Arranca un año nuevo y con ello es el momento de pararnos a analizar cuál es la situación estratégica, normativa y política que afectará al mundo de los datos abiertos durante los próximos meses.
En este artículo nos vamos a centrar en la situación en Europa. Si quieres conocer el marco español, puedes leer el artículo “Las estrategias relacionadas con los datos que marcarán 2021 en España”.
Europa resalta la importancia de los datos para impulsar la recuperación y la innovación
Tras un 2020 marcado por la pandemia mundial, se espera que 2021 sea el año en el que arranque la recuperación, tanto sanitaria como económica. En este sentido, la Comisión Europea considera los datos como un activo fundamental para salir de la crisis ligada al COVID-19, y por ello va a continuar impulsando su apertura y reutilización.
Ya a finales de 2019, con la presentación del Pacto Verde Europeo, la Comisión marcaba la hoja de ruta a seguir basada en dos pilares: la digitalización y la sostenibilidad medioambiental. Entre otras cuestiones, el Pacto verde pone de manifiesto la necesidad de impulsar los datos accesibles e interoperables, que combinados con la infraestructura digital (superordenadores, almacenamiento en la nube, redes ultrarrápidas) y las soluciones de inteligencia artificial, facilitan la toma de decisiones informada.
En la misma línea se mueve el libro blanco de la inteligencia Artificial, publicado en febrero de 2020 con el objetivo de asegurar un ecosistema de excelencia y de confianza de la IA, basados en la regulación y en la inversión. Entre otras cuestiones, el documento hace hincapié en la necesidad de asegurar el acceso a los datos reutilizables de acuerdo con los principios FAIR. Unos datos que deben ser amplios y representativos para servir de entrenamiento a los sistemas de IA y garantizar su fiabilidad.
Objetivos y líneas de acción para 2021
Entre los objetivos de la Comisión para este año 2021, está impulsar la soberanía digital europea, es decir, mejorar su competitividad más allá de sus fronteras. Para ello, ha establecido una estrategia europea de datos que impulse la economía de los datos y un mercado único digital, donde los datos se compartan entre los países miembro. Esta estrategia irá acompañada de una considerable inversión, ya que el Plan de recuperación para Europa, diseñado para ayudar a reparar los daños económicos y sociales causados por la pandemia, indica que se destinarán 143.400 millones de euros a la partida “Mercado único, innovación y economía digital”.
Esta estrategia europea de datos está basada en:
- Un marco de gobernanza del uso y acceso de datos multisectorial. La propuesta de reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre gobernanza de los datos en el ámbito europeo, publicado a finales de 2020. Este reglamento establece un marco legal de obligado cumplimiento que aporta mecanismos para la reutilización de datos del sector público que habitualmente no se pueden explotar debido a derechos de terceros o protección datos personales. El reglamento facilita la cesión de datos personales y de empresas en pro del bien común, establece la figura de proveedores de servicios de intercambio de datos neutrales, y obliga a los estados a establecer un punto único de información, entre otras cuestiones. Esta propuesta de regulación está acompañada de una evaluación de impacto que realiza un análisis de las posibles políticas a implementar en esta materia en base a su eficacia, eficiencia, coherencia y viabilidad jurídica y política. En ella se recoge que “el público general se muestra a favor de una estrategia global en materia de datos y de la cesión altruista de datos, así como de la implantación de herramientas técnicas que permitan a los ciudadanos participar activamente en la economía de los datos”.
Este reglamento complementa la Directiva relativa a los datos abiertos y la reutilización de la información del sector público, que ampliaba el ámbito de aplicación de la Directiva 2003/98/CE y su reforma de 2013. Durante el primer trimestre de 2021 se espera que se apruebe el acto de ejecución de las bases de datos de alto valor, cuya reutilización está asociada a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía, tal y como venía recogido en esta directiva.
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Impulsar la colaboración público-privada y las inversiones en datos, capacidades e infraestructuras, destacando el ámbito del almacenamiento de los datos, la nube, el 5G y la interoperabilidad. En este sentido, uno de los grandes proyectos de la comisión es la federación cloud paneuropea. El 15 de octubre los ministros competentes realizaron una declaración conjunta llamada ‘Construyendo la nube de próxima generación para empresas y el sector público en la UE’ para combinar inversión privada, nacional y de la UE, en el despliegue de infraestructuras y servicios en la nube competitivos, ecológicos y seguros. Se busca sobre todo el despliegue de espacios de datos europeos en ámbitos sensibles, como la salud, industria o el medio ambiente que ayuden a superar los obstáculos técnicos y jurídicos. Una primera iniciativa en este campo es GaiaX.
- El empoderamiento de las personas, y la inversión en pymes y su capacitación, a través de acciones como las nuevas ayudas de Connecting Europe Facility (CEF) o el Plan de Acción de Educación Digital (2021-2027), que entre otras actuaciones propone el desarrollo de directrices éticas sobre inteligencia artificial (IA) y uso de datos. Además actualiza el Marco Europeo de Competencias Digitales, incluyendo la IA y las capacidades relacionadas con los datos, y el apoyo al desarrollo de recursos de aprendizaje para centros educativos.
Por último, durante 2020 también se han aprobado otros planes y estrategias relacionadas de manera más general con los datos como la Estrategia europea sobre software de código abierto 2020-2023, la Estrategia de Ciberseguridad o la Declaración de Berlín sobre la sociedad digital y el gobierno digital basado en valores.
Con todas estas medidas la Comisión Europea buscan convertir el dato en uno de sus ejes prioritarios, un activo de valor, que debe ser reutilizable, accesible con garantías y servir de base para numerosas actividades económicas y sociales.

Si quieres saber cómo estas estrategias, planes y regulaciones tienen su reflejo en España, te invitamos a leer el artículo “Las estrategias relacionadas con los datos que marcarán 2021 en España”.
Puedes ver un resumen de Las estrategias relacionadas con los datos que marcarán 2021 en Europa y España en este enlace.
Actualizado 02/02/2024
En 2020 se hizo pública la propuesta para un Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo sobre gobernanza de los datos en el ámbito europeo (Data Governance Act). Se trata de una iniciativa que ya estaba anunciada en la Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo, al Consejo, al Comité Económico y Social Europeo y al Comité de las Regiones titulada “Una Estrategia Europea de Datos”, uno de cuyos principales objetivos consiste en promover un mercado único de los datos que favorezca la agilidad en su manejo y, al mismo tiempo, se base en los principios y valores de la UE.
El texto de esta propuesta vino precedido de un proceso de consulta pública con amplia participación, especialmente por lo que respecta al modelo de gobernanza de datos (sección 2.1) donde se han contabilizado casi ochocientas aportaciones. Asimismo, como se destaca en el propio preámbulo de la propuesta, las opciones regulatorias finalmente adoptadas tuvieron en cuenta el análisis previo en el que se analizaron las diferentes alternativas posibles para conseguir los objetivos que se pretenden alcanzar.
