertos), la herramienta DataMarket.com ofrece a los usuarios la posibilidad de comparar, visualizar y descargar estadísticas de organizaciones como Naciones Unidas, el Banco Mundial o Eurostat, entre otras, y hacerlo además en un mismo entorno.

Con ello pretende que los usuarios comprendan:

  1. cómo funcionan los datos abiertos;
  2. cómo pueden utilizarse en un entorno cotidiano;
  3. de qué forma pueden ayudar a identificar nuevas oportunidades de negocio, tomar decisiones estratégicas y mejorar la competitividad empresarial.

 

Este portal, en opinión del artículo, añade valor a las fuentes de información originales, precisamente, generando análisis comparativossobre los cerca de 13.000 conjuntos de datos y casi 100 millones de series temporales incluidos, ya sea sobre la producción de naranjas en Chipre o sobre el consumo en Estados Unidos de energía geotérmica.

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