2019, ¿el año de los datos abiertos de transporte público en España?

Data da noticia: 22-01-2019

transporte londres

Cuando pensamos en las razones para impulsar políticas de datos abiertos, inmediatamente nos viene a la mente la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque existen numerosas áreas donde los datos abiertos han demostrado tener un impacto notable en la mejora de las decisiones que tomamos en nuestro día a día, una de las más importantes es la relacionada con la movilidad.

El transporte público es uno de los servicios básicos que gestionan nuestras administraciones públicas para contribuir a que las necesidades de desplazamiento de las personas se desarrollen de forma eficiente y sostenible. Y en esta gestión de la movilidad, como es lógico, se genera una enorme cantidad de datos que publicados en forma de datos abiertos contribuyen aún más a la eficiencia y sostenibilidad del transporte, que por otra parte cada vez es más intermodal.

En 2013, la consultora McKinsey & Company identificaba tres formas en las que los datos abiertos pueden ayudar a los gobiernos locales y estatales a reducir los gastos de transporte y mejorar el servicio: contribuyendo a la mejora de la planificación y gestión de la infraestructura, a través de la optimización de la inversión de la flota y dando mejor información para la toma de decisiones de los usuarios. Esto sin contar la utilidad indirecta que los datos de movilidad pueden tener para organizaciones que operan fuera del campo de la movilidad, como por ejemplo el turismo.

En ciudades como Londres, ya en Junio de 2010 vimos cómo los datos abiertos de la autoridad de transporte de la ciudad, Transport for London (TfL), se utilizaron en un Hackaton para posicionar en un mapa la situación aproximada de los trenes de metro en tiempo real. Este proyecto que sigue disponible en la web no es más que un ejemplo de la gran multitud de aplicaciones que se han construido para tratar de optimizar las decisiones de transporte que toman los ciudadanos de Londres todos los días. Según el informe de evaluación realizado por Deloitte en 2017, el impacto económico para la ciudad es de 130 millones de libras al año, con un 42% de los londinenses utilizando alguna aplicación basada en datos abiertos de TfL. Alrededor de 14,000 desarrolladores están registrados para acceder a los datos y más de 700 aplicaciones están alimentadas por los mismos, lo cual da una idea clara de por qué se considera a TfL como una referencia mundial en datos abiertos de transporte público.

No es casual que en la edición del Open Data Barometer de 2018, el Reino Unido obtuviera una puntuación de 100 en la categoría de transporte.

La cuarta edición del Open data Barometer en 2016, la última completa, situaba a España en el puesto undécimo con un total de 73 puntos sobre 100. La metodología del barómetro puntúa el estado de los datos abiertos en 15 áreas clave entre las que se encuentra la legislación, el registro de la propiedad, el registro mercantil, las estadísticas medioambientales y por supuesto los datos de transporte público. Entre las cuatro peores puntuaciones que obtiene España en estas 15 áreas se encuentra precisamente la referente a los datos sobre los horarios del transporte público que obtienen 15 puntos sobre 100.

Resulta llamativo que en esta década (tomando como referencia 2016), en lo que se refiere a los datos abiertos de transporte, en España no se haya alcanzado un grado de desarrollo acorde con la importancia de su impacto potencial.

Si revisamos las grandes aplicaciones de movilidad urbana o interurbana vemos que tanto Moovit como Google Transit disponen de datos en tiempo en real de numerosas ciudades en España, grandes, de tamaño medio y algunas pequeñas. Moovit declara trabajar con 35 ciudades en España y Google lista 27 ciudades y un buen número de fuentes inter-regionales. En cambio son pocas las ciudades que, como Málaga o Gijón, publican estos datos en sus portales de datos abiertos, limitando así las posibilidades de que se formen ecosistemas de desarrolladores que propongan innovaciones relacionadas con la movilidad que serían muy beneficiosas para sus ciudadanos.

Sin embargo algo parece estar cambiando si atendemos a los anuncios que hemos visto en 2018 relacionados con importantes avances en la publicación de datos abiertos de transporte y movilidad.

La empresa municipal de transportes de Madrid ha lanzado en 2018 MyNavega para permitir que los usuarios puedan configurar mapas y datos, basados en los contenidos que se encuentran en el SIG de EMT y ha anunciado que está trabajando en una nueva API REST para mejorar el acceso a sus datos.

El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) anunció en la Conferencia ESRI 2018 el lanzamiento de un  geoportal que permite visualizar y descargar mapas detallados de topografía, usos del suelo, ortofotos y detalles del transporte público para los 36 municipios que componen el área metropolitana.

A estos avances vino a sumarse el anuncio que hizo Renfe en el encuentro Aporta 2018, donde hizo público el lanzamiento de su portal de datos abiertos, el cual ya se encuentra disponible en su primera fase con 47 conjuntos de datos relacionados con estaciones, horarios e indicadores. Se trata de otro importante paso para que se produzca un impulso más decidido en la publicación y reutilización de datos abiertos de transporte público.

Esperamos que estos notables avances en 2018 signifiquen que 2019 será el año de los datos abiertos de transporte público y movilidad en España.


Contenido elaborado por Jose Luis Marín, Head of corporate Technology Strategy en MADISON MK y CEO de Euroalert.

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