Aunque esta iniciativa fue valorada inicialmente de manera positiva, lo cierto es que podría suscitar dudas acerca de su necesidad ya que, un año antes, se aprobó la Directiva (UE) 2019/1024, de 20 de junio de 2019, relativa a los datos abiertos y la reutilización de la información del sector público.
¿Por qué entonces una nueva normativa?
En primer lugar, la propuesta adquiere la forma de Reglamento —y no una nueva Directiva— para establecer un régimen de aplicación directa de carácter obligatorio en toda la Unión a través del cual se pretende armonizar el mercado interior de la UE, dado el riesgo de que la regulación unilateral de los Estados termine por fragmentarlo si no existe una mínima armonización que ayude a impulsar servicios digitales transfronterizos. No obstante, se respeta la competencia de los Estados miembros por lo que se refiere a las medidas organizativas a adoptar y, asimismo, su capacidad de legislar en materia de acceso a la información del sector público, de manera que el Reglamento no afectará a las normas estatales vigentes en dicho ámbito.
En segundo lugar, es necesario advertir que se trata de una norma complementaria de la Directiva de 2019 ante la constatación de que la consecución de los objetivos antes indicados requiere de un planteamiento que supere las limitaciones de las que aquella parte. En concreto, se trata de establecer una nueva regulación para aquellos conjuntos de datos sobre los que concurren derechos de terceros que dificultan su reutilización, tal y como sucede singularmente con la protección de los datos de carácter personal, la propiedad intelectual o, en entre otros bienes jurídicos, la confidencialidad estadística o comercial. En efecto, la concurrencia de estas barreras jurídicas puede dificultar seriamente —e incluso impedir— la reutilización de datos de enorme valor a la hora de poner en marcha proyectos de gran impacto en el actual contexto social y tecnológico, como los relativos a la investigación y los basados en la innovación que requiere la transformación digital. Con las medidas que incorpora la propuesta de Reglamento se pretende ofrecer soluciones específicamente dirigidas a afrontar dichos obstáculos, incorporando mecanismos que doten de mayor seguridad jurídica y, por tanto, refuercen la confianza de los titulares de los referidos derechos e intereses.
Asimismo, se pretende establecer una serie de mecanismos idénticos en toda la Unión con los que impulsar la reutilización, tal y como sucede con:
- El establecimiento de un régimen de notificación de los proveedores de servicios de intercambio de datos, que serán neutrales, es decir, no podrán utilizar los datos para otras finalidades que no sean ponerlos a disposición de los reutilizadores. Asimismo, los servicios que presten habrán de ser transparentes y no discriminatorios.
- El impulso del altruismo para facilitar voluntariamente el uso de los datos para el bien común, contemplándose la puesta en marcha de un formulario a nivel europeo que facilite la prestación del consentimiento para su cesión.
- La obligación de que los Estados establezcan un punto único de información que, además, deberá disponer de un registro donde presentar las solicitudes de reutilización de manera que, una vez recibidas, se remitan a los organismos y entidades correspondientes para que las resuelvan en el plazo máximo de dos meses.
- La creación a nivel europeo de un comité de expertos con el objetivo de facilitar la reutilización que, además, tendrá funciones de asesoramiento de la Comisión.
¿En qué se concretan las mayores garantías jurídicas del Reglamento?
Teniendo en cuenta estos objetivos, la iniciativa pretende sentar las bases para construir un modelo de gobernanza europea de los datos basado en la transparencia y la neutralidad como contrapeso a las tendencias que se plantean desde otros ámbitos. En concreto, se pretende establecer un marco regulatorio que refuerce la confianza de ciudadanos, empresas y otras organizaciones en que sus datos van a ser reutilizados conforme a unos mínimos estándares jurídicos, facilitando de esta manera el control sobre los usos que se realicen por terceros. Así, entre las principales novedades de la propuesta:
- Se obliga a que los organismos públicos que permitan la reutilización de este tipo de datos afectados por derechos e intereses de terceros adopten las medidas técnicas, organizativas y jurídicas que garanticen su protección.
- Se establece la facultad de que los organismos públicos impongan la obligación de que sólo se puedan reutilizar datos sometidos a un “pretratamiento” que consiste en anonimizarlos, seudonimizarlos o, en su caso, suprimir información confidencial.
- Se contempla que la reutilización sólo se admita en entornos directamente controlados por el organismo público si no existiera otra alternativa que pueda satisfacer las necesidades del reutilizador.
- Se reconoce a los organismos públicos la facultad de prohibir la utilización de aquellos resultados del tratamiento de los datos que contenga información que ponga en peligro los derechos e intereses de terceros.
- Se facilita la colaboración de los organismos púbicos en la recopilación del consentimiento por parte de los sujetos titulares de los datos sin que los reutilizadores tengan un contacto directo con ellos.
- Se establecen condiciones y garantías efectivas para los supuestos en que el tratamiento de los datos vaya a tener lugar fuera de la Unión Europea, entre las que se encuentran la aceptación expresa del sometimiento a la jurisdicción del Estado donde se encuentre el organismo del sector público que facilitó la reutilización.
Tal y como ha enfatizado la Comisión Europea en una Comunicación realizada en 2020 con ocasión de la revisión llevada a cabo tras dos años de aplicación del Reglamento General de Protección de Datos, con sus previsiones se “contribuye a fomentar la innovación digna de confianza, en particular a través de su enfoque y principios basados en el riesgo, como la protección de la privacidad desde el diseño y por defecto”. Este es, precisamente, el enfoque de la nueva propuesta: establecer las bases de un modelo normativo sustentado en la protección de los derechos e intereses afectados, facilitando así las condiciones jurídicas óptimas que permitan impulsar la reutilización de la información del sector público con las garantías adecuadas.
En la siguiente infografía, se recoge un resumen de los principales aspectos de la DGA. Haz clic en las imágenes para ir a las distintas versiones:
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Contenido elaborado por Julián Valero, catedrático de la Universidad de Murcia y Coordinador del Grupo de Investigación “Innovación, Derecho y Tecnología” (iDerTec).
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
¿Te has parado a pensar alguna vez la cantidad de software abierto que utilizas en tu día a día sin ser ni siquiera consciente? Desde la mayoría de apps de tu smartphone, pasando por tus dispositivos domésticos conectados, hasta el software que se ejecuta en tu coche. En todos estos programas, buena parte del código está en parte basado en software de código abierto.
La gran mayoría de los sitios web que visitamos en nuestro día a día funcionan gracias al software de código abierto (indistintamente llamado, a veces, software libre). Desde el sistema operativo de sus servidores y las bases de datos que almacenan información, hasta el código de sus aplicaciones, son, fundamentalmente, software libre. Más aún, el 90% de la infraestructura cloud en el mundo se basa en Linux cómo sistema operativo (SO), quizás el software libre y abierto más reconocido del mundo.
Pero ¿qué es el software libre o de código abierto?
El software de código abierto combina derechos de autor y una licencia para otorgar a los usuarios la libertad de ejecutar dicho software, analizarlo, realizar modificaciones, y compartir el código y sus modificaciones con otros. El software libre facilita la innovación y agilidad en el desarrollo de nuevas aplicaciones puesto que elimina barreras y fricciones a la hora de colaborar.
Estrategia europea 2020-2023 de software libre
A finales del pasado mes de octubre de 2020 la Comisión Europea publicó una actualización de su estrategia 2020-2023 para la potenciación del software libre en el espacio digital europeo. La estrategia se construye sobre la capacidad del software libre para alcanzar una soberanía tecnológica en Europa. La esencia del software libre se alinea con los valores de la Comisión Europea que vela por el beneficio de todos los estados miembros.
| Intereses defendidos por la UE | Beneficios del software libre |
|---|---|
| Garantizar el buen uso y la transparencia del presupuesto público. | El código está abierto al público, es auditable, modificable y reutilizables por cualquier persona. |
|
Igualdad de oportunidades y libertad de elección en herramientas tecnológicas. Evitar quedar encerrados y bloqueados por aplicaciones software propietarias. |
Son muchas las empresas que desarrollan sus productos y servicios de software basados en software libre. Esto permite cambiar de proveedor manteniendo una coherencia tecnológica y respetando las tecnologías seleccionadas. |
| Facilitar y potenciar el uso de la reutilización de soluciones software. | Igual que en el caso anterior. Son muchas las empresas que desarrollan sus productos y servicios de software basados en software libre. Esto permite cambiar de proveedor manteniendo una coherencia tecnológica y respetando las tecnologías seleccionadas. |
| Garantizar la interoperabilidad entre soluciones tecnológicas en la UE. | Facilita la creación de nuevas funciones, conectores e integraciones de forma libre por cualquier desarrollador. |
El título de esta estrategia, Think Open, apunta a un cambio de enfoque en el que las soluciones de software se diseñan desde la apertura, el intercambio, la reutilización, la seguridad, la privacidad, la accesibilidad y las consideraciones legales. También demuestra un compromiso claro para apoyar activamente a las comunidades de desarrolladores de código abierto.
No menos importante es el hecho de que esta estrategia complementa a la equivalente estrategia europea de datos.
Cada vez más, el desarrollo de software libre y los datos abiertos están más relacionados. Buena parte del software libre más usado en la actualidad tiene como objetivo extraer valor de los datos para tomar decisiones inteligentes. Esta nueva estrategia sobre software libre junto con la, también reciente, Directiva Europea (2019/1024) sobre datos abiertos y reutilización de la información del sector público, proporcionan el marco legal de trabajo perfecto para potenciar la transformación digital de Europa a manos del software libre y los datos abiertos.
Objetivos de la estrategia
Cómo hemos mencionado anteriormente, los beneficios de utilizar software de código abierto son:
- El código es público, se puede reutilizar y adaptar de forma colaborativa.
- El código se puede mejorar y auditar por problemas de seguridad, con independencia de los proveedores.
- Esta adaptabilidad del código garantiza la potencial interoperabilidad entre sistemas y soluciones.
Estos beneficios sustentan claramente los objetivos de alto nivel de esta estrategia:
- Apoyar las prioridades y actividades políticas de la Comisión con medios digitales seguros y soluciones de última generación.
- Proporcionar a la Comisión servicios públicos digitales de alta calidad, confiables y sin fronteras.
- Permitir la transformación de la Comisión y maximizar su papel en la formulación de políticas.
- Convertir a la Comisión en una \"administración abierta\" de clase mundial. Una administración ágil, colaborativa e innovadora.
- Garantizar la seguridad de los activos informáticos de la Comisión.
- Garantizar la resiliencia tecnológica de la Comisión.
Para la puesta en marcha e implementación de esta nueva estrategia, la Comisión prevé la creación de una Oficina de coordinación del programa de software libre. Esta Oficina será la encargada de poner en marcha una serie de acciones concretas cuyo objetivo es tener el mayor impacto de transformación. A continuación, algunas de las actuaciones concretas proyectadas:
| Principales acciones de la estrategia de código abierto | Impacto esperado |
|---|---|
| Configurar la oficina del programa de código abierto. | Acelerar todas las actividades del plan de acción. |
| Mejorar el repositorio de software. | Habilitar la co-creación y la colaboración. |
| Revisar las prácticas de distribución de software. | Simplificar los procesos; reducir el coste para la sociedad. |
| Habilitar y crear innovación mediante laboratorios de código abierto. | Impulsar la innovación; fomentar la co-creación. |
| Desarrollar habilidades y contratar experiencia. | Contribuir a la contratación y a la fidelización del talento. |
| Incrementar el alcance a las comunidades. | Fomentar la innovación; mejorar los servicios. |
| Integrar el código abierto en el gobierno de TI interno. | Incrementar la eficiencia organizacional; fomentar la innovación. |
| Garantizar la seguridad del código. | Incrementar el valor del código abierto para la organización y la sociedad. |
| Promover y asentar una cultura interna del software libre. | Co-creación y colaboración estructural para garantizar el éxito de la estrategia y las acciones. |
Fuente: Open Source software strategy 2020-2023.
Se espera que estas acciones proporcionen las herramientas para reforzar y ampliar la cultura del código abierto. El objetivo es que, gradualmente, el código fuente se ponga a disposición de todos los equipos de desarrolladores de la Comisión.
Una vez que las barreras legales se eliminen, se pondrá a disposición del público general un número cada vez mayor de soluciones desarrolladas internamente, bajo el paradigma del código abierto. Las contribuciones de miles de ciudadanos a los proyectos de código abierto contribuirán, sin duda, a cimentar la soberanía digital de Europa.
Contenido elaborado por Alejandro Alija,experto en Transformación Digital e Innovación.
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
Hace tan solo unos meses, en noviembre de 2019 Ursula von der Leyen, aún como candidata a la nueva Comisión Europea 2019-2024, presentó el desarrollo de un Pacto Verde Europeo como la primera de las seis líneas maestras que configurarían las ambiciones de su mandato.
La situación global ha cambiado radicalmente en los poco más de seis meses transcurridos desde entonces debido al impacto de la pandemia de COVID-19 y por ello han saltado por los aires muchos planes estratégicos de empresas de prácticamente todos los sectores y muchas hojas de ruta y políticas públicas de los gobiernos. A pesar de la gran incertidumbre en la que nos encontramos, lo que está claro es que deberá abordarse una profunda revisión para adaptar estas políticas y planes a la nueva realidad que aún está configurándose.
Sin embargo, parece indudable que la necesidad y conveniencia del Pacto Verde Europeo se ha visto reforzada en el contexto actual. El Pacto Verde fue concebido como un motor para la transformación de la economía europea en las próximas décadas, pero las circunstancias lo han convertido en un pilar fundamental para la reconstrucción de la economía europea en el corto plazo después del shock inducido por los confinamientos de la población.
En este sentido, la Unión Europea tiene una importante ventaja respecto a otros actores globales y es que en gran medida sus prioridades ya están alineadas con los principales desafíos a los que nos enfrentaremos según vaya remitiendo la crisis sanitaria. En todo caso, una estrategia de crecimiento de la UE que aspira a convertir Europa en un continente sin emisiones contaminantes en 2050, puede que ahora no nos parezca suficientemente ambiciosa y juzguemos pertinente incluso acelerar esta transición.
El plan para el despliegue del Pacto Verde Europeo se publicó con un calendario tentativo muy ambicioso que prevé el desarrollo entre 2020 y 2021 de las acciones correspondientes a los principales ámbitos clave: ambición climática, energía limpia, segura y asequible, estrategia industrial para la economía circular y limpia, movilidad sostenible e inteligente, política agraria común beneficiosa para el medio ambiente y polución cero y medio ambiente libre de tóxicos.
Si analizamos los ámbitos principales de actuación del Pacto Verde, vemos claramente que las innovaciones basadas en datos e inteligencia artificial, junto con otras tecnologías específicas, serán claves para resolver una buena parte de los retos que pretende abordar. Y por supuesto todos los documentos ya publicados así lo reconocen, integrando datos, datos abiertos, inteligencia artificial y otras tecnologías en las diferentes acciones previstas. Las que ya están disponibles indican claramente el camino que seguirán las líneas de trabajo que se irán aprobando en los próximos años.
Estrategia de la UE sobre la biodiversidad de aquí a 2030
La estrategia europea sobre biodiversidad para reintegrar la naturaleza en nuestras vidas, publicada el 20 de mayo de 2020, reconoce que “la inversión en investigación, innovación e intercambio de conocimientos será clave para obtener los mejores datos y desarrollar las mejores soluciones basadas en la naturaleza”. Como ejemplo, cita la evaluación de la salud de los bosques europeos, donde la Comisión Europea se compromete a “trabajar con otros proveedores de datos para seguir desarrollando el Sistema de Información Forestal para Europa”. Estos compromisos representan una buena oportunidad para el sector forestal español en su camino para la transición hacia un enfoque de industria forestal de precisión.
Además, la estrategia cita expresamente “la necesidad de eliminar las capturas incidentales de especies en peligro de extinción o reducirlas a un nivel que permita una recuperación total”. Para ello, se propone intensificar la recogida de datos sobre las capturas incidentales de todas las especies sensibles. En este sentido está orientado el proyecto premiado en el desafío Aporta 2019, Sistema Optimatics, que está diseñado para contribuir a que los pescadores puedan tomar decisiones en tiempo real y así racionalizar la pesca en los caladeros.
En definitiva, la estrategia europea sobre biodiversidad pretende que la investigación y la innovación ayuden a la Comisión a apoyar y financiar las inversiones en soluciones basadas en la naturaleza proporcionando criterios objetivos para dar prioridad a soluciones «verdes» frente a soluciones «grises».
Estrategia «de la granja a la mesa»
La estrategia “de la granja a la mesa” para un sistema alimentario justo, saludable y respetuoso con el medio ambiente, publicada también el 20 de mayo de 2020, pretende garantizar que los europeos dispongan de alimentos asequibles y sostenibles, combatir el cambio climático, proteger el medio ambiente y la biodiversidad y aumentar la agricultura ecológica. Esta ambiciosa línea de acción también integra el uso de datos e inteligencia artificial en numerosas partes.
Por ejemplo, reconoce que el espacio común europeo de datos sobre agricultura, definido en la estrategia europea de datos, “mejorará la sostenibilidad competitiva de la agricultura de la Unión mediante el tratamiento y análisis de datos sobre producción, uso del suelo, medio ambiente y de otros tipos”, para a continuación aclarar que estos datos permitirán “la aplicación precisa y adaptada de los enfoques de producción a nivel de explotación agrícola y el seguimiento de los resultados del sector, además de apoyar la iniciativa sobre la captura de carbono en suelos agrícolas”. Esto es, una orientación clara hacia la agricultura de precisión.
La herramienta clave para conseguir estos objetivos y que la transición sea justa y beneficiosa para todos es la Política Agraria Común, que debe estar completamente alineada con el Pacto Verde. La nueva PAC, propuesta por la Comisión en junio de 2018, tiene por objeto ayudar a los agricultores a mejorar su rendimiento medido en criterios medioambientales y climáticos. Para ello propone, por ejemplo, un mejor uso de los datos y análisis y un mayor énfasis en la inversión en tecnologías y prácticas ecológicas y digitales.
Los programas de la Unión Europea Copernicus y la Red Europea de Observación e Información del Mar (EMODnet), fuentes de datos abiertos de gran importancia, se citan en cuanto a su contribución para reducir los riesgos de las inversiones y como facilitadores de prácticas sostenibles en el sector de la pesca y la acuicultura.
La mejora de los sistemas de recopilación de datos como el Reglamento de 2009 relativo a las estadísticas de plaguicidas o la Red de Información Contable Agrícola también son objeto de atención y se dejan previstas mejoras que contribuyan tanto a subsanar las carencias existentes actualmente en los datos disponibles como a promover la elaboración de políticas basadas en evidencias.
Nuevo Plan de acción para la economía circular
El Nuevo Plan de acción para la economía circular por una Europa más limpia y más competitiva, publicado el 11 de marzo de 2020 reconoce también un papel decisivo a la investigación, la innovación y la digitalización y por tanto de los datos durante la transición. En esta línea se pretende, por ejemplo, fomentar la divulgación de datos ambientales por parte de las empresas lo cual les obligará a mejorar sus sistemas de captura de datos y monitorización de objetivos.
Del mismo modo se mencionan modelos de innovación basados en la personalización masiva o en una relación más estrecha con los clientes, que puedan acelerar la circularidad y la desmaterialización de nuestra economía. Estos modelos solo serán posibles utilizando de forma intensiva datos e inteligencia artificial combinados con otras tecnologías tales como blockchain o internet de las cosas.
Además, la Comisión Europea definirá un espacio europeo de datos para aplicaciones circulares inteligentes, con datos sobre las cadenas de valor e información sobre productos que proporcionará la arquitectura y el sistema de gobernanza necesarios para promover aplicaciones y servicios como los pasaportes de producto, el mapeo de recursos y la información a los consumidores.
Como parte del plan se seguirán desarrollando los indicadores, y por tanto los sistemas de recogida de datos, sobre el uso de los recursos, en particular en lo referente a las huellas de consumo y de materiales, que se asociarán al proceso de seguimiento y evaluación de los avances obtenidos.
Datos abiertos
Finalmente cabe resaltar cómo se están empleando los datos abiertos a nivel europeo para fomentar el desarrollo de nuevas soluciones. La competición de datos abiertos que organiza de forma anual la Unión Europea, el EUDatathon, ha dedicado en 2020 el primero de sus cuatro desafíos al Pacto Verde Europeo. La Oficina de Publicaciones de la Unión Europea, organizadora de la competición, ha recibido 30 propuestas (25% del total) dirigidas a este desafío, lo cual es un éxito notable teniendo en cuenta la novedad de un concepto forjado apenas en los últimos meses.
Este interés de la comunidad de datos abiertos también se ha visto reflejado en la participación española que, con 4 propuestas ha sido el segundo país más comprometido con el desafío Verde. Entre las 3 propuestas preseleccionadas para la fase final, se encuentra una española, Dataseeds, que tiene como objetivo ayudar a las PYME del sector de la agricultura a contribuir a la reestructuración ecológica de la industria de la UE.
Sin duda, la nueva estrategia de crecimiento de la Unión Europea, representa una nueva fuente de oportunidades para todos los sectores económicos, pero en todas ellas los datos van a representar un factor clave para su desarrollo, aumentando el potencial de otras tecnologías como la inteligencia artificial y el conocimiento específico de cada dominio. Y en España disponemos de un enorme potencial tanto en forma de recursos naturales como en forma de capacidades que pueden aprovechar esta fuente de oportunidades y generar ventajas competitivas en muchos sectores durante esta transición que acaba de comenzar.
Contenido elaborado por Jose Luis Marín, Senior Consultant in Data, Strategy, Innovation & Digitalization.
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
La Comisión Europea ya ha publicado la convocatoria oficial para los premios European Green Leaf 2022 (EGLA) y Capital Verde Europea 2023 (EGCA) que tienen como objetivo principal reconocer los avances de las ciudades comprometidas con la sostenibilidad.
Este año, el plazo de presentación de candidaturas permanecerá abierto hasta el 28 de octubre y la dotación económica para ambos premios ascenderá hasta el millón de euros de manera combinada, para apoyar así a las ciudades a la hora de implementar nuevas medidas de sostenibilidad urbana de forma efectiva. Este aumento de la dotación económica de los premios busca concienciar a las urbes acerca del cumplimiento de los objetivos del Pacto Verde Europeo.
Dotación económica y beneficios de los premios
Los dos municipios o ciudades ganadores del premio European Green Leaf 2022 recibirán 200.000 euros cada una, mientras que la ciudad ganadora de la convocatoria Capital Verde Europea 2023 recibirá 600.000 euros. El objetivo principal de ambas dotaciones es que las ciudades galardonadas asuman nuevas responsabilidades en materia de sostenibilidad y medio ambiente.
De manera adicional al premio económico, las ganadoras de ambos premios contarán con un sello de aprobación de la Comisión Europea que les permitirá disfrutar de beneficios como el aumento de la cobertura en medios de comunicación a nivel internacional, además de recibir un mayor enfoque a proyectos ambientales e inversión extranjera.
Además, no solo las ciudades o municipios ganadores contarán con beneficios, ya que las ciudades finalistas tendrán acceso a una red de conocimiento en la que ya se encuentran las candidaturas más destacadas de años previos, donde podrán compartir conocimientos acerca de cómo aprender a superar nuevos desafíos clave en lo que a sostenibilidad se refiere.
Plazos y requisitos para la presentación de candidaturas
Los premios European Green Leaf 2022 se encuentran dirigidos a municipios con una población de entre 20.000 y 99.999 habitantes, siendo un máximo de dos los núcleos de población que serán premiados. Por su parte, el premio Capital Verde Europea 2023 permanece abierto a ciudades cuya población supere los 100.000 habitantes.
El 28 de octubre de 2020 a las 23:59 horas (CET) es la fecha y hora límites que tendrán todas las candidaturas para realizar su presentación a ambos premios. Toda la información relativa sobre cómo realizar la inscripción, las reglas y bases legales, así como el proceso de participación, se puede consultar a través de su página web oficial.
La importancia de los datos abiertos en las smart cities
Cuando hablamos de datos abiertos en las smart cities hacemos referencia a un concepto básico para entender el desarrollo de las ciudades inteligentes y los procesos de participación activa de la ciudadanía.
En una sociedad cada vez más digital, la importancia del tratamiento y gestión de los datos es imprescindible para empresas y administraciones. En este sentido, las ciudades inteligentes no son una excepción, ya que representan una importante oportunidad para comprobar la utilidad de esta información para impulsar nuevas vías de participación de la ciudadanía en las smart cities, impulsar la toma de decisiones informadas y mejorar la eficiencia de los servicios públicos.
La conferencia INSPIRE 2020 tenía que haberse celebrado entre el 11 y 14 de mayo en Dubrovnik. Sin embargo, la pandemia mundial en la que estamos inmersos obligó a su aplazamiento, al igual que ha sucedido con gran cantidad de eventos divulgativos, culturales o deportivos.
Ante esta situación, el comité organizador no se ha dado por vencido, y ha puesto en marcha una edición virtual que tendrá lugar del 3 al 12 de junio.
¿De qué trata el evento?
El evento se desarrollará bajo el lema: “Bringing sustainability and digitalisation together” (Reuniendo la sostenibilidad y la digitalización). La idea es debatir sobre cómo la transición hacia el mundo digital podría ayudar a construir una Europa más sostenible, pero sin olvidar cuáles son los problemas y riesgos medioambientales, económicos y sociales que conlleva la digitalización.
En este proceso de búsqueda de equilibrio entre sostenibilidad y digitalización, los datos y la inteligencia artificial son fundamentales, como queda patente en el Pacto Verde. Cada vez son más las voces que se alzan en pro del desarrollo de un ecosistema digital específico para este ámbito, centrado no solo en datos, infraestructuras y algoritmos, sino también en su análisis y la puesta en marcha de ideas y aplicaciones. En concreto, el Pacto verde hace referencia a los datos accesibles e interoperables, y a su combinación con la infraestructura digital (superordenadores, nubes, redes ultrarrápidas) y las soluciones de inteligencia artificial, como claves de la estrategia económica de la UE para salir de la crisis ligada a la pandemia de la Covid-19.
Durante el evento se mostrarán formas innovadoras de utilizar datos y soluciones digitales para la implementación de políticas que buscan alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible, con el foco puesto en la economía circular y la reducción de los niveles de carbono. Todo ello ayudará a guiar el trabajo futuro sobre la legislación de datos existente, en particular la Directiva INSPIRE.
¿Qué es la Directiva INSPIRE?
La Directiva INSPIRE establece una serie de reglas generales para la creación de una Infraestructura de Información Espacial en la Comunidad Europea, basada en las Infraestructuras de los estados miembros. Su objetivo es impulsar la disponibilidad de información geográfica de calidad, que sirva para la formulación, implementación, monitorización y evaluación de políticas en Unión Europea. Su transposición al ordenamiento jurídico español se desarrolla a través de la llamada ley LISIGE.
La hoja de ruta legal de INSPIRE está llegando a su fin, sin embargo, la evolución de la infraestructura continuará. Para que este proceso sea exitoso, debemos asegurar su sostenibilidad en colaboración y asociación con otros actores más allá del alcance inicial de la Directiva, un proceso al que pueden ayudar actos como la conferencia INSPIRE 2020.
¿Cuál es el programa de la Conferencia?
El programa previsto para la cita de mayo ha tenido que ser adaptado. Se ha invitado a los organizadores de las sesiones especiales y talleres a adaptar su participación en forma de seminarios web. Aunque en algunos casos no fue posible, un gran número de participantes accedió a la invitación. Gracias a ello se ha podido crear un interesante programa, que puedes ver en este link. Al pinchar en cada ponencia aparece un resumen de los contenidos concretos que se tratarán en la misma.
Habrá sesiones centradas en datos estadísticos y geoespaciales, las colaboraciones público-privadas o la democratización del uso de los datos. También se hablará del Pacto Verde, por ejemplo, del papel de las Smart cities a la hora de alcanzar los objetivos de sostenibilidad o de la importancia de construir un espacio común de datos, y se mostrarán ejemplos concretos de trabajos en esta dirección, como el ICT4Water cluster.
¿Qué hay que hacer para poder asistir a los seminarios?
Todos los seminarios son gratuitos. Para asistir tienes que registrarte de manera individual en cada uno de ellos. Es una oportunidad única para ponerte al día sobre qué sucede en Europa relacionado con la directiva Inspire, y el papel de los datos abiertos a la hora de conseguir una Europa sostenible y digital.
Los datos relacionados con el medio ambiente representan una fuente extraordinaria de valor en la lucha contra el cambio climático, la deforestación y la degradación del medio ambiente, amenazas existenciales a la que se enfrentan Europa y el resto del mundo. Así se reconoce en el llamado Pacto Verde Europeo, la hoja de ruta aprobada por la Comisión Europea el pasado mes de diciembre, y que se retoma ahora con más fuerza al incidir en las claves de la estrategia económica que se consideran prioritarias poner en marcha en la UE para salir de la crisis ligada a la pandemia de la Covid-19. En esta misma línea, el presidente de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo, Pascal Canfin, promueve el manifiesto 'Recuperación verde. Reiniciar y reimpulsar nuestras economías por un futuro sostenible'. Este manifiesto está suscrito hasta la fecha por 270 miembros, entre los que se encuentran políticos, empresas, ONG o sindicatos y que defiende una salida sostenible a la crisis del coronavirus.
El Pacto Verde refiere cómo los datos accesibles e interoperables, combinados con la infraestructura digital (superordenadores, nubes, redes ultrarrápidas) y las soluciones de inteligencia artificial, facilitan las decisiones basadas en datos contrastados y amplían la capacidad de comprender y abordar los retos medioambientales teniendo en cuenta ámbitos de actuación clave como: las redes energéticas, la agricultura de precisión, la movilidad y el transporte, los edificios inteligentes, los espacios de datos ecológicos o el poder de los datos.

Este interés en los datos relacionados con el medio ambiente y en la innovación en torno a ellos, queda también claramente reflejada en la Estrategia Europea de Datos. El texto establece la necesidad de creación de diez ecosistemas dirigidos a favorecer la creación nuevos productos y servicios basados en datos más accesibles, uno de los cuales se desarrollará bajo la etiqueta: Datos relativos al Pacto Verde Europeo, y que tiene como finalidad utilizar el considerable potencial que presentan este insumo para apoyar las acciones prioritarias del mencionado Pacto.
La importancia del uso de estos datos para atajar el cambio climático, promover la economía circular, alcanzar la contaminación cero, proteger la biodiversidad y luchar contra la deforestación, entre otros aspectos, son las principales razones por la que los datos de este ámbito se recogen en la Directiva (UE) 2019/1024, de 20 de junio de 2019 como sustrato de alto valor para la dinamizador de servicios innovadores, como pieza clave en la combinación con otros conjuntos de datos.
Añadido a todo ello está el valor que más concretamente tienen los datos abiertos de este sector. En el estudio que hace pública la Comisión sobre este mismo año sobre el Impacto económico de los datos abierto se considera el medio ambiente como uno de los grandes beneficiarios en el uso de datos. Según el mencionado informe, el uso de datos supone para el medio ambiente un ahorro equivalente a 5,8 toneladas de petróleo del consumo de energía en los hogares, un aumento en 353 horas adicionales de teravatios en energía solar gracias al uso eficiente de paneles solares en tejados y un apoyo en el cumplimiento en Europa de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) gracias al incremento en un 32% del uso de energías renovables en el consumo global de energía en 2030.
Las razones mencionadas, así como las últimas investigaciones sobre la ecología de las enfermedades que sugieren cómo el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la deforestación con factores coadyuvantes en la gestación de pandemias, nos llevan a considerar los datos del sector medioambiental como un sustrato clave sobre el que relanzar la economía europea apoyándonos en sectores que pueden brindar soluciones a la crisis climática.
La nueva Directiva sobre la apertura de los datos y la reutilización de la información del sector público, que se adoptó el pasado mes de junio, vendrá a sustituir y mejorar la antigua Directiva 2003/98/CE relativa a la reutilización de la información del sector público. Entre los cambios más significativos dentro de esta nueva Directiva está el objetivo de especificar una lista de conjuntos de datos de alto valor de entre los que se encuentran en poder de los organismos del sector público.
La realización de una lista como esta supone un hito muy importante porque, por primera vez en 15 años de Directiva, tendremos una guía explícita y común sobre cuáles son los conjuntos mínimos de datos que deberán siempre estar disponibles, así como las condiciones para su reutilización en toda la Unión Europea – que incluirán su reutilización de forma gratuita, a través de interfaces de programación de aplicaciones (APIs), en un formato legible por las máquinas y, cuando proceda, incluyendo la opción de descarga masiva.
Las preguntas que todos nos hacemos inmediatamente son ¿cuáles son esos datos de alto valor a los que se refieren? ¿Y cuáles son los criterios específicos que deberíamos aplicar a la hora de identificar esos datos de alto valor?
La Directiva define los datos de alto valor como “documentos cuya reutilización está asociada a considerables beneficios para la sociedad, el medio ambiente y la economía, en particular debido a su idoneidad para la creación de servicios de valor añadido, aplicaciones y puestos de trabajo nuevos, dignos y de calidad, y al número de beneficiarios potenciales de los servicios de valor añadido y aplicaciones basados en tales conjuntos de datos” Esta definición nos ofrece varias pistas sobre la manera en la que se prevé que se identifiquen esos conjuntos de datos de alto valor a través de una serie de indicadores que incluirían:
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Su potencial para generar beneficios sociales o medioambientales significativos.
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Su potencial para generar beneficios económicos y nuevos ingresos.
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Su potencial para generar servicios innovadores.
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Su potencial en cuanto a número de usuarios beneficiados, con atención particular a las PYMEs.
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Su capacidad para ser combinados con otros conjuntos de datos
Por otro lado, la Comisión abrió un proceso de consulta hace ya algunos años que ha servido para evaluar la opinión pública sobre la prioridad de los datos a publicar. Son también varios los estudios y entidades de referencia en los que la Comisión se ha inspirado y que han venido publicando sus propias recomendaciones en cuanto a cuáles serían los conjuntos de datos de alto valor estratégico, como por ejemplo:
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Los resultados del estudio MEPSIR sobre la explotación de los recursos de información de la Unión Europea.
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El anexo técnico del G8 Open Data Charter.
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Las materias que generan negocio por parte del sector infomediario en España, según el análisis del sector realizado por el ONTSI.
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Los criterios establecidos por el programa ISA de soluciones de interoperabilidad de la Comisión Europea.
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La norma UNE 178301:2015 sobre Datos Abiertos en Ciudades Inteligentes.
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Los datos analizados por el Open Data Barometer y el Global Open Data Index.
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Los conjuntos de datos a publicar propuestos por la Federación de Municipios y Provincias - FEMP.
Además, la propia Directiva nos ofrece una vez más otra pista adicional en su anexo sobre cuáles podrían ser esos conjuntos de datos finalmente seleccionados por su alto valor, a través de una serie de temáticas prioritarias que en buena medida coinciden con las propuestas realizadas por los organismos anteriormente mencionados: datos geoespaciales, observación de la tierra y medioambientales, meteorológicos, estadísticos, registros empresariales o datos sobre el transporte.

Cabe igualmente recordar que los datos relacionados con algunos de las temáticas mencionadas están también regulados por legislación sectorial específica – como por ejemplo la Directiva 2007/2/CE sobre datos espaciales (INSPIRE), la Directiva 2003/4/CE sobre información medioambiental y la Directiva 2010/40/UE sobre datos de transporte – y por lo tanto dicha legislación deberá también ser tenida en cuenta a la hora de definir el ámbito de aplicación final.
No obstante, tal y como aclara la nueva Directiva, ni la lista temática es cerrada ni los conjuntos de datos específicos están todavía definidos. Y es que la Comisión Europea ha encargado recientemente un nuevo estudio de impacto precisamente con el objetivo de definir en detalle y fundamentar cuáles deberían ser finalmente esos conjuntos de datos denominados como “de alto valor”. Sin embargo, existen también voces críticas que claman por la necesidad de una mejor definición de los criterios de análisis a la hora de decidir cuáles serán finalmente esos datos, y también por implicar al conjunto de la sociedad en el proceso. Por fortuna, tanto los críticos como la Comisión coinciden en que la solución pasa por ampliar el debate y establecer una serie de consultas públicas y con expertos – tal y como viene recogido ya en la Directiva y en el estudio de impacto previsto – como es el caso del debate que tendrá lugar en la próxima edición del Encuentro Aporta el 18 de diciembre en Madrid y cuyo lema es precisamente “Impulsando los datos de alto valor”.
Por tanto, deberemos todavía esperar algún tiempo hasta que se completen todos los estudios y consultas previstos para poder conocer finalmente en detalle cuáles serán esos datos de alto valor de obligada publicación en la Unión Europea, aunque con toda seguridad será con margen suficiente antes de finalizar el plazo de transposición de la Directiva en Julio de 2021.
Contenido elaborado por Carlos Iglesias, Open data Researcher y consultor, World Wide Web Foundation.
Los contenidos y los puntos de vista reflejados en esta publicación son responsabilidad exclusiva de su autor.
SIMON Mobile es una aplicación de navegación y aparcamiento concebida para personas con movilidad reducida, disponible por ahora en tres ciudades europeas: Madrid, Lisboa, Reading y Parma.
A través de sus servicios, los usuarios pueden localizar las plazas de aparcamiento reservadas para personas con discapacidad así como la ubicación de ascensores o rampas en los sistemas de transporte público.
Además, a través de esta app móvil es posible calcular rutas en estas tres ciudades según las necesidades del viajero: a pie, en silla de ruedas o coche.
El desarrollo de SIMON Mobile está apoyado por el Proyecto SIMON (Assisted Mobility for Older and Impaired Users) financiado por la Comisión Europea (CIP-ICT-PSP-2013-7- 621041).
Esta aplicación se muestra como ejemplo de reutilización de datos abiertos, aunque ya no está operativa. ¡Esperamos que te sirva de inspiración para tus propios proyectos!
Entrevista a Wendy Carrara, jefe de proyecto del Portal de Datos Europeos de la Comisión Europea.
¿Qué papel juega la Comisión Europea, especialmente la DG Connect, en el impulso de la apertura y reutilización de la información del sector público?
La Comisión Europea ha contribuido a la accesibilidad y reutilización de la información del sector público desde hace bastante tiempo. Los gobiernos son quienes recogen la información del sector público y la mayor parte se puede liberar abiertamente sin infringir ningún aspecto relativo a la privacidad. La última directiva sobre información del sector público, la cual tenía que ser transpuesta a las legislaciones nacionales antes de julio de 2015, resalta aún más la ambición de publicar sistemáticamente los datos de forma gratuita o a un coste marginal. Si echamos un vistazo al DG CONNECT, observamos que está a la vanguardia en la contribución al mercado único digital. El aspecto digital es algo que tendemos a dar por sentado porque nos hemos acostumbrado a navegar por Internet para casi todo. Es un paso natural para el mercado único europeo sacar el mayo provecho del mundo digital para el impulso socioeconómico. La Agenda Digital para Europa, así como las iniciativas anteriores y ahora todos los trabajos emprendidos en el contexto del Mercado Único Digital son claros ejemplos de este camino.
Enmarcado en el Plan de acción de la Comisión Europea a favor de la Economía de datos, el Portal Europeo de Datos (EDP) lanzó su versión definitiva el pasado mes de febrero. Desde datos.gob nos gustaría saber la hoja de ruta del EDP a medio plazo, ¿podrías explicarnos cuáles serán los siguientes pasos de esta iniciativa paneuropea?
Actualmente el Portal Europeo de Datos está recopilando información sobre los datos -los llamados metadatos- disponibles en los portales nacionales de toda Europa. Hoy en día, estamos recabando datos de más de 70 catálogos diferentes en toda Europa procedentes de 34 países, con un total aproximado de 600.000 datasets. Nuestros próximos pasos consisten en la mejora del portal haciendo que los datos sean más fáciles de encontrar y seguir. Recientemente, hemos añadido una función de registro que permite a los usuarios tanto guardar sus consultas SPARQL como seguir catálogos y conjuntos de datos específicos. Así, los usuarios pueden tener acceso a datos concretos con mayor facilidad. El RSS también permite a los usuarios recibir notificaciones si se actualizan los conjuntos de datos. Además, también se están haciendo pequeñas mejoras para que la interfaz de usuario sea más amigable añadiendo pictogramas o símbolos que ofrezcan más información sobre los datos. Otros cambios son la inclusión de un calendario de los eventos organizados por los diferentes países y relacionados, directa o indirectamente, con los datos abiertos. También tendremos un panel de control que muestra cómo las naciones están evolucionando en el campo del open data, la madurez de su política de datos abiertos, y lo desarrollados que son sus portales. Tanto el panel como el calendario se publicarán durante la Conferencia Internacional de Datos Abiertos que tiene lugar en Madrid el próximo octubre.
Hoy en día, estamos recabando datos de más de 70 catálogos diferentes en toda Europa procedentes de 34 países, con un total aproximado de 600.000 datasets.
Además, hay otros muchos cambios en curso, como incluir más casos de uso en la sección Biblioteca. El Portal también es multilingüe. Actualmente se encuentra disponible en 12 idiomas y a finales de este año vamos a tener un total de 24 lenguas. Pero no sólo se traduce la interfaz de usuario. Utilizamos una de las herramientas de la Comisión Europea para traducir los metadatos de todos los conjuntos de datos en todos los idiomas oficiales de la UE. De esta manera, se pueden encontrar los datos desde cualquier país y sea cual sea el idioma. En nuestra sección de datos destacados del Portal, publicamos regularmente estadísticas y comparativas entre datos de varios países, incluso ilustraciones donde se muestra lo fácil que puede llegar a ser la reutilización del open data.
Utilizamos una de las herramientas de la Comisión Europea para traducir los metadatos de todos los conjuntos de datos en todos los idiomas oficiales de la UE.
Para asegurarnos de que cada vez se publican más datos y sean más fáciles de buscar, continuaremos promoviendo el Perfil de Aplicación DCAT, un estándar realmente práctico que garantiza que todos los conjuntos de datos poseen metadatos de calidad. Digamos que son como el DNI de los datasets.
Como Project Manager de la implementación y lanzamiento del Portal Europeo de Datos, ¿cuáles fueron los mayores desafíos a la hora de gestionar este proyecto?
¡Una pregunta muy interesante! Uno de los principales problemas es la presentación de todo lo que queremos compartir de una manera significativa. Los datos, la formación, los estudios, y todos los recursos disponibles para su difusión. Los datos abiertos no sólo son algo exclusivo para los expertos en tecnología, todo el mundo puede beneficiarse si realmente comprenden lo que los datos abiertos pueden hacer por ellos. Los responsables políticos, gestores, proveedores de datos y, por supuesto, los profesionales técnicos, los ciudadanos, las empresas, la sociedad civil, etc, todos tienen un papel que desempeñar. La idea es transmitir los mensajes correspondientes a cada una de estas persona y asegurarse de que puedan visitar el portal y encontrar lo que les interesa. Con esto en mente, el siguiente reto es, por supuesto, la forma de estructurar los datos. Además, encontrar una manera significativa para tener en cuenta la diversidad que supone trabajar con 28 países también puede resultar un desafío. Por este motivo, nuestra arquitectura técnica es bastante compleja. A esto se le añade el aspecto multilingüe donde tuvimos que asegurarnos de que los nombres y las etiquetas fueran equivalentes de un idioma a otro. A este respecto existen varios tesauros europeos, tales como Eurovoc, que mapea equivalencias en todos los idiomas oficiales de la UE. Realmente útil. A parte de esto, hemos contribuido a la evolución del perfil de aplicación DCAT-AP que antes mencionamos. También estamos trabajando estrechamente con los países para comprobar desde los mapas elaborados a partir de los datos de sus portales hasta las categorías de datos del DCAT-AP. Todo esto lleva tiempo, pero los países están siendo realmente cooperativos.
Los datos abiertos no sólo son algo exclusivo para los expertos en tecnología, todo el mundo puede beneficiarse si realmente comprenden lo que los datos abiertos pueden hacer por ellos.
¿Cómo crees que ayuda el EDP al movimiento de datos abiertos en Europa?
El Portal Europeo de Datos trata de hacer accesibles los datos a lo largo de toda Europa. Tengamos en cuenta la diversidad de los conjuntos de datos publicados en Europa, y añadamos a esto los diferentes idiomas en los que se publican. El Portal Europeo de Datos aporta información acerca de todos estos datos de una manera multilingüe. Cualquier persona que utilice cualquier idioma europeo puede buscar entre los datos disponibles en la plataforma. Por ejemplo, imaginemos que estamos buscando una lista de rutas de ciclismo en los Países Bajos, pero que queremos hacer dicha búsqueda en español. Es posible.
También estamos elaborando gran cantidad de recursos de aprendizaje accesibles de forma online. Cualquiera puede seguir los módulos de aprendizaje electrónico o ejecutar su propia sesión de datos abiertos con el material de la Guía de Formación. Las referencias se añaden de forma regular para asegurar que las funciones formativas del portal están actualizadas y son relevantes.
En general, yo diría que no solo se trata de datos a los que estamos dando acceso, son los los datos abiertos en general, haciéndolos más comprensibles y descubrir, así, qué beneficios nos pueden brindar.
¿Qué medidas en tu opinión serían necesarias para continuar impulsando la reutilización de los datos en la UE?
Hay una serie de iniciativas de la UE dedicadas a promover el mercado único digital. Este otoño se lanzará la iniciativa europea de libre flujo de datos que por supuesto incluirá los datos abiertos, como parte de una agenda más amplia.
La promoción de la reutilización de los datos es algo que va a seguir, por supuesto. En noviembre, el Portal de Datos Europeo dará a conocer un estudio basado en una encuesta sobre cómo las empresas están haciendo uso de los datos abiertos. Esto nos ayudará aún más a comunicar los beneficios del open data a un público más extenso.
A parte del portal paneuropeo, ¿en qué otras iniciativas está trabajando la Comisión Europea para impulsar la apertura y reutilización de los datos por parte de los estados miembros?
La Comisión Europea está involucrada en el apoyo a un amplio número de actividades en el campo de los datos abiertos. Para nombrar algunos proyectos, durante los últimos 18 meses, el programa Open Data Incubator for Europe ha estado ayudando económicamente a pequeñas empresas que hacen uso de los datos abiertos. Otro ejemplo muy interesante de cómo agregar y analizar los datos es Policy Compass.
Además, se han realizado dos convocatorias de financiación abierta desde el comienzo del año para apoyar el proceso de armonización transfronteriza. Las convocatorias abordan la agregación / armonización de los conjuntos de datos que cubren áreas fronterizas en dominios prioritarios. Por supuesto, la iniciativa de libre circulación de datos fortalecerá la ambición política que sustenta las acciones en la actualidad y el futuro.
Más allá del potencial económico de la reutilización de la información del sector público, ¿cómo pueden ayudar los datos abiertos a afrontar los retos sociales de la UE y qué iniciativas open data conoces cuyo propósito es mejorar la calidad de vida en las ciudades europeas?
Hay otros proyectos que buscan los beneficios de los datos abiertos, el apoyo a nuevas empresas o la combinación del open data y big data. Cuando estábamos escribiendo el informe sobre los datos abiertos en las ciudades, era sorprendente ver cuántas iniciativas locales han incluido el open data dentro de las acciones de las Smart Cities. Nuestro estudio mostró que uno de los conjuntos de datos más populares es la movilidad. Las ciudades están construidas con los ciudadanos y los datos. Se puede trabajar en temas ambientales o planificación urbana, por ejemplo. Se trata también de compartir los datos con la comunidad con el fin de mejorar las actividades existentes y desarrollar servicios innovadores.
Uno de los conjuntos de datos más populares es la movilidad. Las ciudades están construidas con los ciudadanos y datos.

